Era jefe de Ikea y viajaba por el mundo, pero ahora es taxista nocturno para poder ver crecer a su hija: “Me convertí en una criatura mitológica, mitad hombre-mitad silla”

Su ajetreado ritmo de trabajo le llevó a cambiar de vida drásticamente. Aunque ahora gana menos dinero, ha destacado que el “el tiempo no tiene precio”

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Vicenzo Pezzarossa decidió dejar su
Vicenzo Pezzarossa decidió dejar su trabajo para ser taxista en Milán. (Facebook/ Canva)

La familia a veces supone un pilar fundamental. Tanto es así que algunos deciden dejarlo todo por estar son sus seres queridos, pese a tener un buen puesto de trabajo. Vincenzo Pezzarossa, un hombre de 51 años con una trayectoria profesional que lo llevó a recorrer el mundo como alto ejecutivo de Ikea, tomó una decisión radical hace siete años: dejó su puesto como dirigente en la multinacional sueca para convertirse en taxista nocturno en Milán.

Según informó el diario italiano Corriere della Sera, este cambio de vida fue impulsado por una crisis personal que lo llevó a replantearse sus prioridades, optando por un estilo de vida que le permitiera pasar más tiempo con su hija y recuperar el control sobre su tiempo. De acuerdo con el medio, Pezzarossa, quien es licenciado en Derecho, había construido una carrera multifacética antes de convertirse en taxista: “Vivía a mil por hora y necesitaba bajar el ritmo”, ha expresado.

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Imagen de archivo de una tienda Ikea. (REUTERS/Evgenia Novozhenina)

Una vida en constante transformación

Además de su experiencia como ejecutivo, trabajó como periodista, docente y experto en marketing. Sin embargo, su vida dio un giro inesperado durante una reunión en Suecia, cuando sufrió una crisis nerviosa que lo llevó a cuestionar su estilo de vida. En ese momento decidió abandonar su puesto en Ikea, una empresa para la que había trabajado durante años. Esto le llevó a buscar una ocupación que le permitiera estar más presente en la vida de su hija, a quien no veía a menudo: “El tiempo no tiene precio”, ha manifestado.

Pezzarossa ha descrito su trayectoria como una “existencia componible”, en referencia a los muebles modulares de Ikea. Según ha detallado al medio italiano, su vida profesional ha sido como una librería a la que constantemente añadía nuevos bloques. Sin embargo, el ritmo frenético de su carrera como ejecutivo lo llevó a sentirse como “una criatura mitológica, mitad hombre-mitad silla”, una metáfora que refleja el agotamiento y la desconexión que experimentaba en su vida laboral. Ahora, respecto a su profesión, se define así: “Feliz taxista. Pero no siempre ha sido así”.

El cambio no fue fácil, pero para Pezzarossa, el tiempo tiene un valor incalculable. Aunque ahora gana menos dinero como taxista, asegura que la calidad de vida que ha obtenido no tiene precio. “Soy un alma inquieta”, ha afirmado en la entrevista en el Corriere della Sera, dejando entrever que su camino podría llevarlo a explorar nuevas profesiones en el futuro.

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Varios taxis circulando por la noche. (Canva)

De Saturno a Júpiter: un nuevo comienzo

En su taxi, bautizado como “Giove 100” (Júpiter 100), Pezzarossa ha encontrado una nueva forma de interactuar con el mundo. Según publicó el medio italiano, el nombre del vehículo simboliza un cambio de rumbo en su vida, dejando atrás lo que él describe como “tener a Saturno en contra”. Ahora, desde el asiento de su taxi, escucha historias, conoce a personas de todo tipo y vive experiencias que nunca imaginó en su etapa como ejecutivo. Entre las anécdotas que compartió, destaca una propuesta inusual que recibió de unos pasajeros: participar en un trío. Aunque no aceptó, esta experiencia refleja la diversidad de situaciones que enfrenta en su nueva profesión.

La ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha defendido este miércoles una subida del salario mínimo interprofesional (SMI) de 50 euros al mes para 2025, lo que supondrá llevar esta renta mínima a los 1.184 euros al mes en 14 pagas.

El cambio de vida de Pezzarossa pone de manifiesto una cuestión que afecta a muchas personas en el mundo laboral moderno: el equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Según expresó Corriere della Sera, este exejecutivo tomó la decisión de priorizar su bienestar y el de su familia, incluso si eso significaba renunciar a un salario más alto y a la estabilidad que ofrecía su puesto en Ikea.