Las confesiones de Gene Simmons sobre su dieta a los 76 años: “El problema es el metabolismo”

El bajista y cofundador de KISS, Gene Simmons, reveló con humor y absoluta franqueza cómo vive su relación con la comida y el paso del tiempo. El legendario músico sigue vigente en el rock y los escenarios a sus 76 años; sin embargo, admitió que ya no puede darse tantos gustos como en el pasado.

Su criptonita, como él mismo lo describe, no son ni el alcohol, ni las drogas: son los postres.

Durante un video para la revista Men’s Health, Simmons abrió la puerta de su refrigerador para revelar su contenido a los fans. Ahí bromeó: “Tengo que cuidarme. Ya sabes, mi figura femenina y todo eso“.

“Y cuanto más viejo me hago… Tengo 76 ahora. El problema es el metabolismo, se ralentiza como el tic-tac de un reloj viejo. Así que a los 76 no puedo comer tanto como me gustaría”.

Incluso en ese contexto, el músico explica que su debilidad siguen siendo los dulces. “Me encantan las galletas, los chocolates y el pastel —es la mayor diversión que puedo tener con los pantalones puestos”, confesó al medio.

El músico también contó que en casa predominan las opciones saludables… aunque no porque él las elija: “Nada de lo que ves aquí —las ensaladas— describe mis papilas gustativas”, dijo al mostrar su refrigerador.

“Mi esposa pone todas esas cosas, porque si fuera por mí: sundae de chocolate caliente, un buen masaje de espalda y nada más”.

Mientras está de gira, la situación cambia. Simmons asegura que allí puede comer prácticamente cualquier cosa debido al desgaste físico de sus presentaciones:

“Me comería cheesecake todos los días porque llevo 40 libras de armadura, tacones de plataforma de 7 pulgadas… No tienes que hacer nada más. En dos horas estarás exhausto. La cantidad de calorías quemadas en el escenario es como un entrenamiento intenso”, explicó al medio estadounidense.

Luego del show casi no siente hambre, pero sí un deseo intenso por algo dulce. Por las mañanas, se sirve “claras de huevo, quizá un poco de bistec, tostada, café. Y luego nada hasta las 3 o 4 p. m. Quizá un poco de pasta por los carbohidratos, luego salir al escenario”.

Además, Simmons se declara fanático del cereal, siempre y cuando la leche esté “helada”, e incluso mezcla diferentes tipos para tener “sabores distintos en cada bocado”.

A diferencia de otros músicos que sostienen rutinas exigentes, el bajista asegura que no es fanático del gimnasio.

“¿Cuántas veces hago ejercicio? Nunca”, dijo con ironía. A él le basta seguir una sencilla recomendación: “Solo camina… Intenta pararte más de lo que te sientas durante todo el día. Eso es todo lo que necesitas”.

Otro aspecto singular en su vida de rockstar es que Simmons es abstemio. En sus entrevistas además contó que nunca se ha drogado (al menos conscientemente).

El motivo, explicó en el podcast Your Mom’s House, es un compromiso personal con su madre, Flora, sobreviviente del Holocausto.

“Nunca quise romperle el corazón… siempre fui consciente de que no quería decepcionarla”

El único instante en que “se drogó”, fue un percance accidental en los años 70 a causa de su debilidad por los postres: Simmons se comió seis brownies sin saber que estos contenían marihuana.

Aquel episodio, recordó, lo hizo alucinar con que su cabeza se encogía hasta el tamaño de una aceituna y sus manos se volvían enormes, como caricaturas. “Nunca antes o después me pasó algo así”, declaró en el podcast.