Efecto Whirlpool: ya hay despidos y cierres entre sus pymes proveedoras del Parque Industrial de Pilar

Dos compañías que abastecían a la planta de lavarropas cerrada anunciaron que desvincularán a su personal y reducirán sus actividades productivas

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La fábrica que cerró Whirlpool
La fábrica que cerró Whirlpool había sido inaugurada en 2022. REUTERS/Anindito Mukherjee/File Photo

El cierre de la fábrica de lavarropas Whirlpool desencadenó un efecto dominó en Parque Industrial de Pilar, donde empresas proveedoras vinculadas a su cadena de valor comenzaron a cesar sus actividades y a despedir personal.

La firma logística Translog anunció el cierre de sus operaciones y desvinculó a casi todo su personal. La noticia se suma a los despidos en Novax, proveedor de piezas plásticas para los lavarropas que fabricaba Whirlpool. En este caso, la empresa reconoció que por lo menos 38 puestos de trabajo están en riesgo, según informó Pilar a diario.

La logística Translog despidió a 17 de sus 20 empleados y reubicó a los 3 restantes en otra filial de la empresa. Había iniciado sus actividades en Pilar en octubre de 2022, coincidiendo con la apertura de la planta de Whirlpool en la localidad de Fátima. Su centro de distribución, de 15.000 metros cuadrados, se instaló específicamente para gestionar los productos de la multinacional, incluyendo lavarropas y otros electrodomésticos de línea blanca.

Según fuentes consultadas por Pilar a Diario, en los momentos de mayor actividad se movilizaban hasta 80.000 piezas diarias y se trabajaba durante toda la semana. El flujo de productos seguía un circuito definido: desde la fábrica de Fátima, los lavarropas se trasladaban al depósito de Translog en la calle Frondizi y, desde allí, a cadenas de electrodomésticos e hipermercados.

La situación comenzó a deteriorarse a mediados de este año, cuando se comunicó a los trabajadores de Translog que las operaciones con Whirlpool tenían fecha de finalización. A fines de agosto, se despacharon los últimos lavarropas, mientras la multinacional avanzaba con la construcción de un centro de distribución propio de 45.000 metros cuadrados en Fátima, frente a la planta que cerraría. Translog intentó sostener su actividad mediante contratos transitorios con otras empresas, pero estos acuerdos concluyeron recientemente. El viernes pasado, 17 empleados recibieron la notificación formal de su despido y se prevé que las indemnizaciones se depositen en los próximos días.

Parque Industrial Pilar
Parque Industrial Pilar

En el último tramo de la crisis de Whirlpool, el presidente de Novax, Máximo Donzino, expresó al medio local su intención de limitar los despidos, aunque reconoció: “Es claro que nos sobra mucha gente”. Novax, dedicada a la fabricación de piezas plásticas para los lavarropas de Whirlpool, enfrenta la posible pérdida de 38 empleos tras el cierre de una de sus líneas de producción. A estos casos se suman los 220 despidos ya concretados en Whirlpool y la expectativa de que otras compañías de transporte y comercios locales sufran consecuencias indirectas por la caída del consumo de los trabajadores afectados.

Los casos de Translog y Novax se suman a una cadena de proveedores y prestadores logísticos que, al perder a su principal cliente, ven amenazada su continuidad. El fenómeno podría ampliarse a empresas de transporte y, de manera más difusa, a comercios y servicios locales, afectados por el contexto.

El cierre de Whirlpool

La decisión de la multinacional Whirlpool de cerrar su planta de lavarropas ubicada en el Parque Industrial Pilar fue sorpresiva pero no tanto. Hacía tiempo ya que la compañía no andaba bien, que los números no le cerraban y que no había podido alcanzar el objetivo del proyecto original, que era producir 300.000 unidades por año y exportar el 70 por ciento.

¿Cómo fue que la compañía pasó de inaugurar una planta último modelo para producir lavarropas de carga frontal de última generación y exportar a decidir cerrarla en apenas tres años (se inauguró en octubre de 2022)? En el sector recuerdan que no es la primera vez que la compañía de origen norteamericano toma esta decisión en la Argentina. Ya lo había hecho en 2003, cuando decidió cerrar su planta de heladeras que tenía en San Luis y dedicarse a importar. Ahora pasó lo mismo: el negocio no anduvo y la decisión, liderada desde la filial de Brasil de la cual depende, fue abandonar la producción local, despedir a sus 220 trabajadores, y dedicarse a la importación.

Tras la noticia, fuentes de la empresa dialogaron con Infobae y explicaron que fueron dos los motivos por los cuales se optó por este camino: por un lado, los altos costos argentinos que hacían inviable exportar a un precio competitivo -de hecho, estaban mandando muchos menos lavarropas al exterior que el plan original- y, por otro, la apertura total de la economía, que hizo que se desplomaran los precios de los electrodomésticos por la mayor competencia de productos importados. En el caso de los lavarropas, en octubre se vendieron 20% más baratos que el mismo mes del año pasado, según datos de la consultora NielsenIQ.