Kim Kardashian quiso “saltar por la ventana” tras el robo del siglo en París

El proceso judicial sobre el asalto a la empresaria y modelo en 2016 expone nuevos detalles, incluyendo el testimonio de su estilista Simone Harouche, quien describió los momentos de terror vividos durante el ataque armado

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El juicio sobre el dramático robo a Kim Kardashian en París en 2016 ha revelado detalles impactantes a medida que su estilista, Simone Harouche, testificó sobre los escalofriantes momentos que vivieron. Según informó The Times, Harouche recordó los gritos de terror de Kardashian cuando fue asaltada a punta de pistola en su lujosa suite durante su estancia en la capital francesa para la Semana de la Moda. “Tengo bebés y necesito vivir. Llévense todo. Necesito vivir”, fueron las súplicas de Kardashian, entonces madre de dos hijos, en una desesperada petición por su vida. “Estaba fuera de sí”, relató Harouche. “Nunca la había visto así. Gritaba... decía ‘tenemos que salir de aquí’ y ‘¿qué pasa si vuelven?’. Decía ‘tenemos que saltar por la ventana del primer piso’. Estaba claro que había sufrido un trauma importante“.Este ataque, que resultó en la pérdida de joyas valoradas en £7.5 millones, se ha convertido en uno de los casos más notorios de Francia en los últimos 20 años. Harouche, quien ha mantenido una estrecha amistad con Kardashian desde la infancia, acompañó a la estrella como su estilista personal.

Kim Kardashian y su madre,
Kim Kardashian y su madre, Kris Jenner, llegan al juzgado para asistir al juicio de diez personas acusadas de robarle joyas por valor de varios millones de dólares, tras haberla retenido a punta de pistola en su apartamento durante la Semana de la Moda de París en 2016, en un caso conocido como el «asalto de la Rue Tronchet», en el Tribunal de Apelación de París, Francia, el 13 de mayo de 2025 (Reuters)

Detalló ante el tribunal cómo se despertó en medio de la noche al escuchar “gritos y ruidos estruendosos” procedentes de la habitación de arriba. Enfrentando un miedo paralizante, Harouche se escondió en el baño con su teléfono. Temía que Kardashian estuviera siendo agredida sexualmente, comentando al tribunal: “Pensé, ‘sea lo que sea lo que está pasando aquí, yo seré la próxima’”. A pesar de los horrores vividos, Kardashian no fue agredida sexualmente, aunque sí fue atada por los ladrones, dejándola “fuera de sí”. Lo que la prensa francesa ha bautizado como el “robo del siglo” fue ejecutado por un grupo de asaltantes apodados los “ladrones abuelo”, dada su avanzada edad. A raíz de las investigaciones y detenciones iniciadas poco después del atraco, diez sospechosos, la mayoría de ellos con edades superiores a los 60 años, están siendo juzgados.

Aomar Ait Khedache y una
Aomar Ait Khedache y una de sus abogadas, Chloe Arnoux, abandonan la sala durante un receso en la primera jornada del juicio contra Aomar Ait Khedache y otras nueve personas acusadas de robar joyas por valor de varios millones de dólares a Kim Kardashian, que fue retenida a punta de pistola en su apartamento durante la Semana de la Moda de París en 2016, un caso conocido como el «asalto de la Rue Tronchet». , en el Tribunal de Apelación de París, Francia, el 28 de abril de 2025 (Reuters)

Aomar Ait Khedache, conocido como Old Omar, confesó haber atado a Kardashian, pero niega ser el organizador principal del golpe. Otro acusado, Yunice Abbas, captó la atención de la prensa al publicar un libro titulado “J’ai séquestré Kim Kardashian” en 2021, donde narra su participación en el delito. La publicación ha dificultado su defensa, como lo admitió su abogado en la corte. El juicio, que comenzó a finales de abril, arroja luz sobre los detalles del caso que impactó a la opinión pública.Uno de los elementos más llamativos es la sofisticación y audacia del robo. Los ladrones se llevaron joyas de gran valor, incluyendo un anillo de compromiso de 18,8 quilates, entregado a Kardashian por el rapero Kanye West. Este anillo, valorado en €3.5 millones, permanece desaparecido, como gran parte del botín. La narrativa también explora el trauma psicológico dejado en Kardashian, quien, después del incidente, ha mantenido un perfil relativamente bajo en comparación con su prominente presencia mediática anterior.

El anillo de compromiso de
El anillo de compromiso de Kim Kardashian robado en París y que nunca más apareció. Vale millones de dólares.

La propia Kardashian está programada para testificar, y sus abogados han comunicado que ella enfrentará a sus atacantes con dignidad y valentía, reflejando su deseo de cerrar este doloroso capítulo en su vida. Los detalles del asalto resuenan con un eco de historia de cine noir, enriquecida por los apodos de los ladrones, como “Old Omar” y “Blue Eyes”, que remiten a las bandas criminales de las décadas de 1960 y 1970 en Francia. Este caso ha capturado la atención no solo por la magnitud del robo, sino por los perfiles de los delincuentes involucrados, hombres en su mayoría avanzados en años, lejos del estereotipo moderno de ladrón. Desde su arresto en enero de 2017, las autoridades lograron prevenir otro posible robo que los sospechosos aparentemente estaban planeando. El proceso judicial, que se espera concluya el 23 de mayo, está siendo ampliamente seguido tanto por la audacia del crimen como por la exposición pública de una de las figuras más conocidas del entretenimiento contemporáneo. La desventura de Kardashian en París ha trascendido más allá de ser un titular sensacionalista, subrayando vulnerabilidades esenciales en personas de alto perfil a pesar de la aparente seguridad y glamour que los rodea. Así, el juicio se perfila no solo como un evento judicial de interés sino también como un reflejo de las complejidades de la fama en el siglo XXI y los peligros circundantes. En el centro de esta narrativa, Kim Kardashian no es solo una víctima de un robo multimillonario; representa el enigma de vivir una vida públicamente expuesta y al mismo tiempo inesperadamente vulnerable a los caprichos del crimen organizado.