Qué es el dígito de control de una cuenta bancaria y cómo se calcula

Son una herramienta clave para garantizar la seguridad y la precisión en las operaciones bancarias

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Hombre entrando a su cuenta
Hombre entrando a su cuenta bancaria (Adobe Stock)

La seguridad financiera es una prioridad en el manejo de cuentas bancarias, y los dígitos de control desempeñan un papel fundamental en este aspecto. Estos dígitos, ubicados en las posiciones 9 y 10 del Código de Cuenta del Cliente (CCC), son esenciales para verificar la autenticidad de una cuenta y garantizar la integridad de las transacciones. Su cálculo, basado en un algoritmo matemático, asegura que cada cuenta sea única y esté correctamente identificada.

¿Qué son los dígitos de control y dónde se encuentran?

De acuerdo con la información proporcionada por Openbank, el Código de Cuenta Cliente está compuesto por 20 dígitos que se dividen en cuatro secciones:

  • El código de la entidad (EEEE)
  • El código de la oficina (0000)
  • Los dígitos de control (DD)
  • El número de cuenta del cliente (NNNNNNNNNN)

Los dígitos de control, que ocupan las posiciones centrales, tienen la función específica de validar la veracidad de todo el código.

El código de la entidad identifica al banco y su tipo, mientras que el código de oficina señala la sucursal donde se abrió la cuenta. Por su parte, el número de cuenta del cliente es único para cada usuario dentro de una misma entidad bancaria. Los dígitos de control, al estar en el centro del CCC, actúan como un puente que conecta y valida la información de las otras secciones.

La importancia de los dígitos de control en la seguridad bancaria

Los dígitos de control son una herramienta clave para garantizar la seguridad y la precisión en las operaciones bancarias. Al estar diseñados para identificar de manera única cada cuenta, estos dígitos reducen significativamente el riesgo de errores en las transacciones y previenen posibles fraudes. Además, su ubicación estratégica dentro del CCC permite que actúen como un mecanismo de validación central, asegurando que todos los componentes del código sean correctos.

Este sistema de validación no solo protege a los usuarios, sino que también facilita el trabajo de las entidades financieras al permitirles detectar y corregir posibles inconsistencias en los datos de las cuentas. En un entorno donde la seguridad financiera es cada vez más relevante, los dígitos de control representan una medida eficaz para proteger los activos de los clientes.

El algoritmo detrás de los dígitos de control

El cálculo de los dígitos de control no es aleatorio, sino que se utiliza un algoritmo matemático que toma como base los números restantes del CCC. Este proceso se divide en dos partes: el cálculo del primer dígito y el cálculo del segundo.

Para obtener el primer dígito de control, se emplean los siete primeros números del CCC, que incluyen el código de la entidad y el código de oficina. Cada cifra se multiplica por un valor específico, siguiendo un patrón predefinido. Por ejemplo, las cifras del códico de la entidad se multiplican por 4, 8, 5 y 10, respectivamente, mientras que las del código de oficina se multiplican por 9, 7, 3 y 6. Una vez realizadas estas operaciones, los resultados se suman y se dividen entre 11. El resto de esta división se resta a 11, obteniendo así el primer dígito de control. Si el resultado es 10, el dígito asignado será 1.

El segundo dígito de control se calcula utilizando los diez números correspondientes al número de cuenta del cliente. En este caso, cada cifra se multiplica por un valor diferente, que varía desde 1 hasta 10, siguiendo un orden específico. Al igual que el cálculo del primer dígito, los resultados se suman y se dividen entre 11. El resto se resta a 11, generando el segundo dígito de control.

Aunque el cálculo de los dígitos de control puede parecer complicado, su propósito es claro: garantizar la autenticidad y la seguridad de las cuentas bancarias. Este sistema matemático no solo asegura que cada cuenta sea única, sino que también refuerza la confianza de los usuarios en el sistema financiero. Al comprender cómo funcionan estos dígitos, los clientes pueden tener una mayor tranquilidad al realizar sus operaciones bancarias, sabiendo que su dinero está protegido por un sistema robusto y confiable.

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