Estiman que la cosecha de trigo arrojará un volumen récord

La producción nacional se proyecta en 23 millones de toneladas impulsada por las lluvias, con rendimientos destacados en la región núcleo y un fuerte aporte de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe

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El trigo nacional alcanzaría un
El trigo nacional alcanzaría un rendimiento promedio de 35,4 quintales por hectárea (Reuters)

Las proyecciones para la próxima campaña de trigo ubican a la producción nacional en 23 millones de toneladas, un volumen que igualaría el récord histórico del ciclo 2021/22. El dato proviene de un informe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), que estimó un rendimiento promedio país de 35,4 quintales por hectárea.

El escenario productivo se presenta inédito para el sector. Los técnicos de la entidad indicaron que este octubre resulta decisivo para consolidar los resultados, en un contexto en el que el potencial del cultivo generó expectativas inéditas en casi dos décadas. “Nunca vimos a los trigos así”, señalaron productores y especialistas consultados por la GEA, una frase que se repitió en las encuestas y que, según el organismo, no se registró en los últimos 16 años de seguimiento.

La estimación de 23 millones de toneladas se apoya en varios factores. Entre ellos, las lluvias excepcionales registradas en julio y agosto, que revirtieron el estrés hídrico que afectaba a los cultivos durante el otoño. Esas precipitaciones, sumadas a las buenas reservas de humedad en los suelos, permitieron recuperar lotes que estaban comprometidos y elevar las proyecciones de rendimiento a niveles que no se observaban desde 2021.

En la región núcleo, el rinde base se calculó en 40 quintales por hectárea, lo que colocaría a esta zona como una de las principales responsables del volumen nacional, con una participación estimada cercana a un tercio del total. En Entre Ríos, el área de trigos en condición “muy buena” duplicó la del año pasado, mientras que en Córdoba los informes destacaron que algunos lotes, originalmente destinados a otros usos, se conservaron para cosecha “por lo bueno que está el cultivo”.

Buenos Aires, el distrito con mayor potencial triguero, enfrenta sin embargo un panorama dual. Si bien el rinde promedio provincial podría acercarse a los 40 quintales por hectárea, los excesos hídricos afectaron amplias superficies en el centro norte bonaerense. En esa región, más de 210.000 hectáreas se consideraron perdidas debido a los anegamientos, lo que representa la mayor porción del descuento total de 403.000 hectáreas que se calculó a nivel país.

La provincia bonaerense registró casi el doble de precipitaciones que su media histórica desde el 1 de enero hasta el 8 de octubre, concentradas especialmente entre el otoño y el invierno. Esa situación generó daños en algunas zonas bajas, aunque en otras partes de la provincia los niveles de humedad favorecieron un crecimiento excepcional del cultivo.

En Córdoba, el trigo atraviesa un escenario muy distinto al de la campaña anterior. El rendimiento medio provincial podría alcanzar los 35,5 quintales por hectárea, muy por encima de los 23,7 quintales que se lograron en 2024. Por su parte, en Santa Fe las proyecciones también son superiores a las del año pasado: de un rendimiento inferior a los 30 quintales por hectárea se pasaría a un promedio estimado de 38 quintales. En La Pampa, las condiciones se mantienen favorables y se prevé una producción por encima del promedio reciente.

El informe de la GEA remarcó que el sector sigue con atención la evolución de enfermedades fúngicas, dada la alta densidad de siembras y la humedad acumulada. Los técnicos advirtieron que el potencial de rendimiento exige un monitoreo constante para evitar pérdidas, aunque destacaron el vigor general del cultivo en la mayoría de las zonas productivas.

Además del trigo, los analistas elaboraron estimaciones para los otros principales cultivos de la campaña gruesa. En el caso del maíz, el avance de la siembra temprana se mantuvo dentro de los plazos óptimos a pesar de las lluvias. Con un desarrollo normal del ciclo, la producción podría llegar a 61 millones de toneladas, una cifra sin precedentes para el país.

La soja, cuya siembra comenzará en los próximos días, se proyecta sobre una superficie de 16,4 millones de hectáreas, lo que representa una caída interanual del 7%. De confirmarse un escenario climático normal, la producción total se ubicaría en torno a 47 millones de toneladas.

El nuevo panorama agrícola combina así lluvias abundantes, suelos con buena humedad y expectativas históricas para el trigo, que se consolidó como el cultivo de invierno con mejor desempeño de la última década, según el relevamiento de la GEA.