Una mujer disfrazada de oso para una exposición acaba herida por el puñetazo de un visitante: “No sabía que había una persona dentro”

No era la primera vez que ocurría el incidente y los trabajadores habían pedido a la dirección del evento que se indicase de alguna manera que la mascota no era un maniquí

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Una trabajadora disfrazada de oso
Una trabajadora disfrazada de oso peluche en una exposición inmersiva recibe un puñetazo de un visitante

Una joven actriz profesional que trabajaba disfrazada de oso de peluche rosa en una exposición inmersiva fue agredida por uno de los visitantes, que desconocía que en el interior del traje había una persona real. Los hechos han ocurrido en Roma, en el evento Art of Play, una experiencia que se centra en el mundo de los juegos y el universo de Hello Kitty.

En una de las salas de la exposición, varios osos de peluche decoran el espacio y, entre ellos, la actriz disfrazada da la bienvenida a los visitantes. Es una instalación diseñada para que el público pueda interactuar con los objetos decorativos, por lo que la agresión se produjo sin que existiese conocimiento de que Hugging Teddy, el personaje que representaba la actriz, estaba realmente encarnado por una persona debajo del traje.

Tal y como pudo observarse en las cámaras de seguridad del establecimiento, un hombre, de alrededor de 50 años, ingresó en la habitación acompañado de una mujer que comenzó a grabarle. En ese momento, el agresor se acercó a la mascota de la sala y le propinó un fuerte puñetazo en el costado de la cara.

“Fue como un terremoto”, reconoce la trabajadora al medio Fanpage.it. “Me caí y empecé a gritar. También estaba muy nerviosa porque llevaba gafas debajo de mi disfraz de osito de peluche, que podrían haberse roto. Lo cual, por suerte, no pasó”. En ese momento, el hombre que le había propinado el puñetazo comprendió lo ocurrido: “No sabía que había una persona dentro, ¡pero no está escrito en ninguna parte!“.

Lesiones y pronóstico de varios meses

Tras lo sucedido, una azafata que se encontraba en la habitación contigua socorrió a la actriz, la acompañó al camerino y después al bar. Allí se le aplicó hielo en el pómulo afectado. Sin embargo, eso no le impidió tener que acudir al hospital, donde le hicieron una tomografía computarizada inicial y han tenido que observar su evolución durante varios días.

Las visitas al centro hospitalario todavía no han finalizado: “Cinco días después las heridas bajaron, pero seguí sintiéndome mal. Náuseas, dolor en la sien y en el ojo, mareos... Volví al hospital y después de una visita maxilofacial me dieron un pronóstico de dos meses, pero tendré que seguir teniendo otras visitas”.

Las lesiones provocadas por el incidente, para las que le han recomendado reposo, le impiden seguir trabajando como actriz y bailarina: “Me dijeron que descansara lo más posible durante los próximos dos meses. Pero las consecuencias, no me lo ocultaron, podían durar seis meses, un año. Para mí es trabajo”.

Oso de peluche (Freepik)
Oso de peluche (Freepik)

El malestar físico no ha sido lo único con lo que se ha enfrentado: “Ese disfraz muchas veces me daba ataques de pánico”. La actriz explica que no es la única vez que han ocurrido incidentes similares: “Estás rodeada de marionetas inanimadas, eres el único componente que se mueve. Para los visitantes, éramos un saco de boxeo al que podían golpear a su antojo. Pese a ello, la dirección del evento se negó a indicar de alguna manera que había una persona dentro de la mascota.

“Desde noviembre, cuando se abrió la exposición al público, hemos sufrido a menudo acoso, empujones e intimidación. Una situación que empeora los fines de semana, cuando aumenta el número de visitantes y la multitud se acerca descontroladamente”, relata.

Trabajando sin contrato

La situación se ha complicado aún más porque, según detalló la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL por sus siglas en italiano), la joven se encontraba trabajando sin cobertura contractual el día del ataque, tal y como ha recogido el medio Fanpage.it.

Por ello, la trabajadora ya ha presentado una denuncia contra el agresor y, con la ayuda de la CGIL, inició acciones legales contra las empresas implicadas en la organización del espacio expositivo y la gestión del personal.