La casa de Marta Ortega en uno de los barrios más exclusivos de Madrid: muy luminosa y con techos de tres metros de altura

En abril de 2022, Marta Ortega asumió la presidencia (no ejecutiva) de Inditex (Industria de Diseño Textil), la multinacional que fundó su padre Amancio Ortega en el año 1985 y que hoy en día agrupa, además de Zara, a las firmas de Pull & Bear, Massimo Dutti, Bershka, Stradivarius, Oysho, Zara Home y Kiddy´s Class / Skhuaban. La compañía, que gestiona alrededor de 7.200 tiendas en todo el mundo, tiene, de acuerdo con Investing.com, una capitalización de mercado de casi 157.000 millones de euros.

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Marta Ortega es, como puede suponerse, una de las personas más ricas de España. Aunque su hermana Sandra, la mayor de los hijos de Amancio, es la segunda persona más rica del país (únicamente por detrás de su padre, según la revista Forbes), a Marta tampoco le falta de nada: se encuentra en el puesto 94 de las mujeres más ricas del país con un patrimonio de 80 millones de euros. Como tal, la empresaria española vive en una lujosa casa ubicada en el centro de Madrid.

La vivienda de Marta Ortega se encuentra muy cerca de Colón y del Paseo de Recoletos: está ubicada en el número 3 de la calle General Castaños, en el céntrico y señorial barrio de Justicia de Madrid. De acuerdo con Evernest, una consultoría inmobiliaria madrileña, el precio medio de venta por metro cuadrado en este barrio es de 10.000-16.000 euros, aunque El País asegura que, en este edificio, propiedad de Rafa Nadal y Abel Matutes, entre otros socios, el metro cuadrado se vende a 20.000 euros.

Lo primero que llama la atención de su casa es la luminosidad. Sus enormes ventanales, que cubren las paredes de suelo a techo (de tres metros de altura) inundan las habitaciones de luz natural, aportando vitalidad a los espacios. Los suelos, de madera clara, casi grisácea, suman a esa atmósfera de calidez y elegancia que predomina en la vivienda. Además, para no perder ni una pizca de luz, la empresaria decidió separar los distintos espacios utilizando puertas correderas de cristal, que con sus marcos negros dotan a la casa de mucha personalidad, en contraste con las contraventanas blancas y sus suelos y paredes grises.

La cocina es bastante minimalista: una isla central en lo que parece ser mármol blanco con vetas grises ocupa el espacio central, y el mobiliario, oculto tras paneles grisáceos que sólo dejan intuir donde están los hornos (porque hay dos, uno encima del otro), le da un toque moderno y ordenado que contrasta, además, con las molduras con motivos vintage del techo.

También cuenta con un vestidor, con suelos de madera y un descalzado (un sillón donde sentarse a quitarse los zapatos) de cuero marrón adornado con cojines del mismo material. Sus armarios, altos y con iluminación interna, y su elegante espejo redondo, hacen de este espacio especialmente acogedor.

El baño es muy amplio, lo que además es acentuado por esa luminosidad característica y los colores claros del diseño. Con sus dos espejos amplios sobre un lavabo doble que, al igual que la pared, casi parece brillar encima de los armarios grises, este espacio sigue la línea estilística del resto de su vivienda: luz, tranquilidad, y elegancia.

De acuerdo con la revista Semana, hay solo 11 propietarios en toda la finca, que cuenta con varias zonas comunitarias, como un spa interior con piscina, de paredes de ladrillo envejecido y luces led cálidas que lo hacen muy acogedor. También hay un pequeño gimnasio, con las mismas paredes de ladrillo.

Además, Marta cuenta con dos plazas de aparcamiento (lo que en Madrid supone un enorme privilegio) y seguridad durante las 24 horas del día.