20 años de la polémica boda de Carlos y Camila: una nación dividida, la ausencia de la reina Isabel y la oposición de Harry y Guillermo

Los reyes Carlos y Camila celebran este miércoles una efeméride muy especial para ellos. Y es que se cumplen dos décadas de la boda que selló el amor del entonces príncipe con la que había sido la mujer de su íntimo amigo durante su matrimonio con Diana de Gales. Este evento generó un gran revuelo en la opinión pública británica y sufrió varios contratiempos que pasarían a la posteridad.

El 9 de abril de 2005, el príncipe Carlos de Inglaterra contrajo matrimonio con Camila Parker Bowles en una ceremonia civil en Windsor Guildhall. La relación entre los dos fue objeto de controversia desde sus inicios, debido a los rumores de una aventura mientras Carlos aún estaba casado con la princesa Diana. Tras la muerte de Diana en 1997, muchos consideraron que este enlace era una falta de respeto a su memoria; sin embargo, otros defendían que Carlos y Camila eran almas gemelas y que ella era el apoyo que él necesitaba para un futuro como rey.

El matrimonio se celebró en medio de debates y tensiones. La reina Isabel II, madre de Carlos, decidió no asistir a la ceremonia civil en Windsor Guildhall. Según un portavoz del palacio en aquel momento, la soberana tomó esta decisión para cumplir el deseo de la pareja de mantener la boda discreta, ya que su presencia podría haber generado mucha atención. Sin embargo, más tarde, el biógrafo Robert Hardman señaló que su ausencia reflejaba una desaprobación hacia los preparativos, pero no hacia el matrimonio en sí. Al acto civil asistieron apenas 28 personas, incluidos los hijos de ambos: los príncipes William y Harry por parte de Carlos, y Tom y Laura Parker Bowles por parte de Camila.

Pese a esta ausencia inicial, la reina sí se unió a las celebraciones posteriores en el servicio de oración y dedicación de la Iglesia de Inglaterra en la Capilla de San Jorge, dirigido por el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams. Vestida de blanco, la monarca mostró su apoyo al pronunciar un discurso durante la recepción organizada junto al príncipe Felipe en honor de los recién casados. En sus palabras, comparó la relación de Carlos y Camila con una carrera de obstáculos, destacando su fortaleza para superar las adversidades. “Han superado Becher’s Brook y The Chair, además de numerosos obstáculos terribles. Lo lograron, y estoy muy orgullosa”, expresó.

La fecha original de la boda estaba programada para el 8 de abril de 2005, pero tuvo que ser pospuesta para que el príncipe Carlos pudiera representar a la reina en el funeral del papa Juan Pablo II en el Vaticano. El cambio de planes generó inconvenientes logísticos: las cadenas de televisión ajustaron sus programaciones y se alteraron las fechas de los recuerdos conmemorativos.

El enlace también estuvo marcado por tensiones familiares. Según el príncipe Harry, la oposición hacia este matrimonio era evidente. En su libro Spare, Harry relata cómo, junto a su hermano mayor Guillermo, intentaron disuadir a su padre de avanzar con los planes de boda. Incluso teoriza con que el aplazamiento de la fecha era una señal del universo, e insinuó que la memoria de su madre, Diana, influía de alguna manera en los acontecimientos. “Tal vez el universo retrasa lo que desaprueba”, describe.

En los días previos a la boda, Camila sufrió una crisis de salud ocasionada por estrés y sinusitis, que casi la deja fuera del evento. Según relató en su momento Lucía Santa Cruz, amiga cercana y la persona que presentó a la pareja, Camila estaba gravemente afectada y apenas podía levantarse de la cama. Finalmente, su hermana, Annabel Elliot, intervino para convencerla de que asistiera, incluso ayudándola a vestirse.

Para la ocasión, Camila no pudo vestir un tradicional vestido de novia, ya que se trataba de su segundo matrimonio. Así, optó por dos estilismos diferentes en su gran día, diseñados por Antonia Robinson y Anna Valentine. Para la ceremonia civil, lució un abrigo y vestido en color crema con un amplio sombrero a juego. Más tarde, en el servicio de oración, usó un elegante traje de diseño bordado en tonos azul pálido, gris y dorado, acompañado por un penacho dorado diseñado por el sombrerero Philip Treacy.

Cuando se cumplen dos décadas de aquella controvertida boda, Carlos y Camila atraviesan uno de los momentos más complicados de su vida juntos, debido al cáncer que afecta al monarca y del que sigue en proceso de recuperación. Esto, no obstante, no les ha impedido cumplir con sus obligaciones y desplazarse hasta Italia para una visita de estado.

La capital italiana ha sido, precisamente, el lugar escogido para las fotografías que la casa real británica ha hecho públicas con motivo del 20º aniversario de la boda de los reyes. En las instantáneas, tomadas en los jardines de Villa Wolkonsky, residencia del embajador británico en Roma, Carlos y Camila aparecen sonrientes y en actitud relajada. Además, la reina lleva un complemento cargado de significado: un broche con un lirio de los valles, símbolo del amor duradero.