Una jubilada denuncia que al cumplir 65 le subieron el precio del seguro de salud privado 200 euros: la edad es considerada factor de riesgo

Estos casos son un reflejo de una problemática que afecta a miles de personas. Mientras el envejecimiento de la población avanza, la demanda de servicios de salud aumenta, y con ella, la necesidad de un debate sobre cómo garantizar el acceso a una atención médica de calidad para todos, sin importar la edad

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Abuelo de la tercera edad
Abuelo de la tercera edad sentado pacientemente en la sala de espera de un hospital, esperando su consulta médica. Refleja la realidad de la salud pública para nuestros mayores. Palabras clave: abuelo, tercera edad, sala de espera, hospital, clínica, consultorio médico, atención médica, salud pública, medicina, paciente anciano. (Imagen ilustrativa Infobae)

El aumento de las primas de los seguros de salud privados a partir de los 65 años está generando preocupación entre los usuarios, quienes ven cómo los precios se disparan en un momento vital en el que, precisamente, más necesitan estos servicios.

Según ha averiguado La Vanguardia, las compañías aseguradoras consideran la edad como un factor de riesgo determinante, lo que justifica incrementos significativos en las tarifas, independientemente del estado de salud o los hábitos de vida de todos los asegurados.

El problema es que este fenómeno afecta especialmente a quienes han mantenido una póliza durante décadas. Tal es el caso de Paloma, una jubilada de 67 años, quien ha relatado cómo, al cumplir los 65, su seguro de salud aumentó más de 200 euros al mes. “Llevas toda la vida pagando el seguro de salud, y cuando lo necesitas, te echan”.

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Paloma había contratado su seguro a través de una asociación profesional desde los 25 años, pero tras el incremento, se vio obligada a abandonarlo. Este es el caso de muchas otras personas que han confiado en los seguros de salud privados, ante la expectativa de las listas de espera interminables de la Sanidad Pública.

Pero hay casos peores, como es el de los seguros médicos privados en Estados Unidos, que no cubren gran parte de los tratamientos para enfermedades graves, a pesar de haber estado toda una vida pagando una cantidad fija mensual. En su caso, no existe la opción de ir a la pública.

Las primas aumentan con la edad en las aseguradoras privadas, sin importar el historial médico

Según los datos que ofrece el comparador Avant2 Sales Manager, las aseguradoras aplican subidas de precios basadas principalmente en la edad, sin considerar si el usuario ha utilizado mucho o poco los servicios médicos hasta el momento de jubilarse, o de traspasar la tercera edad.

Este criterio se asemeja al de los seguros de automóviles, donde los siniestros influyen en el precio de la póliza. Sin embargo, en el caso de los seguros de salud, el simple hecho de envejecer se convierte en el principal factor de riesgo, aunque la persona no tenga ninguna enfermedad crónica, ni haya sufrido enfermedades en el pasado.

Además, los precios de los nuevos seguros han experimentado un aumento promedio del 19% este año, según datos del mismo comparador de seguros. Este incremento se suma a una tendencia al alza que se ha intensificado desde la pandemia de Covid-19, periodo en el que el número de usuarios de seguros privados ha ido creciendo a un ritmo de medio millón por año, el doble que en años anteriores.

 (Mateo Lanzuela / Europa
(Mateo Lanzuela / Europa Press)

Una vida de pagos que, sin embargo, no garantizan ninguna estabilidad

El caso de Paloma no es único. Su esposo, Fernando, quien trabajó como arquitecto, también mantuvo un seguro de salud privado durante gran parte de su vida, desde poco después de cumplir los 30 años y hasta su fallecimiento a los 87. Ambos confiaron en que su inversión a lo largo de los años les garantizaría tranquilidad en la vejez, pero la realidad fue, por desgracia, muy distinta.

Paloma ha contado cómo, a los 40 años, pagaba alrededor de 80 euros anuales por su seguro, con incrementos graduales que, aunque molestos, eran asumibles. Sin embargo, al llegar a los 65 años, el aumento ha sido tan drástico que se volvió insostenible.

El problema, en ese sentido, se extiende de un sitio a otro. Debido a la cada vez más precaria situación de la Sanidad Pública, donde muchas personas tienen que esperar durante meses para tener una cita con un especialista, y, por tanto, un diagnóstico a su enfermedad, recurren a pagar un seguro privado que les garantice no verse en esta situación cuando llegue el momento de la vida donde más problemas médicos surgen.

Pero allí se encuentran con que, a pesar de haber pagado durante muchos años, e incluso en casos donde no se ha hecho un uso excesivo de los servicios privados, los precios suben y se vuelven imposibles.