Un parque infantil se incendia 24 horas después de su inauguración: “Dos años de trabajo para esto. Estamos desolados”

Fue idea del consejo municipal infantil y costó largo tiempo materializarlo. Su reconstrucción se plantea ahora como un acto de resistencia a los vándalos

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Parque del Gros-Buisson, en Vigneux-sur-Seine,
Parque del Gros-Buisson, en Vigneux-sur-Seine, antes y después del incendio.

La tarde del miércoles, 30 de abril, decenas de familias asistieron a la inauguración de una nueva área de juegos en el parque del Gros-Buisson, en Vigneux-sur-Seine, al sur de París, diseñada para niños menores de diez años. El proyecto, valorado en 90.000 euros, había nacido en el seno del consejo municipal infantil hace dos años y fue celebrado por la comunidad como un logro colectivo. Uno de los propios niños del consejo fue el encargado de cortar la cinta en una ceremonia presidida por el alcalde, Thomas Chazal.

Solo 24 horas más tarde, el jueves en torno a las 21:15 horas, cuando el parque se preparaba para cerrar sus puertas, se desató un incendio. A pesar de la rápida intervención de los bomberos del centro de socorro de Vigneux-sur-Seine, las llamas calcinaron parte de la infraestructura: varios de los juegos infantiles y parte del suelo sintético fueron reducidos a cenizas.

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La alcaldía, que ha confirmado lo ocurrido este viernes, califica el hecho como un “acto criminal”. En un comunicado firmado por la totalidad del consejo municipal, el alcalde Chazal expresa su indignación: “Es un proyecto que nos llegó del consejo de niños. Dos años de trabajo para esto. Estamos desolados por ellos”.

La reacción de la ciudadanía no se hizo esperar. Desde primera hora de este viernes, múltiples residentes compartieron mensajes de tristeza e incredulidad en redes sociales. Una de las publicaciones más comentadas incluía un video donde se ve el fuego devorando el principal juego del parque. “¿Por qué destruir algo hecho para los niños?”, se preguntaba una vecina.

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El impacto emocional de este acto ha sido profundo. Para muchas familias, la zona de juegos representaba no solo un espacio de ocio, sino también un símbolo de renovación y convivencia vecinal.

Sospechas de intencionalidad

Desde el primer momento, el consistorio ha defendido la hipótesis de un incendio provocado. Según el alcalde, el “marco preservado” en el que se encuentra el parque hace poco probable cualquier causa accidental. En su comunicado, el ayuntamiento denuncia un “acto de destrucción” perpetrado por “una minoría de vándalos”.

Este mismo viernes por la mañana se ha presentado una denuncia ante las autoridades competentes. Además, se están analizando las imágenes captadas por las cámaras de videovigilancia instaladas en los alrededores del parque, con el objetivo de identificar a los responsables.

El parque del Gros-Buisson el
El parque del Gros-Buisson el día de su inauguración.

“Se hará todo lo necesario para que se esclarezcan los hechos, se identifique a los culpables y se les sancione a la altura de la gravedad del acto”, indica la municipalidad. Mientras tanto, se han colocado barreras y cintas de seguridad alrededor de la zona afectada.

Un golpe para la comunidad

Más allá del daño económico, que se estima en decenas de miles de euros, el incendio ha supuesto un golpe simbólico y emocional para Vigneux-sur-Seine. “Este espacio había sido concebido para las familias, para embellecer nuestra ciudad y mejorar la vida en los barrios”, afirma el alcalde en un segundo comunicado difundido este viernes. “Aquí no solo se han quemado juegos, sino también semanas de trabajo, recursos públicos y, sobre todo, la ilusión de nuestros hijos.”

El alcalde asegura que el área de juegos será reconstruida, aunque no ofrece detalles sobre plazos ni presupuestos. “Los que pensaron que esto nos haría retroceder, se equivocan. Seguiremos invirtiendo y transformando para que vivir en Vigneux-sur-Seine sea un orgullo”, concluye.

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El parque del Gros-Buisson en llamas.

Pero el caso de Vigneux-sur-Seine no es aislado. En Francia, los actos de vandalismo contra espacios públicos -especialmente zonas infantiles, colegios y transportes- suponen un problema recurrente. Según datos del Ministerio del Interior, los municipios destinan anualmente varios cientos de millones de euros a reparar los daños ocasionados por estos delitos.

Las motivaciones de quienes cometen estos actos suelen variar, desde el aburrimiento hasta la oposición simbólica contra la autoridad. Pero las consecuencias son constantes: recursos públicos perdidos, comunidades afectadas y un creciente sentimiento de impotencia entre la ciudadanía.

En Vigneux-sur-Seine, lo ocurrido ha reabierto el debate sobre cómo proteger los espacios comunes frente a una minoría que actúa al margen del interés general. La reconstrucción de la zona de juegos, más allá de una simple reparación, se plantea ahora como un acto de resistencia comunitaria.