Mark Gatiss no es ajeno al arte del misterio. Desde su participación en la adaptación de Sherlock para la BBC hasta la elaboración de historias muy queridas en Doctor Who, Drácula y The League of Gentlemen, siempre ha sabido equilibrar el intelecto con la emoción, la oscuridad con el ingenio.
Pero con Bookish, su nuevo proyecto para televisión que se estrena este 7 de agosto por Film & Arts, da un paso más allá: se lanza a construir desde cero a su propio detective, Gabriel Book, en una atmósfera de melancolía postbélica.
En este relato, Gatiss lleva a los espectadores al Londres de 1946 para conocer a un excéntrico librero que regenta una pequeña librería en Archangel Lane, donde parece llevar una vida tranquila
Sin embargo, tras esa fachada se esconde un secreto de su pasado como espía, una red de relaciones complejas y un talento excepcional para resolver crímenes. Book disfruta de un peculiar hobbie: colabora en la investigación de casos extraños y aparentemente imposibles.

A su lado se encuentran Trottie (Polly Walker), su amiga de la infancia y actual esposa en un “matrimonio lavanda”, y Jack (Connor Finch), un joven exconvicto que llega en busca de una segunda oportunidad.
En un género con tantas figuras icónicas como Holmes, Poirot o el padre Brown, ¿qué características singulares podrán encontrar los televidentes en Bookish?
“Cada detective tiene ‘algo’”, reflexiona Gatiss en conversación con Infobae vía Zoom. En caso de Book, la clave es su apellido.
La tienda de libros que administra no solo es el escenario principal de la serie, sino también es una extensión del protagonista. El conocimiento acumulado en los estantes es la base de su método deductivo.
Gatiss lo compara como una especie de “computadora analógica”. Sin embargo, “lo suyo no es que tome un libro y encuentra la respuesta”. La idea se parece más a un gigantesco esquema mental.
“Como ves, tiene un sistema de archivo extremadamente raro que solo tiene sentido para él”, puntualiza.

“Hay un poco de Sherlock, porque tiene que deducir cosas. Tiene un poco de Poirot, por el instinto. Pero la diferencia principal es que siempre está con un libro en mano, indagando, no porque él lo sepa todo, sino porque puede investigarlo. Y ese es un aspecto emocionante”.
Lejos de establecer un especie de conocimiento sobrenatural en su personaje, la genialidad de Gabriel Book también se construye en relación con los demás.
“No me gusta cuando los detectives son una especie de seres omniscientes”, dice Gatiss. “Cuando Stephen y yo hicimos Sherlock, volvimos a las historias originales para sorprender a la gente con el hecho de que Sherlock Holmes era espectacularmente ignorante sobre algunas cosas porque no le importaban”.
“Y de una forma similar, quería asegurarme de que Book tuviese gente a su alrededor. Trottie es mucho más práctica, Nora —la vecina del frente— conoce todos los detalles de cualquier crimen reportado. Y Jack es el nuevo chico de la cuadra. Y Book lee, lee en verdad y creo que este es como el patrón de la historia”, agrega.
“Él dice ‘se puede leer cualquier cosa, igual que los libros’, refiriéndose a conductas, personalidad y situaciones”.

En paralelo al tema de los crímenes, Bookish aprovecha un contexto histórico cargado de tensiones sociales.
La homosexualidad era ilegal en el Reino Unido de 1946, y ese hecho atraviesa la vida del protagonista, quien vive en un matrimonio lavanda con Trottie, su amiga de la infancia y socia en la fachada de normalidad para su protección.
“Es un mundo que conozco. Muchos hombres gay, incluyéndome, hemos vivido amistades muy apasionadas con mujeres”, explica Gatiss sobre esta relación. “Remontándonos al pasado, muchos actores y políticos tuvieron eso. A menudo era un hombre gay y una mujer lesbiana que se unían por mutua conveniencia y seguridad, pero también había hombres gay y mujeres heterosexuales... que decidían construir una vida juntos”.
El vínculo de Trottie y Book no se reduce a un frío pacto funcional. Hay un afecto genuino entre ambos aunque este no sea físico.
“Era un mundo peligroso para ellos. Incluso en medio de su vida bohemia deben presentar una especie de fachada al mundo, pero viven vidas privadas muy separadas”.

El período de posguerra también le permitió explorar una época de cambios políticos y contradicciones.
“Fue una época muy extraña. Había mucha gente desplazada, muchos matrimonios rotos, muchos soldados que regresaban sin saber qué hacer con sus vidas. Pero con un optimismo increíble por el futuro que se vio rápidamente atenuado por la realidad”.
Lecciones de “Sherlock” y un homenaje a la deducción
Para Gatiss, crear Bookish implicó retomar aprendizajes de Sherlock, pero también evitar algunos tropos.
“Lo divertido es el ritmo. Me gusta que las cosas tengan cierto ritmo”, afirma. Ambas ficciones tienen longitudes similares, “son como películas cortas”, define, “así que tienes mucha información para transmitir pero no tanto tiempo para hacerlo”.
Una de sus obsesiones sigue siendo el juego justo con el espectador. “Tratas de colocar pistas que no sean tan oscuras como para que la gente se frustre, pero tampoco tan obvias como para que puedas identificar al asesino a un kilómetro de distancia”.

Al pensar en la historia de detectives perfecta, Gatiss se entusiasma con las resoluciones ingeniosas. “Que el misterio central sea realmente desconcertante, pero que también te diviertas en el proceso”.
“Y las deducciones, el proceso de cómo lo hacen —sea Sherlock o Book— es una cosa crucial. No se trata de poderes mágicos. Debe venir de alguna parte”, resalta.
Como creador de Bookish, Mark Gatiss insiste en enmarcar a los libros como una fuente de sabiduría y asombro. “Quiero alentar a que la gente lea libros en lugar de quemarlos”, es un mensaje que repite un par de veces en la charla.
Y parte del encanto en el género detectivesco es precisamente ese empuje a la audiencia para que comprometa su ingenio y trate de resolver los acertijos.
“La idea de que la IA sustituya cualquier acto creativo me parece absolutamente un anatema. Me repugna”, sostiene con firmeza. “La forma en la que se están alineando las cosas para reemplazar a la gente... Existimos para crear. Eso es lo que hacemos. Ese es el sentido de la existencia humana. Entonces, ¿por qué querrías reemplazarlo?”.

La ficción, en cambio, sigue siendo un estímulo útil para imaginación. “A la gente todavía le gusta leer, les gusta llevarse un libro a sus vacaciones, les gusta escaparse a un nuevo mundo”, afirma con entusiasmo.
Fue con un libro que Gatiss descubrió el poder transformador de la ficción. Y así conoció su vocación.
“Fue Grandes esperanzas, de Charles Dickens. Me compraron el libro cuando tenía cinco años... Cuando llega el gran giro sobre quién es el benefactor de Pip, se me cayó el libro. Me estalló la mente. Ese fue el primer plot twist que recuerdo. Y nunca se me ha olvidado”.
Bookish se estrena este 7 de agosto y se podrá ver todos los jueves a las 21 h (Argentina) en Film & Arts.
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