El hotel situado en la frontera que tiene ‘binacionalidad’: los huéspedes pueden dormir en dos países al mismo tiempo

Desde la cama hasta el comedor, diversas estancias del edificio están divididas por la línea fronteriza, generando situaciones insólitas tanto para turistas como para autoridades.

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Hotel Arbez, en la frontera
Hotel Arbez, en la frontera entre Suiza y Francia (Roland Zumbuehl-Wikipedia)

A tan solo 8 kilómetros al norte de Ginebra, en el pequeño pueblo fronterizo de Le Cure, se encuentra un alojamiento único en el mundo: el Hotel L’Arbézie, cuya peculiaridad radica en que sus habitaciones cruzan la frontera entre Francia y Suiza, permitiendo a los huéspedes dormir en dos países al mismo tiempo. Una peculiaridad conocida como ‘binacionalidad‘, que lo convierte en uno de los escasos establecimientos hoteleros del mundo con esta característica. Desde la cama hasta el comedor, diversas estancias del edificio están divididas por la línea fronteriza, generando situaciones insólitas tanto para turistas como para autoridades.

El origen del hotel está estrechamente ligado al tratado firmado en 1862 entre los gobiernos de Suiza y Francia, que establecía una nueva delimitación territorial en la región. Una de las condiciones del acuerdo estipulaba que ningún edificio existente sería afectado por el cambio de frontera. Aprovechando esta cláusula, un empresario llamado Ponthus construyó rápidamente un edificio que se extendía a ambos lados de la línea fronteriza. Las obras se completaron antes de que el tratado fuera ratificado oficialmente en 1863, asegurando que la construcción quedara protegida por las disposiciones del acuerdo.

Inicialmente, Ponthus utilizó el edificio para fines comerciales, instalando un bar en el lado francés y una tienda en el lado suizo. Sin embargo, en 1921, el inmueble fue adquirido por Jules-Jean Arbeze, quien lo transformó en el hotel que conocemos hoy. Desde entonces, el Hotel L’Arbézie ha mantenido su singularidad, atrayendo a visitantes interesados en experimentar la curiosa sensación de estar en dos países al mismo tiempo.

Un alojamiento testigo de numerosos eventos históricos

Este peculiar alojamiento no solo es un destino turístico, sino también un símbolo de la cooperación y la convivencia entre dos naciones. Según detalla National Geographic, el hotel ha sido testigo de numerosos eventos históricos y ha servido como un punto de encuentro para personas de ambos lados de la frontera. Su existencia es un recordatorio tangible de cómo las fronteras, a menudo vistas como divisiones, también pueden ser espacios de unión y creatividad.

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Durante la Segunda Guerra Mundial, tras la ocupación de Francia, las fuerzas alemanas lograron acceder al sector francés, pero no consiguieron atravesar hacia el lado suizo. Años más tarde, en la década de 1960, el lugar fue utilizado como espacio neutral en las negociaciones entre Francia y Argelia que desembocaron en la independencia de esta última.

Otra anécdota sucedió cuando un agente de aduanas suizo sancionó a unos individuos tras sorprenderlos utilizando naipes franceses en la zona suiza del establecimiento. Incluso en 2002, tras los atentados del 11 de septiembre, el sitio volvió a estar bajo escrutinio, ante la sospecha de que miembros de Al Qaeda lo habrían empleado para cruzar la frontera de forma encubierta.

El Hotel L’Arbézie continúa siendo un lugar único en el mundo, donde la geografía y la historia se entrelazan de manera extraordinaria. Su ubicación estratégica y su rica historia lo convierten en un destino imprescindible para quienes buscan experiencias fuera de lo común.