El dueño de un bar es condenado a 30 años de cárcel por matar y luego momificar a un cliente en cemento: su intención era “corregir” al hombre

La conmoción ha llegado a la ciudad francesa de Niza, al sur del país. La tragedia se ha conocido mediante la notificación del tribunal de los Alpes Marítimos, que ha condenado a 30 años de prisión a un hombre de 58, propietario de un bar, por el asesinato de un cliente en un ataque de ira. El cuerpo de este fue posteriormente ocultado en un bloque de cemento. Según ha informado el medio francés 20 Minutes, el veredicto también ha incluido una pena de cinco años de prisión para un exboxeador de 38 años, presente en el lugar de los hechos. Se le culpa de no asistir a la víctima y alterar la escena del crimen. Sin embargo, ambos acusados han anunciado su intención de apelar las sentencias.

El caso se remonta al 6 de febrero de 2022, cuando M’hand Goumiri, la víctima de 30 años, salió de su apartamento cerca de la medianoche, donde había dejado su teléfono cargando y la televisión encendida. Desde entonces, no se volvió a tener noticias de él. La investigación rápidamente se centró en el propietario del bar L’Atrium, un establecimiento frecuentado por Goumiri y ubicado cerca de la famosa Promenade des Anglais de la ciudad costera. Según recogen los informes, ambos hombres mantenían una relación conflictiva, y la noche de la desaparición, la víctima realizó cuatro llamadas al acusado.

En junio del mismo año, una inspección en el bar reveló pruebas clave. Los investigadores encontraron rastros de sangre en una sala de apuestas y en el sótano del establecimiento. Al vaciar el sótano, descubrieron un sarcófago de cemento que contenía el cuerpo momificado de Goumiri. Aunque el motivo exacto del conflicto entre ambos hombres sigue siendo incierto, el acusado ha afirmado que el cliente lo acosaba de manera persistente.

Los hechos de aquella noche fueron reconstruidos durante el juicio. Según los testimonios que recoge el medio francés, el propietario del local, molesto por las llamadas agresivas de Goumiri, pasó el teléfono al exboxeador, quien estaba en el lugar como cliente. Lejos de calmarse, la víctima respondió con una provocación: “No tengo miedo de un boxeador”, y se dirigió al bar para enfrentarse físicamente. Testigos presenciales relataron haber visto una discusión y un intercambio de golpes entre Goumiri y el boxeador, antes de que ambos se dirigieran al baño para limpiar rastros de sangre.

El propietario del bar, descrito como una persona propensa a episodios de ira y con problemas relacionados con el consumo de alcohol, intervino en el enfrentamiento. En los baños, golpeó a Goumiri repetidamente con los pies y con la culata de una pistola, dejándolo gravemente herido. Durante el juicio, el acusado ha declarado que su intención era “corregir” al hombre, no matarlo. Sin embargo, regresó a la barra del bar, junto al antiguo boxeador, mientras la víctima agonizaba.

El exdeportista, quien inicialmente compareció en libertad, pero fue detenido tras el veredicto, ha afirmado que intentó realizar maniobras de reanimación a la víctima. En cambio, ha asegurado que el miedo al propietario del local de copas y a su pistola le impidió intervenir de manera más activa, alertar a los servicios de emergencia o negarse a colaborar en la limpieza de la escena y en el traslado del cuerpo al sótano.

El juicio ha dejado muchas preguntas sin respuesta, incluido el motivo exacto del conflicto entre los dos hombres. Durante la lectura del veredicto, los familiares de Goumiri, que asistieron al tribunal con un retrato del fallecido, rompieron en llanto. La defensa de ambos acusados ha anunciado que apelará las sentencias, lo que podría prolongar el proceso judicial en este caso que ha conmocionado a la región.