Este es el botiquín de primeros auxilios que deberían tener todas las empresas: obligatorio, regulado y financiado por la Seguridad Social

La normativa española exige a todas las empresas disponer de un botiquín adaptado a su plantilla y actividad, con contenidos mínimos establecidos y posibilidad de reembolso a cargo del sistema público

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Botiquín de primeros auxilios (Freepik)
Botiquín de primeros auxilios (Freepik)

En España, todas las empresas están obligadas a disponer de un botiquín de primeros auxilios. No importa el sector ni el número de empleados: la normativa lo exige y detalla incluso su contenido mínimo. Sin embargo, son muchas las compañías, especialmente las pequeñas, que aún desconocen esta obligación o no la cumplen adecuadamente.

Esta medida, enmarcada en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y desarrollada a través de normas como el Real Decreto 486/1997 y la Orden TAS/2947/2007, forma parte de las exigencias mínimas en materia de seguridad y salud laboral.

El objetivo no es otro que permitir una actuación inmediata en caso de accidente o emergencia sanitaria. Para ello, no basta con colocar un botiquín en cualquier rincón: debe estar adecuadamente equipado, ubicado en un lugar visible y accesible, señalizado y protegido frente a condiciones adversas como el calor, la humedad o el contacto con productos químicos.

Contenido mínimo

El contenido mínimo del botiquín está definido en el anexo VI del Real Decreto 486/1997, y ha sido concretado por la Secretaría de Estado de la Seguridad Social en una resolución publicada en el BOE del 10 de septiembre de 2008. Entre los materiales exigidos se encuentran antisépticos como alcohol o povidona yodada, gasas estériles, algodón, vendas de distintas medidas, apósitos adhesivos, esparadrapo, tijeras, pinzas, guantes desechables y suero fisiológico, entre otros.

Cerillas, linterna y latas, en el kit de emergencia de la comisaria europea de Crisis.

La cantidad de material que debe contener el botiquín depende directamente del número de trabajadores del centro. Por ejemplo, en un centro con entre uno y cinco empleados, el coste máximo reembolsable del botiquín asciende a 67,57 euros, mientras que para plantillas de más de 25 trabajadores, la cifra se eleva hasta los 91,23 euros. Estos gastos pueden ser asumidos por las entidades gestoras de la Seguridad Social —el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) o el Instituto Social de la Marina (ISM)—, bien a través del suministro directo del botiquín o mediante el reintegro de su coste, siempre que se justifique adecuadamente la adquisición.

Este reembolso también puede cubrir los gastos de reposición total o parcial del contenido, ya sea por utilización, caducidad, deterioro o desaparición. En caso de robo, incendio u otros incidentes, la empresa deberá presentar la denuncia correspondiente o una declaración responsable.

Gestión y mantenimiento del botiquín

Botiquín de primeros auxilios (Freepik)
Botiquín de primeros auxilios (Freepik)

La empresa es la principal responsable del mantenimiento del botiquín, lo que implica revisar periódicamente su contenido, reponer los materiales utilizados o caducados y garantizar que siempre se encuentra en condiciones óptimas para su uso. Esta gestión no debe realizarse de forma improvisada: la normativa recomienda que se designe a uno o varios trabajadores como responsables del control del botiquín, preferentemente con formación básica en primeros auxilios.

Asimismo, se aconseja que el conjunto del personal esté mínimamente instruido sobre el uso del material de primeros auxilios y cómo actuar ante emergencias. Aunque la ley no exige formación generalizada, contar con trabajadores capacitados puede resultar decisivo ante situaciones críticas.

Para facilitar esta labor, existen soluciones tecnológicas como el software PRL de Nalanda, que permite integrar toda la gestión preventiva de la empresa, incluyendo el seguimiento del estado de los botiquines, la formación del personal y el cumplimiento normativo.

El botiquín debe integrarse, además, en el plan general de prevención de riesgos laborales de la empresa, junto a las medidas de evacuación y primeros auxilios. Su presencia no solo cumple una obligación legal, sino que refleja el compromiso de la organización con la salud y la seguridad de su plantilla.

Disponer de este equipamiento básico y tener claro cómo utilizarlo puede marcar la diferencia entre una respuesta eficaz y un agravamiento innecesario de una situación de emergencia. Aun así, muchas empresas siguen sin darle la importancia que merece.