El ‘apagón’ de los menores españoles: el 29% está en riesgo de pobreza, la peor tasa de toda la Unión Europea

El acceso a la vivienda, el origen o el tipo de familia, tiene un efecto directo sobre la vulnerabilidad económica

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Niños en el patio del
Niños en el patio del centro escolar (Álex Zea - Europa Press)

El año pasado, 93,3 millones de personas en la Unión Europea (el 21% de la población), se encontraban en riesgo de exclusión social. Esto significa que enfrentaban al menos uno de los tres factores que contribuyen a esta situación: riesgo de pobreza, privación material y social grave, o una baja intensidad laboral en el hogar.

Aunque esta cifra representa una leve reducción de 0,3 puntos porcentuales respecto a 2023 (aproximadamente 1,3 millones de personas menos), España continúa siendo uno de los países con las tasas más altas de la UE, ocupando el cuarto puesto en este índice, según los últimos datos de Eurostat, publicados este miércoles. Una situación que se agrava aún más en el caso de la infancia, donde España lidera las tasas de pobreza: un 29,2% de los menores en el país viven en condiciones de pobreza, lo que supone 9,9 puntos porcentuales más que la media comunitaria (que es del 19,3%).

Imagen de archivo. Niñas de
Imagen de archivo. Niñas de un pueblo de Turquía que se benefician del Programa de Transferencia de Efectivo de UNICEF. (UNICEF)

En 2023, España ocupaba el segundo lugar, solo por detrás de Rumanía. Sin embargo, en 2024, el país rumano mejoró sus cifras, mientras que España experimentó un empeoramiento, aumentando su tasa del 28,9% al 29,2%. Lo cierto es que UNICEF lleva varios años avisando de esta lacra, por ello considera que ”con estos datos se evidencia que la infancia no es una prioridad en las políticas públicas".

Para el director de la Plataforma de Infancia, Ricardo Ibarra, los efectos de estos datos son claros: “Esto tiene consecuencias en la salud, educación y bienestar general de la infancia y la adolescencia, como por ejemplo una alimentación insuficiente, no tener acceso a un ordenador lo que limita sus oportunidades educativas y aumenta la brecha digital, o no poder salir al menos una semana al año de vacaciones, lo que afecta a su salud mental”, apuntó hace un mes en la presentación del informe Análisis de la Encuesta de Condiciones de Vida con Enfoque de Infancia 2025, en el que se aseguraba que la pobreza infantil tenía mayor incidencia en los adolescentes de 13 a 17 años.

El acceso a la vivienda, el origen o tipo de familia, afecta

Desde UNICEF señalan que la vivienda está desempeñando un papel clave en el empobrecimiento y la exclusión social de los niños y sus familias. En los últimos cinco años, el precio de la vivienda ha aumentado un 19%, según los datos del Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana. Por ello, la organización sin fines de lucro alerta de que la pobreza infantil se agrava en más de un 30% cuando se restan los gastos de vivienda de los ingresos de los hogares con niños. Además, en muchos de los indicadores relacionados con la carencia de vivienda, se observa que los niños son los más vulnerables.

También hay que tener en cuenta que la pobreza afecta de manera desigual a las niñas, niños y adolescentes, y varios factores aumentan el riesgo de pobreza infantil. Entre ellos, se incluyen el origen de los padres, y el tipo de familia que se tiene. Según datos de la Plataforma de Infancia, en 2024, el 67,9% de los niños con padres de nacionalidad extranjera estaban en riesgo de pobreza o exclusión social. Además, el 50,4% de los hogares monomarentales también enfrentaban este riesgo, una cifra que supera considerablemente la de otros tipos de hogares. En hogares con tres hijos, el riesgo era del 48,7%, y con más de tres, el porcentaje sube al 65,1%.

Las madres solteras sufren más riesgo de pobreza: “No podemos vivir con una jornada reducida, necesitamos recursos”.

En este sentido, el lugar de residencia y el grado de urbanización también juegan un papel importante. El 35,7% de los niños que viven en áreas rurales están en riesgo de pobreza y exclusión social, una cifra superior a la media nacional. Y en 2024, Andalucía tenía las tasas más altas, con un 44,4%, seguida de Murcia (43,9%) y Canarias (38,6%).

Para afrontar el problema, las entidades de infancia proponen, entre otras medidas, crear una ayuda universal para la crianza; mejorar el acceso al Ingreso Mínimo Vital; asegurar permisos remunerados para madres y padres y aumentar el gasto público en becas y ayudas al estudio.