Le iban a extirpar una trompa de Falopio pero el médico sacó la que no era: con 21 años, Carina ya no podrá tener hijos de forma natural

Un hospital de Portugal procura un daño físico y emocional irreparables a una joven que sufrió un embarazo ectópico

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Unos cirujanos realizan una intervención.
Unos cirujanos realizan una intervención.

Una joven de 21 años, Carina Santos, ha visto su vida cambiar drásticamente tras un grave error médico cometido en el Hospital de Évora, en Portugal, que le ha arrebatado la posibilidad de concebir de forma natural, informa CNN en este país.

Carina acudió al hospital para ser tratada por un embarazo ectópico, una condición en la que el embrión se desarrolla fuera del útero, generalmente en una de las trompas de Falopio. En su caso, el embrión se encontraba en la trompa derecha, pero los médicos cometieron un error durante la intervención quirúrgica y le extirparon la trompa equivocada, la del lado izquierdo, que estaba completamente sana.

La extirpación de una trompa de Falopio puede llevarse a cabo mediante cirugía laparoscópica, que implica incisiones pequeñas y el uso de una cámara para guiar la intervención, o mediante una cirugía abierta en casos más complejos. En términos de complejidad, es considerada una intervención rutinaria en ginecología.

Ana Isabel, de 49 años, es una de las víctimas más jóvenes de la talidomida. Supuestamente, en España, este medicamento dejo de comercializarse en 1965, nueve años antes de que naciera Ana Isabel

Dolor en el abdomen

La historia comenzó cuando Carina Santos comenzó a experimentar dolores en el lado derecho de su abdomen, lo que la llevó a consultar en el hospital. Tras realizarse una ecografía, los médicos confirmaron que el embrión se encontraba en la trompa derecha, lo que hizo que la joven fuera ingresada para proceder con una intervención quirúrgica.

Sin embargo, tras la operación, Carina no pudo evitar notar que algo no iba bien: la cirugía se había realizado en el lado izquierdo, a pesar de que la ecografía había confirmado la ubicación del problema en la trompa derecha. El propio hospital emitió un informe confirmando que la trompa izquierda no presentaba signos de embarazo ectópico, lo que deja claro que se trataba de la trompa incorrecta.

La evidencia reciente sugiere que
La evidencia reciente sugiere que muchos casos de cáncer ovárico en realidad pueden originarse en las células del extremo más distante (distal) de las trompas de Falopio.

10 semanas de gestación

A pesar de la intervención fallida, Carina fue dada de alta tras 48 horas de recuperación. 17 días después, los síntomas de la gravidez continuaban y la joven regresó al hospital. Fue entonces cuando descubrió que el feto seguía desarrollándose, ya con 10 semanas de gestación, lo que obligó a los médicos a realizar una segunda operación, esta vez para retirar la trompa derecha, que era la afectada.

Aún más confuso resultó el hecho de que, entre la primera y la segunda intervención, Carina recibió un informe anatómico del hospital que señalaba que la muestra extraída de la trompa izquierda no era compatible con un diagnóstico de embarazo ectópico. Esto generó dudas sobre si la primera cirugía realmente sirvió para retirar el feto que se había desarrollado fuera del útero.

Este error médico ha tenido consecuencias devastadoras para Carina Santos, quien ha perdido ambas trompas de Falopio, lo que le impide la posibilidad de concebir de forma natural. Aunque existen opciones como la fertilización in vitro, la joven ya no podrá ser madre sin la intervención de técnicas de reproducción asistida.

Cirujanos durante una intervención.
Cirujanos durante una intervención.

Daño físico y emocional irreparables

La situación ha generado un gran revuelo mediático y la Unidad Local de Salud del Alentejo Central, que gestiona el Hospital de Évora, ha confirmado que se abrirá una investigación interna para esclarecer los hechos y determinar las responsabilidades.

El caso de Carina no solo pone en evidencia un grave error en la práctica médica, sino que también plantea serios interrogantes sobre la calidad del seguimiento y la precisión en la realización de diagnósticos y procedimientos quirúrgicos.

La joven, que esperaba recuperar su salud y continuar con su vida de manera normal, se encuentra ahora enfrentando un shock emocional. La controversia ha sido cubierta ampliamente por los medios de comunicación, y el hospital ha prometido colaborar plenamente con la investigación, aunque la situación ya ha tenido un impacto irreversible en la vida de Carina.