El viaje accidental de LSD que reforzó la amistad entre John Lennon y Paul McCartney

La experiencia hizo que ambos artistas se acercaran más, pero también hizo estragos en la creatividad de Lennon

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Lo que comenzó como un
Lo que comenzó como un descuido se transformó en una experiencia muy catártica para la dupla de compositores NATIONAAL ARCHIEF, DEN HAAG

El uso de drogas psicodélicas, particularmente el LSD, tuvo un efecto significativo en la personalidad de John Lennon. Según Ian Leslie, autor del nuevo libro John & Paul: A Love Story in Songs, estas experiencias lo hicieron “más calmado, amable y casi infantil”. Durante el llamado “Verano del Amor” de 1967, Lennon adoptó una actitud más afectuosa, abrazando a sus amigos y mostrando una calidez que antes no era característica en él. Sin embargo, este cambio también tuvo un costo: su productividad musical disminuyó notablemente.

De las canciones incluidas en Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, solo cuatro fueron compuestas por Lennon, por lo que Paul McCartney tuvo que motivarlo constantemente para que contribuyera al proyecto. McCartney no solo creía profundamente en el talento de Lennon, sino que también deseaba que su amigo encontrara estabilidad y felicidad.

El consumo de LSD ayudó
El consumo de LSD ayudó a que John Lennon se convirtiera en una persona más "dócil". Sin embargo, su creatividad decayó mucho

El 21 de marzo de 1967, durante una sesión nocturna en los estudios EMI Abbey Road, Lennon vivió un episodio inesperado. Mientras buscaba un estimulante para mantenerse despierto, accidentalmente ingirió LSD. Según Leslie, al principio no se dio cuenta de lo que había sucedido, pero pronto comenzó a experimentar paranoia y confusión.

El productor de los Beatles, George Martin, intentó calmarlo llevándolo al techo del estudio para que tomara aire fresco. Sin embargo, McCartney y el guitarrista de los Beatles George Harrison, al darse cuenta de que Lennon estaba bajo los efectos del ácido, subieron rápidamente para asegurarse de que no ocurriera ningún accidente. Afortunadamente, encontraron a Lennon a salvo, fascinado por las estrellas.

La sesión fue suspendida, y McCartney llevó a Lennon a su casa cercana. Según Leslie, esa noche McCartney decidió unirse a Lennon en su experiencia psicodélica, marcando su primer viaje de LSD juntos y el primero en la vida de Paul.

Paul McCartney tenía miedo de
Paul McCartney tenía miedo de consumir drogas alucinógenas por las consecuencias a largo plazo que podía tener en su cerebro (Photo by Mark and Colleen Hayward/Redferns)

El beatle reveló en la biografía del grupo, The Antology que fue el último del cuarteto de Liverpool en probar drogas alucinógenas, en gran medida por el miedo que le causaba.

Ese tipo de cosas me daban mucho miedo. Cuando llegó el ácido, habíamos oído que nunca vuelves a ser el mismo. Altera tu vida y nunca vuelves a ser el mismo. Creo que a John le entusiasmaba esa perspectiva, [pero] a mí me asustaba bastante. ‘Justo lo que necesito, una cosa rara en la que nunca pueda volver a casa’. ¡Podría no ser el mejor movimiento! Así que se me vio un poco estancado dentro del grupo”, reflexionó el músico.

Un vínculo reforzado en medio de la psicodelia

Esa noche, Lennon y McCartney compartieron un momento de conexión profunda. Según Leslie, ambos se miraron intensamente a los ojos, una práctica que repetían ocasionalmente durante este periodo. McCartney describió la experiencia como “muy extraña” y recordó haber tenido una visión de Lennon como un “rey, el Emperador de la Eternidad”.

Paul McCartney aseguró que tuvo
Paul McCartney aseguró que tuvo una visión de John Lennon como "El Rey de la Eternidad"

La conexión visual entre ambos músicos era un elemento recurrente en su relación. Leslie señala que, tanto en el escenario como fuera de él, Lennon y McCartney solían comunicarse a través de miradas, un gesto que simbolizaba su estrecho vínculo. McCartney recordó especialmente un momento después de una discusión, cuando Lennon bajó sus gafas y le dijo: “Solo soy yo”. Este gesto, según McCartney, revelaba al verdadero Lennon, vulnerable y cálido.

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