40 años trabajando, un salario de 2.000€ al mes y una pensión insólita: “Parece que trabajar tanto no tiene recompensa”

A pesar de haber trabajado durante décadas, un número creciente de personas se encuentra en la necesidad de seguir trabajando tras su jubilación para poder llegar a fin de mes

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 (Imagen Ilustrativa Infobae)
(Imagen Ilustrativa Infobae)

Después de casi cuatro décadas trabajando como cajera en un supermercado en Francia, una mujer se ha enfrentado a una realidad inesperada en el momento en el que, al fin, ha llegado su jubilación: su pensión mensual será de apenas 800 euros.

Y es que según recoge el medio neerlandés Perfolax, esta cifra contrasta significativamente con el salario que la mujer ha estado percibiendo durante su vida laboral, que era un total de 1.946 euros al mes.

La noticia ha causado, lógicamente, gran indignación, y ha mostrado lo que supone un problema cada vez más común entre los nuevos pensionistas de nuestro país vecino, los cuáles descubren que el sistema de pensiones no garantiza una jubilación digna, incluso tras años de trabajo continuo.

La ex cajera, cuya identidad no ha sido revelada, ha mostrado su sorpresa y frustración al conocer la cantidad de su pensión: “Nunca me he tomado largas vacaciones, ni largos periodos de tiempo libre, ni siquiera para criar a mis hijos”.

A pesar de haber trabajado durante 39 años, su jubilación no le permite cubrir sus necesidades básicas, lo que la ha obligado a empezar a buscar trabajos esporádicos. No puede permitirse el lujo de descansar después de toda una vida trabajando.

Un caso que, tristemente, no es el único

La realidad esconde algo peor que esta mala anécdota, y es que el caso de esta trabajadora no es un hecho aislado. Según diversos medios del país, en Francia es habitual que el sistema de pensiones, basado en reglas de cálculo complejas, deje a muchos trabajadores con ingresos insuficientes al final de su vida laboral.

Y es que factores como los años de cotización, el salario medio de los momentos más productivos, y los periodos de desempleo o baja médica influyen directamente en la cantidad final de la pensión.

En concreto, para quienes no han tenido salarios altos o han enfrentado interrupciones en su carrera laboral, el resultado puede ser una jubilación que no cubre las necesidades básicas. Como es el caso de la mujer que ha sufrido en primera persona lo que, en un inicio, parecía imposible después de tantos años trabajando con un buen sueldo.

Dos jubilados charlan en la
Dos jubilados charlan en la calle. (EFE/Luis Tejido).

Un sistema de pensiones que tiene muchos fallos

El problema que aquí se relata, radica en que el sistema de pensiones francés, como en otros muchos países europeos, no siempre refleja el esfuerzo y la dedicación de los trabajadores a lo largo de su vida laboral.

Y es en este contexto, en el que los expertos recomiendan recurrir a planes de pensiones privados o sistemas de ahorro complementario para garantizar una mayor estabilidad económica en la jubilación, y no tener que trabajar más años de los que corresponden.

Sin embargo, estas opciones no siempre son accesibles para todos, especialmente para quienes tienen ingresos limitados. Y, por otra parte, después de toda una vida cotizando, lo lógico sería que no tuviesen que pensar en un plan B, sino recibir lo que merecen.

Evidentemente, el caso de esta mujer plantea muchas cuestiones con respecto a los sistemas de pensiones públicos, y, sobre todo, en torno a las medidas necesarias para garantizar una vejez digna para todos los trabajadores.