
El último debate de los candidatos y candidatas a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, no ha contado con su actual presidenta, Isabel Díaz Ayuso; y precisamente su ausencia ha condicionado la noche. Su número dos, Alfonso Serrano, le ha tomado el relevo, aunque sin éxito en su papel de escudo frente a los ataques de la izquierda, a los que se ha sumado Rocío Monasterio, de Vox.
El debate ha comenzado a las 22:35 horas en RTVE con unos minutos iniciales para que los candidatos jugasen en casa: Serrano ha decidido hablar de la presunta trama de compra de votos en Melilla, “no sabemos hasta qué punto afecta a Madrid”, ha deslizado. También ha comenzado defendiendo la ausencia de su líder, asegurando que hay más presidentes que han declinado la invitación de acudir al debate, y la cadena, en esos casos, no ha mantenido el debate.
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El candidato socialista, Juan Lobato, ha comenzado cargando contra Ayuso por su ausencia, que a su juicio se debe a que no quiere “dar la cara” ni explicar sus propuestas y prefiere irse a Bilbao a hablar de ETA. También ha censurado el ruido con ETA y Bildu en la campaña la líder de Más Madrid, Mónica García, que ha reprochado que la “presidenta ausente” crea que esta es la primera vuelta para sus intereses personales, por lo que ha apelado “a cualquier átomo progresista” para que vaya a votar y ha dicho que Más Madrid quiere ser “la casa común de los progresistas” y que Ayuso “haga las maletas”.
La candidata de Podemos, Alejandra Jacinto, ha puesto el tono más madrileño, con un minuto inicial con un guiño a Joaquín Sabina: “Pongamos que hablo de Madrid, que es lo que debería pasar en este debate”, junto con otras referencias musicales de C. Tangana, Pereza, Fangoria o Mecano. Y Rocío Monasterio, de Vox, ha enfocado sus ataques tanto en el PP como en la izquierda, ha dicho que su partido no se resigna a que “siempre ganen los mismos” y, al igual que Serrano, ha hecho mención a la supuesta trama de compra de votos “a la que se dedica la izquierda”.
Así ha sido el pistoletazo de salida de este debate, que ha marcado el resto de las intervenciones. En el bloque de sanidad ya se han podido ver las primeras acometidas contra el PP, la izquierda le ha reprochado los centros de salud sin construir y la privatización de los hospitales, las malas condiciones de los médicos, en lo que han coincidido con Vox, o las listas de espera. Pero el ataque ya esperado vino de la mano de los conocidos protocolos que impedían derivar a ancianos de las residencias a los hospitales en lo peor de la pandemia: lo más miserable que ha ocurrido en Madrid para Alejandra Jacinto; la causa del mayor exceso de mortalidad en Europa para Lobato, los “protocolos de la vergüenza” para Mónica García, y un problema del modelo autonómico de España para Monasterio, que alegó que había camas libres en otras comunidades que no se utilizaron. En este primer asalto, Alfonso Serrano se ha defendido señalando el porcentaje de fallecidos en residencias de otras comunidades como Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana o Andalucía, además, ha acusado al resto de candidatos de “retorcer el dolor”.

Otro de los temas calientes del debate ha sido la vivienda, donde ha habido doble enfrentamiento. Mientras que el PP ha defendido la “libertad” de los madrileños para “comprarse una casa” sin tutelas del gobierno y ha dicho que la situación actual requiere poner más vivienda, más suelo y planes como los que ya ha aprobado el Gobierno madrileño; Monasterio le ha dedicado sus críticas: ha abogado por liberalizar el suelo y ha pedido que la Comunidad consiga “desokupar” las 2.000 viviendas que tiene okupadas, y que elimine los impuestos que las encarecen en Madrid.
En cuadrante de la izquierda, Lobato ha arremetido contra Mónica García cuando ha defendido la regularización del precio del alquiler para evitar la especulación y a los fondos buitre: “El 80% de la vivienda es de pequeños propietarios”, le ha corregido, marcando la disonancia frente a Podemos y Más Madrid, que defienden topar los precios del alquiler. Además, Lobato ha propuesto una ley para reducir en 300 euros el alquiler a jóvenes y familias con rentas de hasta 35.000 euros hasta que consigan construir las viviendas públicas comprometidas.
“El derecho a la vivienda es mi vida”, ha señalado Alejandra Jacinto, al tiempo que se ha abierto la chaqueta para mostrar una camiseta a favor de regular los precios de la vivienda. Monasterio le ha replicado con un “su vida es el derecho a la okupación, querrá decir”.
Mientras el debate educativo se ha quedado un poco flojo con un listín de propuestas ya repetidas durante la campaña por los candidatos, en fiscalidad ha habido más rifirrafes. El PP ha defendido la política fiscal madrileña y sus bajadas de impuestos, lo que ha provocado las críticas y los cortes de Lobato y Mónica, señalando que esa bajada de impuestos influye en la calidad de los servicios públicos. El “gran tocomocho fiscal del PP”, ha resumido el candidato socialista, que ha pedido a todos los partidos “reformas fiscales claras y concretas”. A la única a la que se las ha agradecido ha sido a Alejandra Jacinto, que ha propuesto crear un nuevo tramo del IRPF, subir el tipo máximo, bajar el mínimo y recuperar impuestos como el de sucesiones y donaciones para fortunas de más de un millón de euros.
Para finalizar, los candidatos han abordado la política de pactos. El PP ha censurado que Vox le haya tumbado los impuestos y otras leyes durante la última legislatura, lo que le ha servido para justificar la necesidad de lograr una mayoría “amplia sin depender de nadie”; Monasterio ha reprochado a los de Ayuso que les dejaran de “contestar a los WhatsApp” y les dejaran “en leído”, y ha puesto una condición al PP para hablar el 29-M: Acabar con las leyes socialistas -en alusión a las leyes LGTBI autonómicas- y respetar a los votantes de Vox.
En la izquierda, el debate sobre pactos ha sido más complicado. Cuando Mónica García ha señalado que Más Madrid es el partido más solvente para que a la derecha “no le den los números” y ha definido su partido como la “casa de todos los progresistas”, Lobato le ha respondido que eso es “complicado” si se ponen “tabiques en medio del salón”, y ha asegurado que no han generado una “alternativa suficiente” para ir a estas elecciones con “unas garantías de éxito”: “Yo planteo que Madrid tiene que subir el nivel”, ofrecer propuestas concretas y dar un paso al frente institucionalmente, ha subrayado.
Alejandra Jacinto, por su parte, ha sido más conciliadora y aunque ha lamentado que Más Madrid no haya querido acuerdos preelectorales con Podemos, se ha mostrado convencida de poder formar un primer gobierno progresista en Madrid tras el 28-M. García ha deseado la “mejor de las suertes” a sus compañeros y ha dicho que aunque espera que el 29-M se puedan encontrar en las políticas públicas, “Más Madrid ha hecho muy bien su trabajo” y es la “alternativa más real y palpable” para acabar con Ayuso.
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