
En 2017, un estudio elaborado por la plataforma NuevosVecinos.com, en colaboración con G3 Fincas, empresa especializada en administración de fincas, concluyó que el 14% de los españoles no soporta a sus vecinos. Unas personas que no se eligen, pero que, por su cercano lugar de residencia, nos encontraremos una y otra vez a lo largo de nuestra vida.
Unos cruces que algunas veces pueden derivar en conflictos: el ruido, el olor, las humedades. Hay muchos motivos, que pueden incluso generar bandos en las juntas vecinales y acabar siendo un problema de convivencia que, incuso, lleve a alguno de los implicados a mudarse.
Un coche lleno de cáscaras de gambas
Sí, los conflictos vecinales son habituales, pero rara vez suelen implicar la presencia de gambas. Sin embargo, esto mismo es lo que ha ocurrido este fin de semana en el municipio francés de Cambrai, cerca de la frontera con Bélgica, cuando un hombre de 50 años fue hacia su coche y lo encontró lleno de cáscaras de este marisco.
La policía de la región intervino el pasado sábado, cerca de las ocho de la tarde, cuando recibió la llamada de un hombre que acusaba a su vecino, de 45 años, de haber llenado el capó de su coche con las gambas. Al parecer, este acto se había producido tras una serie de discusiones que ambos habían mantenido durante las últimas semanas.
Fue entonces cuando se produjo un suceso que dio otra vuelta de tuerca a la situación. “En el momento en que los agentes en el lugar le decían a la víctima que presentara una denuncia o que presentara una queja, el vecino acusado salió de su casa, vestido de arriba, pero en boxers y descalzo por abajo”, señaló el cuerpo en declaraciones recogidas por el medio galo France Bleu Nord.
Los agentes, además, entendieron por su conducta y su aspecto que dicho vecino se encontraba en un evidente estado de embriaguez. La cosa se iba tensando cada vez más y, tanto por el aviso recibido como por la apariencia y la actitud del segundo implicado, se encontraron un panorama que rara vez volverán a encontrar.
Finalmente, el hombre terminó siendo arrestado y puesto bajo custodia policial, a la espera de que las investigaciones señalen si fue este quien, en efecto, lanzó todas esas cáscaras de gamba al coche de su vecino, un caso del que, por ahora, no han trascendido más detalles.
Las posibles consecuencias legales
Eso sí, costará encontrar de qué delito se podría acusar al vecino en caso de que se confirmara que fue él quien depositó las cáscaras. En el caso de España, existe un delito de daños que se aplica cuando alguien lastima algún bien privado de otra persona. Cuando ese daño no excede los 400 euros, se considera un delito leve, sancionable con una multa.
Sin embargo, en este caso habría que tener en cuenta si, por el hecho de salir sin pantalones -en España, por ejemplo, hay un vacío legal respecto al nudismo urbano sobre el que se ha pronunciado incluso el Tribunal Supremo-, así como llenando el capó con unas gambas que podrían haber acabado sobre la vía pública, le serían imputables otras faltas por las que la sanción podría ser mayor.
Últimas Noticias
Una experta en seguros explica quién tiene que pagar a los bomberos en caso de incendio: “Mucho ojo con esto”
Si la intervención de los bomberos beneficia de manera específica a determinadas personas o es consecuencia de su negligencia, estas podrían estar obligadas a pagar por sus servicios

Esta canción de W Sound llega a la cima en Spotify España hoy 17 de abril
Artistas de la industria musical han encontrado en las plataformas de streaming una alternativa para llegar a más personas y países

Este probiótico que pocos conocen es usado para tratar la diarrea
Los suplementos son utilizados constantemente para combatir enfermedades, malestares y padecimientos, sin embargo, siempre es recomendable consultar primero a un especialista de la salud

Pensión para amas de casa de más de 500 euros: cómo solicitar la ayuda, condiciones y requisitos
La persona que la solicite debe carecer de rentas suficientes con un límite de ingresos anuales inferior a 7.905,80 euros

La razón por la que las naranjas se venden con una malla roja, según un experto: “Un pequeño truco para engañar a nuestro cerebro”
Una táctica utilizada por los productores para influir en nuestra percepción
