
Antes de que Harry Potter y la piedra filosofal llegase a los cines en 2001, con millones de fans listos para adentrarse en el mundo mágico de Hogwarts, una cinta de aventuras protagonizada por un joven Sherlock Holmes ya había explorado territorios sorprendentemente similares.
Con el tiempo, espectadores y fanáticos han debatido la razón de las semejanzas entre ambas producciones. ¿Inspiración, coincidencia o algo más?
Se trata de Young Sherlock Holmes (El joven Sherlock Holmes o El secreto de la pirámide), dirigida por Barry Levinson en 1985 con un guion escrito por Chris Columbus, el mismo director que más tarde sería convocado para abrir el universo cinematográfico de J.K. Rowling.
Un trío de estudiantes en un internado inglés
En Young Sherlock Holmes, los jóvenes Holmes (Nicholas Rowe), Watson (Alan Cox) y Elizabeth Hardy (Sophie Ward) se conocen por primera vez en la ficticia Academia Brompton, un internado londinense de aire gótico que, inevitablemente, recuerda mucho a Hogwarts.
Allí, los estudiantes cenan bajo techos abovedados, en largas mesas de madera y rodeados de profesores excéntricos.

Tal como resumía el medio AV Club, la película presenta a “tres jóvenes estudiantes —dos chicos y una chica— que se unen para resolver un misterio relacionado con las artes oscuras” en dicho colegio.
“El paralelismo con el universo creado por Rowling es innegable”, apuntaron usuarios de Reddit.
En este contexto, el joven Sherlock destaca como el alumno brillante y solitario, destinado a grandes cosas y Watson, su compañero leal y torpe, aporta la cuota de humor.
Por otra parte, Elizabeth es una figura romántica con menor participación activa, más cercana al estereotipo de “damisela en apuros” que a una Hermione Granger.
Las conexiones no acaban ahí. En el largometraje escrito por Columbus, el protagonista se enfrenta a un antagonista de cabello rubio y actitud altanera, una especie de predecesor al Draco Malfoy de Rowling.

También están las figuras del mentor barbudo y excéntrico —como el inventor Rupert T. Waxflatter, que evoca a Hagrid—, la investigación clandestina en librerías oscuras y las revelaciones de que el verdadero villano es, en realidad, uno de los maestros.
Chris Columbus, guionista de Young Sherlock Holmes y director de las dos primeras películas de Harry Potter, no negó la conexión en una entrevista de la época.
“En cierto sentido, es una especie de predecesora”, dijo sobre la película basada en el personaje de Arthur Conan Doyle.
El casting de La piedra filosofal, de hecho, utilizó escenas de El joven Sherlock Holmes como referencia durante las audiciones, según recogió AV Club.

Esos son solo algunos de los argumentos que han llevado a los fanáticos a cuestionar qué tanto de inspiración o copia tiene el primer libro (y posterior adaptación) de la franquicia escrita por J.K Rowling.
Pero, pese a los paralelismos, hay diferencias sustanciales. Mientras que Harry Potter se alimenta de un mundo lleno de magia, hechizos y criaturas fantásticas, Young Sherlock Holmes mantiene los pies en el terreno del misterio, con tintes fantásticos más contenidos.
La “magia” se manifiesta ahí a través de efectos alucinógenos y simbología egipcia.
A nivel técnico, Young Sherlock Holmes es recordada como una obra pionera en efectos visuales. Para este filme, Lucasfilm creó el primer personaje completamente generado por ordenador sobre fondo en movimiento: un caballero de vitral que cobra vida, obra del entonces desconocido John Lasseter, futuro fundador de Pixar.
Además, incluyó una escena poscréditos, algo inédito para su época.
Pese a lo ambicioso de la propuesta y tener una historia interesante, Young Sherlock Holmes fue un fracaso comercial.
Según medios especializados, un factor fue la competencia con titanes como Indiana Jones, Volver al futuro y Los Goonies. Su prometida secuela nunca llegó a realizarse.

Otras influencias en el universo de “Harry Potter”
Pero esa no es la única pieza audiovisual y artística que habría alimentado la franquicia literaria y cinematográfica de J.K Rowling.
Una de las más evidentes es The Sword in the Stone (1963), la adaptación animada de la obra de T.H. White.
Allí, el joven y huérfano Wart es instruido por el mago Merlín, en una dinámica que recuerda claramente a la relación entre Harry y Dumbledore.
La propia Rowling ha reconocido que Wart es “el ancestro espiritual de Harry.”

También están las similitudes con Las Crónicas de Narnia, en especial El león, la bruja y el armario, donde cuatro niños británicos descubren un mundo mágico al atravesar un portal secreto, una estructura narrativa que se repite con la llegada a Hogwarts desde el andén 9¾.
Aunque Rowling ha señalado las diferencias entre ambas obras, no niega la influencia de C.S. Lewis en su imaginario.
En el plano visual, Brazil (1985), la distopía de Terry Gilliam, fue una influencia directa, especialmente en la ambientación del Ministerio de Magia en Las Reliquias de la Muerte – Parte 1.
Gilliam, de hecho, fue la primera elección de Rowling para dirigir La piedra filosofal, aunque los productores optaron por Columbus como el cineasta a cargo.
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