El caso de la estudiante italiana que se ha graduado con la máxima nota, pero su tesis no la ha expuesto ella, sino su avatar con IA

La tecnología está avanzando a pasos agigantados, lo que supone una mezcla de incertidumbre, curiosidad y entusiasmo a partes iguales. Las posibilidades al alcance de nuestra mano han aumentado exponencialmente desde que se potencia la experimentación en robótica o Inteligencia Artificial. Además, son muchos los beneficios que esto aporta: en la salud, nos permite combatir enfermedades que hasta entonces eran incurables o que dificultaban la vida de los pacientes; en la industria y otros sectores profesionales, podemos olvidarnos de las tareas mecánicas y repetitivas; en la educación, se abre una puerta de descubrimientos al entrar en un mundo de conocimiento casi ilimitado.

En el ámbito académico, ante los cambios que la tecnología está provocando, son muchos los profesionales que demonizan en cierta medida el uso, por ejemplo, de la Inteligencia Artificial. Destacan que estas herramientas facilitan las tareas de los estudiantes, pero en el mal sentido, pues pierden la capacidad de buscar ellos mismos la información que necesitan y eliminan de su lista de prioridades la reflexión que supone enfrentarte al folio en blanco. Además, el plagio está a la orden del día.

Sin embargo, son también muchos los educadores que están comenzando a ver las virtudes de esta nueva tecnología, por lo que fomentan su utilización porque los alumnos, en su futuro, deberán convivir con este mundo en constante cambio y expansión. Verónica Nicoletti, una estudiante de 26 años de Arpino (Italia), es el claro ejemplo de la necesidad de comenzar a adaptarnos y potenciar la Inteligencia Artificial.

La joven acaba de graduarse en la Universidad de Cassino y Sur Lazio con la máxima nota posible, 110 cum laude, una distinción honorífica que se otorga a los alumnos cuyo rendimiento académico ha sido excelente. Según indica el medio italiano Leggo, en la presentación de su tesis, por el contrario, no ha sido ella la encargada de defender su trabajo, si no la Inteligencia Artificial.

Verónica ha creado un avatar a partir de sus características principales, tanto físicas como de personalidad. Este perfil elaborado por IA es el que, en su nombre, ha expuesto su trabajo: “Tuve que elegir el atuendo para este día basándome en cómo la IA procesaba mi personaje”, explica la joven estudiante.

Precisamente, su tesis se orienta hacia este nuevo camino: ‘Educar para la Inteligencia Artificial, educar la Inteligencia Artificial: mitigar sesgos’. A través de su demostración práctica, Verónica pone sobre la mesa las posibilidades de esta nueva tecnología y expone que el futuro ya está aquí, por lo que es necesario comenzar a integrarlo en nuestro día a día para ir un paso por delante.

Durante la exposición, la estudiante se limitó únicamente a ayudar a su representación, mientras que el avatar explicaba el proyecto, ya que había sido entrenado también para responder a las preguntas de los profesores: “Lo instruimos en la discusión de la tesis, incluyendo todo mi plan de estudios y las indicaciones fundamentales para ello. Es un proyecto también dirigido a las futuras generaciones, que espero que puedan inspirarse en él”.

El trabajo fue apoyado por los profesores, que han seguido el trayecto de Verónica durante cuatro meses hasta la finalización del proyecto. “Me gustaría que los estudiantes tuvieran un avatar personal para sus estudios, que los conozca y sepa cómo mejorar sus aprendizajes y conocimiento”, comentó uno de los profesores, demostrando que, pese a la incertidumbre y el temor que todavía genera la IA, se puede convertir en un gran aliado en nuestro día a día.