Encerrados para elegir papa: este es el origen de los cónclaves

Antiguamente, este proceso podría durar hasta más de un año

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Este es el origen de
Este es el origen de los cónclaves. (Imagen de Archivo)

El miércoles 7 de mayo dio comienzo uno de los rituales más icónicos de la Iglesia Católica, el cónclave, en la Capilla Sixtina, en el cual se elegirá al nuevo papa. Durante siglos, esta elección era más bien una guerra entre reinos y dinastías, un teatro que respondía más bien a los intereses que a la espiritualidad. Las espadas, el oro o el veneno mandaban más que el Espíritu Santo, hasta que se creó el cónclave.

El origen se remonta a 1268, tras la muerte del papa Clemente IV. La ciudad de Viterbo vio como los cardenales se encerraban para elegir a un sucesor, pero las divisiones políticas no cesaban y no permitían alcanzar un acuerdo.

En total, tardaron tres años en elegir a un sucesor. La desesperación fue tal que las autoridades locales les privaron de comida y desmantelaron el techo del palacio donde se reunían, encerrándoles bajo llave para que presentaran al nuevo papa.

Así nació la palabra cónclave, del latín cum clave, “bajo llave”. Fue el papa Gregorio X quien implementó el sistema en el año 1274, durante el Segundo Concilio de Lyon, como una medida urgente para reformar el proceso de elección papal.

Su decisión se basó en la experiencia tras ser él quien fue electo después de un trienio particularmente largo y caótico (1268-1271). Esta situación generó una fuerte crisis dentro de la Iglesia y desprestigió el proceso lectivo.

Envenenamientos, sobornos, amenazas y secuestros

Durante siglos, las votaciones para nuevo elegir nuevo papa fueron un campo de batalla entre las grandes familias y potencias europeas. Los Borbones y los Habsburgo vetaban candidatos según su inclinación y más de un candidato electo renunció por miedo o falta de alianzas.

Hubo cónclaves con envenenamientos, amenazas de muerte y hasta secuestros. Consciente de estos problemas, Gregorio X promulgó la constitución apostólica Ubi Periculum, en las que estableció las bases del cónclave.

Según esta norma, los cardenales electores debían estar confinados en un lugar cerrado y seguro, sin contacto con el exterior, hasta que alcanzaran un consenso sobre el nuevo papa. Además, Gregorio X impulso restricciones a los lujos y alimentos de los cardenales a medida que se prolongara el proceso, como forma de presión para llegar a un acuerdo más rápido.

Sin embargo, esto no impedía que hubiera casos igualmente alarmantes. Por ejemplo, en 1492, Alejandro VI (Rodrigo Borgia) logró el papado sobornando a cardenales, demostrando que las tramas internas persistían.

Hoy todo parece más ordenado. Mientras que en la Edad Media los cónclaves superaban el año, ahora no superan los pocos días. No obstante, en 1903, se vivieron momentos intensos cuando el emperador de Austria, Francisco José I, vetó al favorito en el último momento.

Fumata negra tras la tercera
Fumata negra tras la tercera votación del cónclave. (Stefano Spaziani/Europa Press)

Los dos significados de la palabra cónclave

Para la Real Academia Española (RAE), la palabra cónclave tiene dos acepciones. La primera alude a la “reunión de cardenales de la Iglesia católica convocada para elegir al papa y a la que no se permite el acceso a persona ajena ella”. Esto es lo que está ocurriendo en la Capilla Sixtina.

Como segundo significado, aborda el término de una manera más general, refiriéndose a “una reunión secreta y reservada”, donde el uso transciende a encuentros que se realicen en la más estricta confidencialidad.