
Cualquier persona que haya viajado por Europa, se ha tenido que encontrar en las grandes ciudades como París o Roma con que les obligan a pagar por quedarse hospedados en hoteles o apartamentos turísticos.
Este impuesto se conoce como tasa turística, es un importe que deben abonar los viajeros y se añade al precio de la reserva de los alojamientos turísticos en los que se hospedan.
Se entiende por alojamientos turísticos establecimientos como albergues, alojamientos rurales, apartamentos turísticos, campings y hoteles, entre otros. Esta tasa varía en función del número de personas y de noches de estancia, y debe sumarse un 10% de IVA, aplicable a cualquier servicio turístico.
El impuesto es gestionado independientemente por los ayuntamientos de cada localidad, por lo que las tarifas y condiciones varían según la zona. Los fondos recaudados a través de esta tasa se destinan a diversas iniciativas para mejorar las actividades turísticas locales, tales como la conservación del patrimonio y el desarrollo de infraestructuras.
En las grandes ciudades europeas el impuesto es fijo, y la ciudad con la tasa turística más elevada es París (8,13 euros), seguida de Roma (7,50 €), Florencia (7 €) y Ámsterdam (12,5% del precio del alojamiento).
Este tipo de tributo tiene el objetivo de “recaudar fondos para mantener y mejorar la infraestructura turística, contribuir a la sostenibilidad ambiental, promover el turismo responsable, y/o financiar la promoción turística” de una determinada zona, explica Fernando Palau, experto fiscal de la asesoría TaxDown, a Newtral.
Cataluña adelanta por la derecha
En Cataluña, la tasa turística se aplica desde 2012, siendo esta la primera comunidad en haber regulado este tipo de impuesto. En este caso, la tasa se cobra por persona y noche y el importe a pagar varía según la categoría del alojamiento y si este se encuentra en Barcelona o en otra ubicación. Además, cada visitante no puede permanecer más de siete noches seguidas en un mismo alojamiento.
El precio esta comunidad hasta hoy iba va desde los 60 céntimos, en función del tipo de alojamiento en el que se hospede el visitante, hasta los 6,25 euros por persona y noche en hoteles de cinco estrellas u otros hospedajes de lujo situados en la ciudad de Barcelona.
Hoy han alcanzado un nuevo acuerdo entre los Comuns y el Ejecutivo del socialista Salvador Illa, por el que el precio puede llegar hasta los 15 euros, convirtiéndose en la tasa más alta de Europa.
Lo que han hecho es doblar la tasa, lo que implica que, en la ciudad de Barcelona, los hoteles de cinco estrellas y de gran lujo pasen a cobrar a sus huéspedes de 3,50 a 7 euros por noche; los de cuatro estrellas, de 1,70 a 3,40 euros, y las viviendas de uso turístico, de 2,25 a 4,50 euros.

Según ha explicado el portavoz de Comuns en el Parlament, David Cid, se trata de “un impuesto que no pagan los hoteleros, sino los turistas” y aumentarlo ahora tiene, en su opinión, todo el sentido, ya que Cataluña registra “récord de turistas y de recaudación”.
“Una persona que viene a la ciudad de Barcelona y paga entre 300 y 400 por una noche de hotel, puede pagar perfectamente siete euros más por noche”, ha razonado Cid, que ha puesto de relieve que esos recursos “deben ir destinados de manera importante a la vivienda”.
En España, Baleares también aplica la tasa turística, que llaman Impuesto de Turismo Sostenible, desde 2016. Este se aplica a los turistas mayores de 16 años y varía según el tipo de alojamiento, el tiempo que se pase en el mismo y el mes del año. Los ingresos se destinan a proyectos de protección del medio ambiente, patrimonio cultural, y mejora de infraestructuras turísticas.
El importe para Baleares va desde los 0,25 céntimos en temporada baja para alojamientos como hostales, pensiones o campings, hasta los 4 euros en temporada alta para hoteles y apartamentos de cinco estrellas.
Las tasas más altas son las de Palma de Mallorca, Menorca e Ibiza (entre 1 y 4 euros por persona y noche).
En Madrid “no es necesaria”, según Almeida
Más Madrid propuso en el Pleno del Ayuntamiento una tasa turística de unos 3 euros a los turistas que durmiesen en Madrid.
Con este impuesto a las aproximadamente 20 millones de pernoctaciones que registra la ciudad, se recaudarían unos 65 millones de euros al año que podrían destinarse, según la propuesta del grupo parlamentario, a la construcción de vivienda pública, promover alquileres asequibles y la rehabilitación.
“Nosotros queremos que siga llegando el turismo, pero que lo haga de forma regulada y que lo haga también dejando en Madrid una parte de la recaudación de los beneficios que ese turismo genera”, dijo, en su momento, Rita Maestre, portavoz de Más Madrid.
Sin embargo, el alcalde madrileño José Luís Almeida dijo que su implantación “no era necesaria” en ese momento.
“A la izquierda en general le encanta poner impuestos y le encanta poner tasas y en Madrid ya hemos demostrado que no nos gustan ni las tasas ni los impuestos”, dijo el regidor en declaraciones a los periodistas desde Campo de las Naciones.
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