‘Made in Spain’, ‘Made in EU’ o ‘Made in China’ son los nuevos pasaportes: ¿qué hace falta para que un producto lleve la etiqueta de origen?

En 2014, el Parlamento Europeo aprobó la obligatoriedad de las etiquetas que indican el país de origen de los productos

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¿Qué hace falta para que
¿Qué hace falta para que un producto lleve la etiqueta de origen? (Montaje Infobae)

En plena guerra arancelaria, la etiqueta del Made in... se convierte en el pasaporte. La tensión comercial impulsada por la administración de Donald Trump ha situado los aranceles al 10 % a prácticamente todos los países del mundo, menos a China, con la que libra una batalla que ha ido escalando y que no parece que vaya a resolverse en el corto plazo.

En estos últimos días, muchos supuestos trabajadores asiáticos, cansados de las repercusiones económicas que están surgiendo por estas medidas, han comenzado a subir vídeos a redes sociales en los que denuncian que muchos artículos de marcas de lujo se venden por un importe mucho más alto del que sería su precio de fabricación. Estas personas, que dicen ser los propios fabricantes, afirman que los productos se elaboran en China a un coste mucho más bajo.

En España, por ejemplo, el precio de un bolso Birkin, de la empresa francesa Hermès, puede oscilar entre los 8.500 euros, los modelos más sencillos, hasta superar los 20.000 euros. Pero, tal y como aseguran en los vídeos, el coste de producción de estos artículos rondaría los 1.400 dólares en China (unos 1.288 euros).

Aunque todavía no se ha confirmado que estas acusaciones sean ciertas, sí ponen sobre la mesa algunas dudas sobre el etiquetado Made in de los productos de lujo.

¿Qué hace falta para confirmar que estos artículos se han fabricado en Italia, España o Francia, y no en China? Es aquí cuando el Made in Italy, Made in Spain o Made in France se vuelve fundamental.

El etiquetado ‘Made in’ y sus requisitos en Europa

En 2014, el Parlamento Europeo aprobó la obligatoriedad de las etiquetas que indican el país de origen de los productos. El etiquetado de origen es más que un simple distintivo de calidad, también funciona como un factor clave para los consumidores.

Imagen archivo de la calle
Imagen archivo de la calle Serrano de Madrid, en el Barrio de Salamanca. EFE/Javier López

Según la Unión Europea, para que un artículo lleve dicha etiqueta, debe cumplir con las normas de origen que dictan que el producto procede de un país determinado. La normativa establece que debe haber una transformación sustancial en dicho país, es decir, que tiene que ocurrir un proceso que implique un cambio significativo en su naturaleza, y no bastaría con que un artículo solo haya recibido unos “últimos detalles”.

Esto se aplica a productos manufacturados en cualquier estado de la Unión Europea. Si el artículo ha sido ensamblado o finalizado en el país, pero su producción principal ha ocurrido en otro lugar, la etiqueta no puede indicar que ha sido fabricado en esa región, pero sí puede optar por una referencia como Made in EU si cumple con ciertos criterios.

¿Cómo se determina el país de fabricación?

A nivel internacional, para determinar si un producto cumple con los criterios de origen, existen pruebas y documentos de comercio específicos que deben ser presentados a las autoridades aduaneras. Según la Comisión Europea, si hay dudas sobre el origen de un producto, los fabricantes pueden solicitar una decisión vinculante sobre información de origen (IVO). Este documento asegura que el origen indicado es el correcto según la legislación europea y proporciona seguridad jurídica tanto para los fabricantes como para las autoridades aduaneras.

En cuanto a los productos originarios de más de un país, la regla dice que el país que se considera de origen es aquel donde se haya realizado la última transformación o elaboración sustancial, es decir, el proceso que modifica el producto completamente. Es decir, que la etiqueta Made in reflejaría la región en la que se realizó la parte más importante de la producción.

En el caso de algunos productos industriales, como la moda de lujo o el calzado, las marcas pueden optar por aplicar el etiquetado Made in en función de los procesos clave que se hayan realizado en su país de origen. En estos sectores, la calidad del trabajo artesanal o el diseño desempeñan un papel crucial en la determinación del país de origen. Por ejemplo, en el caso de productos de lujo fabricados en Francia o Italia, puede ser suficiente que el diseño, la selección de materiales o el acabado final se hayan realizado en esos países, incluso si los componentes provienen de otros lugares.

Marcas de lujo investigadas en 2024: bolsos de 2.000 euros se fabricaban por 35

Además, esta no es la primera vez que las marcas de lujo se ven envueltas en este tipo de polémicas. El año pasado, la Fiscalía italiana investigó a dos grandes, como Dior y Armani, prácticas opacas en su cadena de suministros y por estar pagando a fabricantes en China cantidades mínimas de dinero por la producción de bolsos que luego vendían por miles de euros en el mercado global.

La Fiscalía señaló que, en el caso de Dior, algunos de sus bolsos de lujo, que tienen precios de venta de entre 1.800 y 2.600 euros, se fabricaban por entre 35 y 70 euros en talleres ilegales en China. Estos talleres, según la investigación, operaban en condiciones precarias y explotaban a los trabajadores, quienes recibían salarios extremadamente bajos, entre 2 y 3 dólares la hora, tal y como recogió el Diario Libre. Además, los trabajadores se veían obligados a realizar jornadas maratonianas, que incluían turnos de 24 horas, trabajando incluso en festivos y fines de semana.

El logo de la compañía
El logo de la compañía de moda italiana Giorgio Armani. REUTERS/Arnd Wiegmann/File Photo

Al final, en junio de 2024, el tribunal de Milán impuso un régimen de vigilancia judicial a Manufactures Dior Srl, una filial de Dior Italia, tras confirmar que la marca sí subcontrataba su producción a estas empresas chinas.

Por su parte, Armani también estuvo bajo sospecha tras unas investigaciones que revelaron que la marca pagaba a sus proveedores de China alrededor de 270 dólares por bolso, que después se vendían a un precio que rondaba los 2.000 dólares. Según un artículo de The Wall Street Journal, el proveedor de Armani habría utilizado las mismas prácticas de subcontratación ilegal, involucrando también a inmigrantes ilegales y condiciones de trabajo deplorables.

Aunque la marca, en un comunicado oficial, negó cualquier irregularidad, las investigaciones continuaron hasta este año. El tribunal italiano concluyó la investigación a GA Operations, la empresa encargada de producir ropa y accesorios para Armani, tras una serie de reformas internas implementadas por la empresa. El tribunal destacó, según Reuters, que la marca había resuelto rápidamente las relaciones con los proveedores de riesgo.

Aun así, las investigaciones sobre las prácticas laborales en la cadena de suministro de Armani continúan, y las autoridades italianas siguen vigilando de cerca las operaciones de la empresa para garantizar el cumplimiento de las normativas laborales.

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