La vida de Ernesto de Hannover en Madrid: una novia socialité, casa en Puerta de Hierro y muchos escándalos

Ernesto de Hannover es uno de los miembros más conocidos de la realeza europea, si bien nadie de su familia tiene un título propiamente dicho, pero también lo es de la vida madrileña. Pudiendo elegir cualquier ciudad del mundo para vivir, el príncipe alemán lleva asentado en la capital de España desde hace varios años. El motivo de esta elección no es otro que la familia y el amor, primero porque aquí es donde vive su hijo pequeño, Christian de Hannover, junto a su mujer y sus tres hijos, y lo segundo es porque fue en España donde conoció a su actual pareja.

Después de la pandemia, el aristócrata decidió hacer las maletas e instalarse en Madrid en compañía de su novia, Claudia Stilianopolus, hija de la socialité Pitita Ridruejo. Desde que se conocieron, en el verano de 2021 en la isla de Ibiza, los dos son inseparables y forman una de las parejas más estables de la jet set.

Viven juntos en uno de los barrios más exclusivos, Puerta del Hierro, donde también reside su hijo. Y si bien es una de las zonas más lujosas, lo cierto es que Ernesto prefiere estar por el centro de la capital para disfrutar de sus restaurantes y bares más lujosos. Ha sido precisamente en ellos donde en estos últimos años ha perdido esa discreción tan deseada.

Ernesto, cuyos problemas con el alcohol no son ningún secreto, ha protagonizado escándalos muy sonados en esta etapa madrileña. Entre otras cosas, ha sido descubierto orinando en la vía pública y ha arremetido contra la prensa a paraguazos, pero también llegó a ser expulsado del hotel Palacio de los Duques Gran Meliá, donde vivió en su primera etapa en la ciudad, tras enfrentarse con uno de los empleados del establecimiento.

Sin ir más lejos, en diciembre del pasado año, el dueño del restaurante Le Bistroman Atelier, criticaba en sus redes sociales la actitud de Ernesto durante una visita. “Resulta que viene a comer por tercera vez un aristócrata europeo asiduo a las portadas de prensa rosa y con un problema de alcoholismo conocido mundialmente. Rompe copas, las tira a los camareros, insulta al personal y a los otros clientes, grita, agrede al personal sanitario del Samur que viene a atenderle por un atragantamiento y se va cayendo de la borrachera. Las tres visitas igual, la del Samur, la última. Cuando le digo a la mujer que si se comportan así la próxima vez avisaré a la policía, se enfada y me pone una mala crítica mintiendo sobre lo ocurrido”, señaló a través de su cuenta de X el empresario, Stephane del Río.

Este estilo de vida no es algo nuevo y es que desde hace décadas ha estado envuelto en noticias escandalosas sobre fiestas y excesos. De hecho, esta forma de vida le llevó a quedarse sin apenas liquidez, llegando al punto de tener que ceder las propiedades familiares y bienes culturales al Príncipe heredero para protegerlos de los acreedores.

Uno de los altercados más recordados de Ernesto de Hannover fue su ‘plantón’ en la boda de los entonces príncipes Felipe y Letizia. En ese momento, su pareja era la princesa Carolina de Mónaco, quien tuvo que asistir al enlace sola, ya que el aristócrata no pudo acudir debido a una indisposición, resultado de haber estado de fiesta la noche anterior, justo después de haber acudido a la cena de gala. La misma Carolina estuvo buscando a su pareja por varios bares de Madrid.