
El autocontrol y la capacidad de gestionar los impulsos son temas recurrentes en conversaciones sobre bienestar emocional, relaciones personales y salud mental. Sin embargo, al hablar de estos conceptos, muchas veces surgen malentendidos sobre su significado y cómo se aplican en la vida cotidiana. Sobre todo, en el entorno católico, donde los sacerdotes, por ejemplo, deben mantener el celibato como forma de vida.
Para algunos, esta búsqueda de conexión puede llegar a ser difícil de mermar, especialmente cuando se experimenta una fuerte necesidad de afecto o contacto cercano. En este sentido, Alex Fidalgo, conductor del pódcast Lo que tú digas, ha preguntado al cura y escritor Pablo d’ Ors si es posible “controlar el impulso sexual o anularlo”. Una cuestión, arraigada desde hace siglos y que causa curiosidad para algunos.
Un regalo y no un castigo
Este sacerdote madrileño ha manifestado en el encuentro radiofónico que el autocontrol no se trata de una lucha constante por conquistar un impulso: “No sé si la palabra es control, no me gusta mucho, prefiero autodominio”, ha señalado. En este sentido, ha añadido que no lo siente como una capacidad que haya podido reprimir, “sino más bien como un regalo”. Cabe destacar que la elección de convertirse en eclesiástico es una elección que viene de la llamada de la espiritualidad, por lo que se acepta y abraza las condiciones que esto implica.

Esta perspectiva subraya un enfoque diferente al tradicional: no se trata de una victoria sobre uno mismo, sino de un proceso continuo de autocomprensión y crecimiento. Este clérigo precisamente da gracias por esta norma: “Me ha permitido no tener el foco de mi vida en eso”, ha compartido. Esto le ha permitido centrarse en otros aspectos que le pueden llenar más desde su perspectiva religiosa. Además, ha destacado la importancia de entender que este tipo de autocontrol no debe ser interpretado como una negación o supresión de los deseos humanos, sino como una forma de manejarlos de manera saludable y respetuosa.
El celibato en la tradición cristiana
Una pregunta que surge en debates sobre autocontrol y deseo es el celibato, especialmente cuando se considera en el contexto del clero y de la vida religiosa. En el cristianismo, el estado de soltería y no mantener relaciones sexuales se ha mantenido desde el 305 d.C y fue ratificada con mayor fuerza en el Concilio de Trento (1545-1563), según Vatican News. Sin embargo, no siempre fue una regla universal. En los primeros siglos del cristianismo, existieron sacerdotes que se casaron y tuvieron familias. No fue hasta el siglo IV que la Iglesia Católica formalizó la obligación del celibato para sus sacerdotes como una forma de dedicación exclusiva al servicio de Dios, aunque con variaciones en las distintas regiones y prácticas.
En cambio, otras ramas del cristianismo, como la Iglesia Ortodoxa, no exige esta condición a sus sacerdotes. Los religiosos ortodoxos pueden casarse, pero deben hacerlo antes de ser ordenados. En las Iglesias protestantes, como las luteranas o anglicanas, el celibato tampoco es obligatorio y los pastores pueden contraer matrimonio y formar familias.
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