Estrés en la piel: cómo combatir sus efectos con una rutina facial

Los ritmos de vida frenéticos pasan factura a muchos niveles, también de manera cutánea

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El cuidado de la piel
El cuidado de la piel es básico para tener resultados favorecedores. (Imagen Ilustrativa Infobae)

El estrés es un factor que afecta a todos los sentidos, no solo al estado de ánimo o a las funciones corporales, también a cómo se ve la piel. A este nivel, provoca una serie de problemas como envejecimiento prematuro, aparición de acné y falta de luminosidad. En un mundo donde las demandas laborales y personales no cesan, el impacto del estrés en el cutis ha pasado a convertirse en una preocupación frecuente. Si bien las consecuencias son evidentes, muchos desconocen que una rutina adecuada de cuidado facial puede ser la solución para mitigar estos efectos y restaurar la vitalidad cutánea.

Al enfrentarse al estrés, el cuerpo responde mediante la liberación de hormonas como el cortisol, conocido por sus efectos negativos en la piel. Esta hormona estimula la producción de sebo, lo que puede provocar brotes de acné, piel más irritada y sequedad, entre otras. El cortisol también favorece la inflamación cutánea, lo que contribuye a una apariencia apagada. Por ello, es fundamental que los cuidados no se limiten únicamente a la limpieza y la hidratación, sino que se enfoque también en restaurar el equilibrio que el estrés desajusta.

Cómo combatir los efectos del estrés en la piel

Exfoliación suave

La exfoliación es un paso esencial en cualquier rutina de cuidado de la piel, especialmente para aquellos que sufren de brotes o piel opaca a causa del estrés. Este proceso ayuda a eliminar las células muertas y favorece la renovación celular, evitando que las impurezas se acumulen en los poros y contribuyan a la aparición de acné.

Sin embargo, es importante optar por exfoliantes suaves, ya que la piel puede estar más sensible durante períodos de estrés. Los exfoliantes agresivos pueden causar irritación, por lo que es preferible elegir fórmulas suaves que no inflijan daño adicional.

Una mujer aplicándose mascarilla. (Imagen
Una mujer aplicándose mascarilla. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Quienes busquen un producto pueden optar por Cleansing Complex de IS, que incorpora un equilibrio de bionutrientes, antioxidantes e ingredientes rejuvenecedores suaves que limpian en profundidad. Precio: 31 euros.

Hidratación profunda

El estrés también puede deshidratar la piel, haciéndola lucir más seca, áspera y sin brillo. Para combatir esta sequedad, es esencial incorporar productos hidratantes ricos en ingredientes como ácido hialurónico, ceramidas y glicerina.

Estos ingredientes ayudan a mantener la barrera cutánea intacta, garantizando que la piel retenga la humedad necesaria. Un rostro bien hidratado luce más saludable y radiante, lo que es crucial cuando el estrés puede dejarla opaca y deslucida.

En Freshly se puede adquirir Multi-Peptide Hydra Milk, una leche hidratante enriquecida con péptidos que refuerza la función barrera para aportar luminosidad e hidratación intensa. Precio: 26,95 euros.

Productos antiinflamatorios

La inflamación es una de las principales consecuencias del estrés sobre la piel. La exposición constante a altos niveles de cortisol puede causar rojeces y molestias visibles.

Para combatir estos efectos, es aconsejable incorporar en la rutina productos que contengan ingredientes antiinflamatorios y calmantes como aloe vera, manzanilla, niacinamida o té verde. Estos componentes ayudan a reducir la irritación y la inflamación, aliviando la piel y promoviendo una apariencia más saludable.

Protección solar diaria

El estrés también puede hacer que la piel sea más susceptible a los daños causados por el sol, aumentando la sensibilidad y la posibilidad de quemaduras solares o manchas. Por eso, la protección solar debe ser una parte esencial de cualquier rutina de cuidado, sin importar la estación del año.

El protector solar previene la
El protector solar previene la aparición de manchas. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los protectores solares con un SPF adecuado protegen la piel de los daños causados por los rayos UV, que pueden empeorar la apariencia de la piel afectada por el estrés, acelerando el envejecimiento cutáneo.

Usar un buen fotoprotector es lo más básico e indispensable. Lo importante es que sean SPF30 o SPF50, siendo este el más recomendable. Si bien algunos productos solo protegen, hay otros que cuentan con añadidos que les dan un plus. Así es Extreme protect SPF 30, de IS Clinicar, que tiene Óxido de Zinc y protectores solares activos orgánicos microencapsulado. Su precio parte de 99 euros.

Rutina nocturna regeneradora

La noche es el momento en que la piel tiene la oportunidad de regenerarse y repararse. Para aprovechar al máximo este proceso natural, es recomendable incluir en la rutina nocturna productos que estimulen la renovación celular. Las mascarillas de noche, los sueros y cremas ricas en antioxidantes pueden ser de gran ayuda. No solo proporcionan hidratación adicional, sino que también apoyan la reparación de los daños causados por el estrés, dejando la piel renovada y con un aspecto más fresco al despertar.