Una española no da crédito con la actitud de los parisinos: “Son muy maleducados”

La joven expone una experiencia personal y señala el comportamiento de los parisinos en el transporte público

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Fragmento vídeo de TikTok. (@andrea.lavio)
Fragmento vídeo de TikTok. (@andrea.lavio)

Viajar a un país del extranjero suele ser una de las actividades favoritas de la gente. Conocer nuevas culturas, descubrir nuevas ciudades y probar la comida típica suelen ser los alicientes más comunes para coger un vuelo a otro país.

Suele haber un denominador común en este tipo de aventuras: cuanto más lejos viajas, las diferencias suelen ser más grandes. Sin embargo, hay veces en las que tus vecinos geográficos te pueden llegar a sorprender.

Este es el caso de Andrea, una joven española que vive en Francia. Ella vive en París y tiene una cuenta de TikTok (@andrea.lavio) en la que cuenta sus experiencias. Gracias a estos vídeos ha conseguido más de 5500 seguidores en unos meses y cuenta con más de 196.000 me gusta entre todas sus publicaciones.

Suele contar curiosidades de Francia y, en este caso, ha explotado contra los parisinos debido a varias experiencias personales negativas que ha tenido en el transporte público.

“Son muy maleducados”

Para ir a su trabajo tiene que hacer un largo recorrido en Metro. Si estos viajes están marcados por alguna característica en particular es por la prisa que todo el mundo suele tener a la hora de desplazarse.

Un francés se sube a la parte trasera del metro y enseña la Línea 5 de Madrid

El estrés y la gran cantidad de personas son los motivos principales por los que la gente suele ir agobiada. Sin embargo, hay algunas normas básicas que, según su testimonio, no se respetan. “¿Podemos hablar de lo maleducada que es la gente en París?”, comenta Andrea.

Para ejemplificarlo, usa una experiencia personal en el Metro de la ciudad. Hay una norma no escrita entre los viajeros en la que, en el caso de que haya mucha gente que quiera salir del vagón, los pasajeros que están más cerca de la puerta se bajan para dejar más espacio.

Otra de estas normas es dejar salir antes de entrar. Pues en este caso Andrea, que llevaba mucha prisa para llegar al trabajo, fue víctima de estos dos comportamientos. El resultado fue que la joven se quedó fuera del vagón, siendo incapaz de entrar por el comportamiento de los pasajeros parisinos.

“No me lo podía creer, empecé a insultar en alto en español por la rabia que me daba”, afirma tras recordar lo sucedido. “Me sentí como un cerdo o una piedra a la que a nadie le importa”, prosigue.

Sin embargo, entiende que es parte de la vida en la gran ciudad. Pese a ello, deja claro que hay ciertos límites que no hay que rebasar. “Como esta tengo muchas anécdotas, sobre todo en el transporte público”, continúa comentando.

Pese a esta anécdota, París es una ciudad que tiene muchas cosas positivas. La ciudad de la luz es uno de los puntos de Europa con una mejor reputación y a la que miles de personas acuden al año para buscar nuevas oportunidades.

Es un país en el que la vida laboral y el ocio están muy equilibrados. Por otra parte, la riqueza cultural que tiene la ciudad es única, siendo un gran punto de convergencia artística.