
El 15 de noviembre fue establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el Día Mundial sin Alcohol, como modo para generar conciencia sobre los daños físicos y psicológicos que produce el consumo de alcohol tanto a nivel individual como en el marco de la convivencia social.
Según la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), en 2024 perdieron la vida en Argentina 4.054 personas en 3.394 accidentes de tránsito. Si bien la tasa empezó a bajar desde 2017, cuando hubo que lamentar 5.611 fallecidos, tras una leve suba en 2022, actualmente es la más baja desde 2008, salvo el año de la pandemia por la menor circulación pública.
Sin embargo, del total de accidentes en los que se debieron lamentar víctimas fatales, en el 22,1% de los casos el conductor estaba al volante bajo el efecto del consumo de alcohol.
Con datos del año 2023, el último estudio completo publicado por la Dirección Nacional de Observatorio Vial de la ANSV, el 69,7% de los ingresos a guardia en los hospitales públicos por un accidente vial declararon haber consumido una bebida alcohólica en las 6 horas previas al accidente, y el 69,8% reconoció haber consumido dos bebidas alcohólicas distintas o una bebida y un ansiolítico.

El perfil del conductor que prevalece entre quienes admitieron haber consumido alcohol antes de estar involucrados en accidentes viales es de una persona de sexo masculino en un 26,4%, y entre 35 y 49 años de edad en un 23,9%. La siguiente franja etaria es la de los conductores de entre 26 y 34 años en un 22,9%, y la tercera es la de jóvenes de menos de 25 años en un 21 por ciento.
La vinculación que hay entre el consumo del alcohol al volante de un auto y las consecuencias de las lesiones en un accidente vial establecen que el 14,3% tuvo lesiones graves, el 42,9% lesiones moderadas y el 37,1% lesiones leves. En el caso de las motocicletas, en cambio, el 12% tiene lesiones graves, el 55,2% moderadas y el 32,2% leves.
En lo que va del año las fiscalización de la ANSV, computando datos actualizados al 9 de noviembre, señalan que se hicieron 76.062 operativos de control de alcoholemia al volante en todo el país, en los cuales se controlaron 3.262.137 vehículos, con un resultado de alcoholemia positiva de 11.916 casos. La cifra no parece guardar relación con el estudio publicado, solo un 0,4%, lo que pone en cuestionamiento la efectividad de los controles oficiales que muchos conductores pueden evitar al verlos a distancia o saber dónde se efectúan.

Actualmente, en Argentina, hay 18 provincias que aplican la Ley de Alcohol cero al volante: Buenos Aires, Catamarca, Chaco, Chubut, Córdoba, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Neuquén, Río Negro, Salta, Santa Cruz, Santiago del Estero, San Luis, Tierra del Fuego y Tucumán.
La respuesta de los seguros
El rol de las compañías de seguro en estos siniestros es de contención, aunque llega como una consecuencia del accidente que ya ocurrió y las lesiones que provocó.
“Este día no debería ser solo una fecha con campañas en vía pública o redes sociales. Es la oportunidad de preguntarnos qué parte de la responsabilidad nos toca como sociedad. Porque el control no empieza ni termina con un test de alcoholemia: empieza con el ejemplo en casa, con el rol del conductor designado entre amigos, con padres que se animan a poner límites, con municipios que sostienen controles constantes y con un Estado que garantice educación vial desde la escuela primaria”, dijo Eugenio Muerza, Director Comercial de una compañia de seguros.
Cuando un conductor tiene un accidente de tránsito bajo efectos del alcohol, la cobertura de su compañía de seguros queda técnicamente anulada, ya que, del mismo modo que ocurre si se produce cruzando un semáforo en rojo o a mayor velocidad de la permitida, la situación está enmarcada en una falta o infracción de tránsito.

“Un dosaje de alcohol arriba del permitido no habilita para manejar un automóvil o una moto. Es causal de rechazo de un siniestro en una compañía de seguros. Es simple la ley de tránsito manda”, indicó Martín Gaggi, broker de seguros a Infobae.
“Manejar alcoholizado implica una agravación esencial del riesgo, por lo que la compañía puede rechazar el siniestro cuando el asegurado es responsable del accidente. En todos los casos, se trata de una conducta que vulnera las condiciones de cobertura y agrava la exposición a daños”, agregó Gabriel Bussola, presidente de Libra Seguros.
En este caso, el conductor debe hacerse civil y penalmente responsable de las consecuencias del accidente vial, tanto sea con sus bienes como con su disponibilidad ante la justicia. Aunque el daño ya estará hecho, este es un factor que muchos conductores no tienen en cuenta al decidir ponerse al volante habiendo ingerido bebidas alcohólicas o cualquier otra sustancias psicoactivas (SPA) que afectan los reflejos y disminuyen la atención plena que se requiere para conducir un vehículo.
Aunque la estadística muestra una reducción de los casos donde el alcohol tiene directa incidencia en los accidentes de tránsito, las cifras continúan siendo altas.
“Es cierto que hay menos casos que en años anteriores, pero el alcohol sigue siendo uno de los factores más frecuentes en siniestros graves, especialmente durante la noche y los fines de semana”, finalizó Bussola.
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