
Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro Exportador de Cereales (CEC) advirtió que el sector perdió ventas al exterior por más de 10.000 millones de dólares como consecuencia de la sequía, y adelantó que el presente mes arrojará en materia de ingreso de divisas “un resultado pobre, uno de los más bajos de la historia”. Al respecto, hay un efecto de la caída de la cosecha de trigo de casi el 50%, que repercute en las exportaciones, y además al efecto del dólar soja donde se adelantaron ventas por parte de los productores.
Todo esto demuestra el impacto que ya está teniendo en el resto de la economía una situación climática adversa muy profunda en el sector agropecuario, que se sintió con fuerza en la sequía que por tercer campaña consecutiva afectó a los diferentes cultivos. Mientras tanto, el Gobierno aguarda que en este escenario complicado para el ingreso de los dólares del campo y ante el planteo que realizó en en los últimos días el ministro de Economía, Sergio Massa, el Fondo Monetario Internacional (FMI) defina las nuevas metas de reservas y también se espera que en el segundo trimestre se reabra la canilla de exportaciones
En diálogo con Infobae, Idígoras manifestó que “la sequía nos está pegando muy duro y es la peor de los últimos tres años, porque si bien se ha repetido esta se ha intensificado. Primero se llevó puesto los cultivos de invierno, donde perdimos 10 millones de toneladas de trigo, y también algo de cebada. Ahora se perdió maíz de primera y la perspectiva es tener una fuerte caída en soja y maíz, lo que va a llevar a que se pierdan exportaciones por más de USD 10.000 millones. Es decir, lo que el productor no puede cosechar porque no lo tiene y no se lo podemos comprar, nosotros no lo podemos vender. Por lo tanto, habrá una enorme capacidad osciosa, caída fenomenal de contratos de exportación y una perdida multimillonaria para este sector”.
A todo esto, dijo que de “la pérdida multimillonaria” que la sequía le provocará al sector agroindustrial, también se verá afectada la macroeconomía argentina: “Se afectará severamente el 100% de las importaciones argentinas en los rubros electrónico, de consumo e insumos industriales, entre otros rubros”. Consultado sobre la situación en materia de comercio exterior de granos, Idígoras manifestó que “el cierre de febrero es el resultado de un mes pobre. Uno de los más bajos de la historia. Esto se refleja en las divisas y en el ingreso de camiones a los puertos. También se refleja en el volumen de molienda procesada, que será extremadamente bajo. Dicho resultado se debe a la crisis climática y al efecto del Dólar Soja de diciembre que anticipó ventas de soja de enero, febrero y marzo. Por ello no hay stock comercial de soja de la vieja campaña para poder comercializar en este momento”.

Desde CIARA – CEC, evalúan también que tras las dificultades para contar con los granos finos, como el trigo, también se le suma los problemas para sembrar maíz de primera, ya que no hay humedad suficiente en el suelo para cumplir con dichas coberturas. En este sentido, todo este movimiento genera anualmente por este período hasta 9 millones de toneladas para concretar embarques. Pero este año por la tercera seca consecutiva, tal como indicó el titular de la cámara aceitera, estos embarques “probablemente se reduzcan muy significativamente”.
Dificultades
Por otro lado, Idígoras consignó las dificultades que la ausencia de precipitaciones en el actual ciclo agrícola provoca en el segmento de las plantas aceiteras y procesadoras del poroto de soja, ante la fuerte caída que sufrirá la producción de la oleaginosa por los efectos de las diferentes inclemencias climáticas adversas.
“Argentina cuenta con el polo industrial de los más grandes del mundo, con capacidad para absorber y moler 70 millones de toneladas de soja, y este año con suerte se podrá ingresar unos 33 millones de toneladas producción local. Esto implica una apagada de fábrica de muchísimo tiempo al año. También perder contratos y tener un problema con el personal. Son unos 22.500 empleos directos y otros 53 mil indirectos en los cordones portuarios de Santa Fe, Bahía Blanca y Necochea”, dijo el titular de Ciara-Cec.
Por último, Idígoras también aseguró que podría incrementarse la importación de soja, tal como informó este medio la semana pasada, que habitualmente provienen de Paraguay, Brasil y Bolivia. Este año como Paraguay también sufrió una seca sobre el cierre de su campaña oleaginosa, ya muchas empresas locales de molienda oleaginosa cerraron compras desde orígenes como Brasil.
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