El artículo que hace una semana predijo que el nuevo pontífice sería León XIV: “De entre los papables imaginemos a uno, compañero del papa argentino”

El medio ‘Eclesalia’, fundado en el año 2001, publicó el pasado viernes 2 de mayo - una semana antes de la elección del nuevo papa - un artículo en el que no solo predijo el nombre del sucesor de Francisco, sino que también aseguraba que su pontificado podría ser la puerta a la primera mujer Papa

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El recién elegido Papa León
El recién elegido Papa León XIV aparece en el balcón de la Basílica de San Pedro en el Vaticano, el jueves 8 de mayo de 2025. (AP foto/Alessandra Tarantino)

Desde la muerte del papa Francisco el pasado lunes 21 de abril, gran parte del mundo ha estado sumido en especulación sobre el futuro de la Iglesia Católica. No podía ser de otra manera: el secretismo del Cónclave y de sus mecanismos suscita curiosidad incluso en los no creyentes. De entre todo lo que ha resultado de este fenómeno, cabe destacar el Fantapapa - un juego al estilo fantasy que permitía “apostar”, por el premio de “gloria eterna”, cuál sería el nuevo pontífice, un síntoma de la era profundamente digital en el que se ha celebrado este Cónclave - y, más aún, el acierto predictivo total, casi profético, de la elección de los 133 cardenales, seis días antes de la fumata blanca, anterior incluso al comienzo de las votaciones, nombre papal incluido.

Un artículo predijo el nuevo papa una semana antes de su elección

En el año 2001, César Rollán Sánchez y Cristina Plaza Fonseca, marido y mujer, fundaron Eclesalia, un medio que se autodefine como “de actualidad humana, espiritual y religiosa”. Según comentó en una entrevista con Alfa y Omega, este medio (que en 2019 contaba con 7.000 suscriptores) “trata de ser un servicio informativo que apuesta por una Iglesia con Dios al fondo, Cristo en medio, nunca excluyente y siempre fraterna”. El viernes 2 de mayo de 2025, el propio César publicó un artículo titulado León XIV, te esperamos, que una semana más tarde ha ganado un enorme componente misterioso - que bien puede deberse a una mera coincidencia fortuita - por la naturaleza predictiva de su contenido.

“Cuentan las crónicas que León fue el gran amigo de Francisco”, abre el artículo. “Se dice que acompañó al santo de Asís en alguno de los episodios más conocidos de su vida. Fue testigo de las bondades, debilidades y fortalezas de Francisco y fiel seguidor de Jesús, como su querido compañero”. “De entre los papables imaginemos a uno, compañero del papa argentino, que hubiera sido testigo de sus gozos y esperanzas, seguidor de Jesús al estilo del ”padre Jorge" (Bergoglio) y con ánimo para servir en la Iglesia según el Evangelio. Se llamaría León, claro".

El Papa Francisco da la
El Papa Francisco da la mano al Cardenal Prevost, ahora León XIV (Diócesis de Chiclayo)

“Imaginemos a uno, compañero del papa argentino”

Con esta introducción, César no ha fallado en nada. “Siempre tuve la impresión de un hombre que quería vivir el Evangelio con autenticidad, con coherencia”, decía Prevost sobre el papa Francisco en una entrevista publicada por Vatican News. “En los tiempos en que yo era prior general de los agustinos, varias veces, durante las visitas a mis hermanos en Argentina, cuando él era todavía cardenal, tuve ocasión de conocerle y hablar con él, informalmente y sobre asuntos más institucionales”. Años más tarde, en la primera misa pública de Francisco (el 13 de marzo de 2013), Prevost se preguntaba si el entonces Pontífice se acordaba de él, y “cuando llegó y entró en la sacristía”, al verle, le “reconoció inmediatamente”, tras lo cual entablaron una conversación.

Durante dos años, cuando Prevost era todavía prefecto del Dicasterio para los Obispos, se reunía con Francisco cada sábado por la mañana. “Hasta el final, quiso darlo todo a su ministerio, a su trabajo, a su servicio en la Iglesia”, contaba el cardenal sobre sus encuentros semanales con el entonces Papa. “Al principio era a las 8 de la mañana. Pero a veces llegaba a las 7.30 y ya me estaba esperando, así que empecé a ir un poco antes y a veces se anticipaba”. Se trataban temas importantes, pero Francisco añadía a menudo una petición: “Me decía, entre otras cosas, al final de la audiencia: ‘No pierdas el sentido del humor, tienes que sonreír’”.

Prevost recordó entonces una oración de Santo Tomás Moro citada por Bergoglio para impulsar a seguir adelante en “cosas de gran responsabilidad, con gran confianza en la gracia del Señor”. Francisco no escatimaba “en servir a la Iglesia”, contaba Prevost, matizando que el Pontífice estaba siempre “muy bien informado de las cosas”. Se podría asumir, entonces, que Prevost siente admiración, tanto profesional como personal, por su predecesor, con el que en los últimos años ha mantenido una relación cercana. Este sentimiento ha quedado claro con el primer discurso de Prevost como León XIV, en el que ha dedicado unas palabras a Francisco: “Gracias al papa Francisco. El papa Francisco bendecía Roma”, expresó durante la tarde del jueves.

Lo que el artículo asegura sobre León XIV

Teniendo en cuenta lo cerca de la realidad que estuvo César con esta primera parte de su artículo, la segunda mitad, que describe cómo será ese hipotético papa León XIV durante su papado y en su fe, gana cierto peso en cuanto al posible futuro de la institución de la Iglesia Católica. Dice así: “León XIV tendría ante él un camino trazado, recorrido en parte y con señales claras para no perderse. No iría solo, seguiría en ”Santa Marta” para continuar escuchando y conviviendo. Caminaría en sinodalidad hacia la asamblea eclesial. Le caracterizaría la humildad, la sencillez y la alegría como al santo franciscano. Le gustaría “jugar en campo contrario” para hacerse “griego con los griegos”. Viviría la esperanza de la fe, sin ilusionismo, la caridad con autenticidad y todo lo demás con naturalidad”.

Y continúa asegurando que “León XIV sería un papa con una profunda interioridad, razonable, abierto a los avances de la ciencia, atento a los signos de los tiempos. Compartiría los gozos y esperanzas del pueblo de Dios, por eso su palabra llegaría por todos los medios y redes sociales como ”bálsamo" que apacigua el corazón y prepara para el compromiso por la justicia".

Y termina con una predicción improbable, por lo complicado de un cambio tal (por motivos obvios) - aunque Francisco ya había mostrado ciertas intenciones en ese mismo sentido - que supondría, sin duda, de los mayores antes y después de la Iglesia: “León XIV se encontraría con la mitad de la humanidad, femenina ella, en igualdad, y conseguiría volver a la Tradición de Jesús, para que, después de él pudiera llegar una Clara, Lidia, Magdalena… primera, a sucederle. Todo en proceso, como pretendió su antecesor, pero con la dirección apropiada para ser sal y luz en el mundo, ni mucho más, ni mucho menos". Según César, será León XIV el que abra de forma definitiva las puertas de los altos cargos eclesiásticos a las mujeres. Y que, tras el fin de su papado, el mundo verá la primera mujer Pontífice.