
Este domingo 22 de diciembre se realiza el sorteo más esperado del año. Todo está preparado para que los bombos empiecen a girar. Los niños preparan sus voces, el teatro ultima los detalles y los compradores se aseguran de tener sus décimos a la vista para comprobar si un golpe de suerte les cambiará la vida.
El pasado 3 de julio de 2024 se empezó a distribuir por todo el país la venta de la lotería de Navidad. Para muchos es una tradición comprar boletos en verano, para otros supone una idea muy descabellada. De hecho, para los compradores más relajados no supone una carga mental adquirir los décimos la semana o incluso el día anterior al sorteo. Muchos creen que les puede traer un golpe de suerte apurar a las últimas horas. La realidad es que este año el sorteo ha caído en fin de semana y muchas administraciones se han visto obligadas a modificar sus horarios para satisfacer a todos sus clientes.
Las administraciones disponen de multitud de números “cedidos” por Loterías y apuestas del estado, es decir, los números no son suyos. Durante estos seis meses, han ido vendiendo los boletos como regularmente lo hacen: ceden a alguna asociación algún número para que se juegue entre los socios, facilitan otros a bares y restaurantes para que los clientes puedan comprar directamente después de comer o incluso en clubes deportivos para que la suerte pueda llegar hasta los más atléticos.
Durante la jornada de este sábado 21 de diciembre, se realizan las devoluciones de todos estos establecimientos. En el caso de que no se devolvieran estos décimos, tendrían que hacerse cargo y pagar el precio de cada uno de los números a la administración. Pero, ¿qué pasa con todos los números que tienen las administraciones este sábado? ¿Tienen que pagar el precio de cada uno de ellos? La respuesta puede ser clara: no tienen que pagar esa cifra descabellada. Lo que sí que deben hacer es devolver los décimos que no han vendido. La forma que tienen para realizar estas devoluciones es mediante las máquinas donde realizan todos los cobros. Con estos aparatos, Loterías y Apuestas del Estado puede controlar qué décimos no se han vendido y por ende cuáles sí.

La hora máxima que tienen para hacer estas devoluciones son las 22:30 horas de esta misma noche. De todos los décimos que no pasen por la máquina, las administraciones de lotería tendrán que reembolsar el precio. Entonces, ¿Hasta qué hora se pueden comprar décimos de la lotería de Navidad? Técnicamente, hasta las 22:30, pero la realidad que podrás comprar décimos hasta la hora que la administración que tengas más cercana cierre.
Si estás dudando en comprar un número, lo ideal es que te acerques cuanto antes porque al ser sábado se podría ver modificado el horario. El domingo las administraciones no venderán décimos, puesto que el sorteo empieza a las 9:15 de la mañana y pocas están abiertas a las 8. Además, muchas no levantarán la persiana por ser domingo, aunque eso no significa que, si entre sus números reparten un premio, abran al público para celebrar junto a sus compradores la gran alegría de repartir suerte.
Últimas Noticias
Embalses España: la reserva de agua subió este 23 de diciembre
La reserva de agua en el país subió en un 0,31 % a comparación de la semana pasada, de acuerdo con datos oficiales

Un clásico navideño en las mesas familiares que no puede faltar: cómo hacer cóctel de gambas, paso a paso
Este entrante frío a base de marisco y salsa rosa es ideal para disfrutar de las comidas en familia fuera de las cocinas

Ainhoa Vila, psicóloga: “Si tienes ansiedad, probablemente sientas que algo malo va a pasar”
Las redes sociales se copan de expertos en alguna disciplina médica que divulgan sobre ansiedad, depresión o inteligencia emocional ante millones de seguidores

Rodrigo Arteaga, doctor: “Estos cinco cambios rejuvenecen la piel”
El creador de contenido acumula un millón de seguidores en TikTok que escuchan sus consejos sobre el cuidado de la piel con una sencilla rutina

Bianca, veterinaria: “Si tu gato se hace pis fuera del arenero no es venganza”
La creadora de contenido descarta problemas médicos cuando las mascotas deciden no hacer caso a las indicaciones como dónde orinar o dónde dormir



