Si los profesores están motivados, los alumnos sacan mejores notas y el abandono escolar disminuye: la ciencia lo demuestra, pero el trabajo empieza fuera del aula

La retroalimentación personalizada de los profesores tiene un impacto positivo no solo en las calificaciones de los estudiantes, sino también en su permanencia en la universidad

Guardar
Alumnos en una universidad. (Adobe
Alumnos en una universidad. (Adobe Stock)

Ser profesor en España no tiene el prestigio que en otros países. Al revés (una pena). Las bromas sobre la carrera de magisterio son frecuentes, al igual que la cantidad de alumnos sin vocación que acaban en ella. Y quien la ejerce -habitualmente- no se siente satisfecho. Sin ir más lejos, una encuesta publicada esta semana y realizada por CCOO sobre el Profesorado de Enseñanzas no Universitarias demuestra el descontento. Entre otros, uno de los datos que alarma es que uno de cada dos profesores afirme que su trabajo le provoca un desgaste emocional “significativo”. Pero su motivación es fundamental para el rendimiento académico, y la ciencia lo ha demostrado.

Un estudio reciente publicado en el America Economic Journal pone de manifiesto cómo la implicación de los profesores puede ser la clave para lograr una reducción de las tasas de abandono escolar. Elaborado por Scott E. Carrell and Michal Kurlaender y titulado Mi profesor se preocupa: evidencia experimental sobre el papel de la participación del profesorado, demuestra que cuando los profesores se comprometen de manera más personalizada con sus estudiantes, los resultados académicos mejoran significativamente, especialmente en los alumnos provenientes de grupos históricamente subrepresentados.

Despedidos por vacaciones: miles de empleados de la educación se van al paro en el verano de 2024 pese a la reforma laboral.

Cabe destacar que se trata de un informe elaborado en base a universidades de Estados Unidos, por lo que al hablar de grupos subrepresentados se hace referencia al alumnado afroamericano y latino. Y por otro lado, mientras que la encuesta en España hace referencia a los docentes de colegios e institutos, esta investigación se centra en la universidad únicamente. No obstante, sus resultados pueden aplicarse a cualquier etapa de la educación.

Los investigadores proporcionan una perspectiva innovadora sobre el papel que juegan los profesores en el éxito académico de los estudiantes, en particular en aquellos que enfrentan barreras económicas, sociales o culturales para completar sus estudios universitarios. A través de una intervención sencilla pero efectiva, el estudio ha revelado que la retroalimentación personalizada de los profesores tiene un impacto positivo no solo en las calificaciones de los estudiantes, sino también en su permanencia en la universidad.

El compromiso de los docentes, una intervención sencilla pero efectiva

El estudio se llevó a cabo en un gran campus universitario de acceso amplio, donde se implementó una intervención diseñada para aumentar la interacción entre estudiantes y profesores. Esta intervención consistió en el envío de correos electrónicos personalizados, en los que los profesores proporcionaban retroalimentación individualizada sobre el desempeño académico de los estudiantes y les ofrecían apoyo adicional, como horas de consulta. La idea central era hacer que los estudiantes se sintieran más conectados con sus docentes y, por ende, más apoyados en su trayectoria educativa.

Estudiantes de arquitectura. (IStock)
Estudiantes de arquitectura. (IStock)

El impacto fue inmediato: los estudiantes que recibieron esta retroalimentación personalizada obtuvieron mejores calificaciones y mostraron una mayor disposición para asistir a las horas de tutoría de los profesores. Además, la intervención resultó ser especialmente eficaz entre los estudiantes de afroamericanos y latinos, quienes históricamente han tenido menores tasas de graduación.

Resultados positivos y sostenibles en el tiempo

El estudio no solo midió los efectos a corto plazo, sino que también examinó los resultados a largo plazo, como la persistencia de los estudiantes en la universidad y su tasa de graduación. Los estudiantes que participaron en la intervención mostraron una mayor probabilidad de continuar sus estudios y, con el tiempo, acumulaban más créditos. Este impacto fue particularmente notable en los estudiantes de primer y segundo año, los cuales suelen estar en una etapa crítica de su vida académica.

El análisis también mostró que, tras recibir el apoyo adicional de los profesores, los estudiantes de grupos subrepresentados no solo mejoraron sus calificaciones, sino que también aumentaron su compromiso con la universidad, reduciendo su riesgo de abandono.

La importancia de la retroalimentación personalizada

Uno de los hallazgos más destacados de este estudio es el valor de la retroalimentación personalizada. Para muchos estudiantes, especialmente aquellos que no tienen acceso a recursos académicos adicionales fuera de la universidad, un simple mensaje del profesor que resalta su progreso en el curso y les ofrece recomendaciones para mejorar puede ser un factor decisivo en su rendimiento y motivación.

Como se menciona en el estudio, muchos estudiantes de grupos subrepresentados expresaron en entrevistas su sorpresa y gratitud por recibir atención personalizada de sus profesores. Los correos electrónicos no solo les informaban sobre su desempeño, sino que también les ofrecían una forma de contacto directo con el docente, algo que muchos consideraban ausente en sus experiencias previas de educación superior.

Alumnos en un aula. (Europa
Alumnos en un aula. (Europa Press)

Este tipo de intervención, a pesar de ser simple y de bajo coste, se ha mostrado altamente eficaz. Los investigadores estimaron que la intervención resultó en 24 graduados adicionales por cada grupo de estudiantes tratados, con un costo de aproximadamente 2.500 dólares por graduado, lo que demuestra que pequeños esfuerzos pueden generar grandes beneficios.

Implicaciones para el futuro

Este estudio ofrece valiosas lecciones para las universidades y las políticas educativas en general. Incentivar la participación de los profesores en la vida académica de sus estudiantes a través de intervenciones sencillas, como retroalimentación regular y personalizada, podría convertirse en una estrategia clave para mejorar tanto el rendimiento académico como la persistencia de los estudiantes, en especial aquellos de orígenes vulnerables.

Aunque el estudio se centra en una intervención limitada, sus resultados sugieren que con el compromiso adecuado de los profesores, se podrían lograr mejoras sustanciales en la equidad educativa, contribuyendo a la reducción de las tasas de abandono escolar y aumentando las oportunidades de éxito para todos los estudiantes, sin importar su origen o situación socioeconómica.