El multimillonario José Elías cambia cada año de Ferrari, pero nunca se compra uno nuevo por “su mentalidad de pobre” y con este truco

José Elías es conocido por ser una de las fortunas más grandes de España. El mediático millonario y creador de varios exitosos negocios es colaborador frecuentes en varios medios, podcasts y canales de creadores de contenido dedicados al mundo empresarial y de inversión.

Recientemente, el catalán ha vuelto a ser noticia por los movimientos en el consejo del grupo OHLA, del cual dimitió el jueves 27 de marzo junto con otros tres consejeros, entre acusaciones de prácticas ilegales.

Elías se ganó su fama como empresario al fundar organizaciones como el grupo energético Orus (ahora Audax) o por ser propietario de la famosa cadena de supermercados especializada en productos congelados La Sirena. Pero, además, se ha hecho popular en internet por sus frecuentes apariciones en canales de Youtube o perfiles de TikTok en los que cuenta sus historias de éxitos y fracasos, aparte de ofrecer consejos para emprender y dar su opinión sobre diversos temas.

Una de las más recientes es su vista a Lo de Évole. Entre otras cosas, el periodista preguntó a Elías por “el capricho más caro” que se ha “permitido”. José responde con un capricho que se ha permitido y se sigue permitiendo, aparentemente: “Un coche, quizás”. Pero no uno cualquiera - que, de media, ronda los 26 mil euros este 2025 , según El Confidencial - claro, porque José es milmillonario: su “capricho” se acerca más a los 250.000 euros. Y cambia de coche cada año.

El “truco” en cuestión: lo primero, ser muy rico. Y lo segundo, que Elías nunca se compra “un Ferrari nuevo”, asegura. “Eso es lo que te digo de la mentalidad de pobre”, dice, porque aparentemente era su padre el que le decía que nunca comprase un coche nuevo. “Pues yo voy al ‘kilómetro cero’ del Ferrari” (queriendo decir que compra coches de stock, nuevos pero ya matriculados), asegura, a lo que Évole responde, sorprendido: “¿Hay kilómetro cero de Ferrari?“.

“Me lo cambio cada año”, cuenta el empresario, “porque más o menos tengo estudiada la curva de depreciación, entonces, si tu te lo cambias cada año acabas perdiendo 20 o 30 mil euros”. Nada más. “Y dices, ¿es dinero? Pues sí, es dinero, pero al final mi coche me cuesta entre 20 y 30 mil - o 40 mil, eh, en el peor de los casos - euros al año. Que si lo divides entre 12 meses, pues al final me cuesta la broma 3.000 euros al mes“. Poca broma, en realidad.

“Porque yo, los coches, he de decirte que los disfruto. ¿Sabes? O sea, me gusta, pues si puedo salir un sábado a tomarme un vermú con el coche, pues salgo; o si salgo un martes a comer, pues salgo, ¿qué quieres que te diga?“. “Al final tampoco...si, es un capricho, pero... pero no es un capricho tan, tan caro”. Para un milmillonario, quizás, porque en realidad 3.000 euros son más de dos meses de SMI.