El Tesoro y el BCRA canjearon deuda: nuevas herramientas para contener el dólar

El intercambio entre organismos nacionales permitió reforzar opciones financieras que ajustan por tipo de cambio. Las medidas surgieron tras una demanda elevada por protección ante variaciones en la moneda local y vencimientos de corto plazo

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El canje entre organismos barajó
El canje entre organismos barajó plazos de vencimiento hasta mediados de 2026 para reducir riesgos (Reuters)

El Gobierno implementó un canje de títulos de deuda en pesos por un monto de hasta USD 4.000 millones de dólares, que le permitirá al Banco Central de la República Argentina (BCRA) se haga de instrumentos vinculados al dólar, lo que le dará mayor poder de fuego para influir en el mercado cambiario.

La instrumentación formal de la medida se comunicó mediante la Resolución Conjunta 49/2025 del Boletín Oficial. El mecanismo central del canje contempló la entrega, por parte del BCRA, de sus tenencias de dos títulos en pesos: el “Bono del Tesoro Nacional capitalizable en pesos con vencimiento 17 de octubre de 2025” (BONCAP T17O5) y la “Letra del Tesoro Nacional capitalizable en pesos con vencimiento 31 de octubre de 2025” (LECAP S31O5). A cambio, el Tesoro entregó una canasta compuesta por cinco instrumentos distintos vinculados al dólar estadounidense, permitiendo al Central diversificar plazos y fortalecer el abanico de papeles con poder de absorción en el mercado. Cada instrumento representó el 20% de la nueva canasta total.

El detalle de la canasta incorporó la “Letra del Tesoro Nacional vinculada al dólar estadounidense cero cupón con vencimiento 28 de noviembre de 2025” (LELINK D28N5), el “Bono del Tesoro Nacional vinculado al dólar estadounidense cero cupón con vencimiento 15 de diciembre de 2025” (BONTE TZVD5), la “Letra del Tesoro Nacional vinculada al dólar estadounidense cero cupón con vencimiento 16 de enero de 2026” (LELINK D16E6), la “Letra del Tesoro Nacional vinculada al dólar estadounidense cero cupón con vencimiento 30 de abril de 2026” (LELINK D30A6) y el “Bono del Tesoro Nacional vinculado al dólar estadounidense cero cupón con vencimiento 30 de junio de 2026” (BONTE TZV26). El Ministerio de Economía, a cargo de Luis Caputo, amplió la emisión de la LELINK con vencimiento en noviembre de 2025 y la LELINK con vencimiento en abril de 2026, por hasta USD 2.000 millones de valor nominal original cada una.

El cálculo del precio de los instrumentos utilizados en la operatoria requirió la utilización de los valores de mercado vigentes al 1 de octubre en Bolsas y Mercados Argentinos (BYMA), garantizando la transparencia en la valuación y el equilibrio en la transacción. La ley de Presupuesto vigente para 2025 entregó al Ejecutivo las atribuciones necesarias para ejecutar este tipo de acciones en el marco de las operaciones de crédito público.

Antes del canje, el BCRA agotó en tres jornadas bursátiles la tenencia de títulos vinculados al tipo de cambio, que equivalían a aproximadamente USD 1.700 millones, según admitieron fuentes del sector financiero. La operatoria previa de Lelink respondió a una demanda extraordinaria por parte de empresas e inversores que buscaron comprar protección cambiaria en un contexto dominado por la incertidumbre vinculada a definiciones en la política monetaria y a las expectativas devaluatorias.

El Central entregó al Tesoro más de $6,52 billones en BONCAP T1705 y otros $92.500 millones de LECAP S3105. Como resultado, ingresaron a la cartera del BCRA $7,286 billones nominales en Lelink y otros bonos atados a la evolución del dólar oficial. Los vencimientos de estos instrumentos se distribuyeron entre noviembre de 2025 y junio de 2026, con lo cual se logró escalonar los compromisos y evitar la concentración en fechas puntuales.

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Rl ministro de Economía de Argentina, Luis Caputo (derecha), y el presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Santiago Bausili (Rueters)

La demanda de cobertura, que creció de modo exponencial durante las jornadas previas, surgió además de la liquidación extraordinaria de divisas realizada por el sector exportador, después de la eliminación temporal de retenciones a cambio de un anticipo en la venta de granos al exterior. Este acuerdo provocó que los actores económicos acumularan pesos en busca de preservar el valor de sus portafolios, lo que derivó en la preferencia por instrumentos dólar linked ofrecidos por el Estado. El Gobierno emitió la semana previa a la operatoria Lelink de plazos cortos por el equivalente a USD 2.980 millones, aunque la oferta no cubrió la totalidad de la demanda existente.

En este contexto, el BCRA recurrió a la colocación secundaria de Lelink disponibles. La operatoria saltó de un promedio diario de USD 4,5 millones en los diez días previos a USD 304 millones el lunes, y a USD 1.084 millones el martes de esa semana, en términos de volumen operado en el mercado. De este modo, el Central pudo responder a compras masivas de inversores y compañías que eligieron asegurarse posiciones en instrumentos ajustados al dólar.

Las fuentes del mercado financiero señalaron que, al quedar sin “munición” en Lelink, resultó indispensable expandir el stock del BCRA para evitar tensiones mayores, absorber liquidez en pesos y estabilizar expectativas frente a las elecciones. La operatoria, además, evitó una mayor exposición del Central en el segmento de futuros, limitada por los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional.

Distintos operadores que participaron en estas jornadas mencionaron que la nueva disponibilidad de bonos dólar linked permitió al Central vender a quienes apostaron a un alza del tipo de cambio oficial. Ese mecanismo absorbió pesos, disminuyó la demanda de dólares físicos y estableció un canal de cobertura alternativo por fuera del mercado de futuros.

Analistas consultados indicaron que la acción conjunta del Tesoro y el BCRA buscó aliviar los compromisos de corto plazo dentro del sector público, desplazando parte del riesgo hacia vencimientos de mediano plazo. Así, los papeles con vencimiento próximo disminuyeron su peso relativo respecto de los vencimientos próximos a cumplirse.

El impacto en los precios de estos instrumentos no tardó en evidenciarse. Las tasas implícitas en el mercado de futuros de Rofex descendieron del 60% al 35%, mientras que los precios de las Lelink, que previamente cotizaban con sobreprecio por la demanda, pasaron a terreno negativo en torno al 1,5%. Al absorber un caudal superior de pesos, el BCRA también pudo contribuir a la reducción de presiones en el segmento paralelo de divisas, objetivo prioritario para el Gobierno ante la cercanía de importantes vencimientos en moneda local.

La respuesta oficial que articuló Luis Caputo junto al presidente del BCRA, Santiago Bausili, consistió en reponer el stock de bonos dólar linked y distribuirlos entre plazos que cubren desde fines de 2025 hasta mediados de 2026. El Tesoro, al ampliar la emisión de los instrumentos clave, proporcionó las herramientas necesarias para abastecer al BCRA. El Central, por su parte, utilizó inmediatamente esta nueva “munición” al ofrecer a empresas y bancos cobertura frente al riesgo devaluatorio.

La operación entre organismos del Estado se propuso como una estrategia de intervención dirigida, usando el marco legal del presupuesto nacional y referencias de precios de mercado para estructurar la transacción. La diversificación de plazos y montos redujo la incidencia de riesgos puntuales sobre las finanzas públicas en fechas específicas, al tempo que expandió la capacidad operativa del Central frente a un escenario de volatilidad cambiaria.

El programa de canje implementado dotó al BCRA de unos $7 billones en títulos ajustados por tipo de cambio oficial, cifra mayor a la tenencia previa y relevante para el objetivo de absorber liquidez extraordinaria. La composición equilibrada de los vencimientos fortaleció la previsibilidad sobre los compromisos asumidos, sin exponerse a shocks simultáneos de grandes dimensiones.

La operatoria se completó en el marco de la ley presupuestaria y bajo los criterios de valoración vigentes en el sistema financiero, manteniendo parámetros de transparencia y registro. Todos los precios de los títulos involucrados se calcularon con base en los valores cotizados al cierre del 1 de octubre.

La secuencia de hechos que llevó a este canje reflejó la presión creciente por cobertura ante indicadores de incertidumbre política y financiera. El arrastre de operaciones previas, la liquidación excepcional de exportadoras y la escasez de bonos dólar linked originó la intervención directa de las máximas autoridades económicas del país, responsables de la operatoria y de la disposición de recursos adicionales.

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