“Todos muertos, mañana”: escuelas y centros comerciales de Francia entran en pánico amenazados en un correo anónimo

La persona responsable, que se autoidentifica como “Dios”, acompañó su amenaza con fotografías posando con una escopeta

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“Todos muertos, mañana”: escuelas y
“Todos muertos, mañana”: escuelas y centros comerciales de Francia entran en pánico amenazados en un correo anónimo (GetArchive, Pxhere)

La mañana del 29 de abril no fue una más en el sur de Francia. Un correo electrónico, sin remitente claro, llegó de forma simultánea a varias escuelas y centros comerciales de los departamentos de Vaucluse, Bouches-du-Rhône y Alpes-de-Haute-Provence. El asunto no daba lugar a dudas ni malentendidos. El mensaje terminaba con una frase breve, seca y cargada de amenaza: “Todos muertos, mañana”.

El mensaje incluía dos fotografías

El contenido no se limitaba a palabras. Junto al texto, el correo incluía dos fotografías. En ellas aparecía una persona con el rostro cubierto, vestida parcialmente con uniforme militar, posando con una escopeta M870 y rodeada de cartuchos de munición. Nada de filtros ni retoques, todo directo y crudo. En el mensaje, quien lo firma asegura lo siguiente: “He comprado un M870 y cometeré un asalto (…) Lo haré pronto, el 30 de abril”. Y por si quedaban dudas de su tono megalómano, se presenta con una afirmación aún más desconcertante: “Soy Dios”.

Uno de los destinatarios del mensaje fue la escuela primaria Alphonse Daudet, en la localidad de Vedène. Allí, la respuesta de las autoridades fue inmediata. La gendarmería desplegó patrullas en torno al centro educativo, con apoyo de efectivos de Saint-Saturnin y refuerzos de la policía municipal. Desde dentro del operativo lo describen sin rodeos: el mensaje era “increíble”, y aunque su tono rozaba lo delirante, no había margen para ignorarlo.

Según la gendarmería de Aviñón, el correo fue enviado de forma masiva y sin un patrón claro. “La dirección recibió este correo electrónico, enviado en todas direcciones, sin ninguna conexión entre los destinatarios”, explicaron. En Bouches-du-Rhône se identificaron al menos otros diez centros afectados, todos ellos con presencia policial reforzada. A esto se sumó la llegada de equipos de psicólogos y educadores especializados para contener la ansiedad generalizada que provocó el mensaje.

Según la gendarmería de Avignon,
Según la gendarmería de Avignon, el mensaje fue enviado a varios centros de estudios y comerciales (Europa Press/Contacto/Laurent Coust)

Aún no se ha identificado ningún sospechoso

La fiscalía fue informada de inmediato y se abrió una investigación formal. El caso quedó en manos de la brigada de investigación de Aviñón, en coordinación con otras unidades regionales. Hasta ahora, no se ha confirmado si la persona de las fotos es quien escribió el correo ni se ha logrado identificar a un sospechoso. Por el momento, todo sigue en fase preliminar y con muchas más preguntas que respuestas.

La amenaza, además, no surgió en un contexto cualquiera. Apenas unos días antes, el colegio Grands Cyprès, también en Aviñón, había recibido varios correos electrónicos con amenazas anónimas. Algunos de ellos eran confusos, otros más explícitos, y uno mencionaba directamente al profesor Samuel Paty, asesinado en 2020 en un atentado que conmocionó a todo el país. La cercanía temporal entre ambos episodios ha hecho inevitable que se comparen o incluso se vinculen, aunque por ahora no hay indicios concretos que relacionen ambos casos.

El 30 de abril llegó, y aunque, por suerte, no tuvo lugar ningún ataque, esto no fue suficiente para disipar la inquietud. Las amenazas fueron claras, las imágenes reales, y el impacto psicológico, fuerte. Las clases han seguido, los colegios y centros comerciales afectados han intentado volver a la normalidad, pero la sombra del mensaje aún pesa. La frase final - “Todos muertos, mañana” - quedó flotando en la memoria de todos los que la leyeron.

Nadie sabe todavía quién está detrás ni cuál era el objetivo. ¿Un intento de sembrar el caos? ¿Una amenaza fallida? ¿Una llamada de atención disfrazada de terrorismo? Lo único cierto es que ese correo, aunque no pasó del susto, dejó una huella difícil de borrar.