
La presencia de lluvia modifica el entorno y las condiciones de manejo, no solo por el agua que cae, sino también por las consecuencias en infraestructura y circulación. El auto, por sus dimensiones y peso, requiere un uso mucho más cuidadoso. Durante precipitaciones, tanto el estado del vehículo como la atención del conductor resultan determinantes, pero también es fundamental considerar el entorno inmediato, que incluye otros autos, peatones, ciclistas y motociclistas.
El tiempo estimado para cada viaje tiende a incrementarse bajo condiciones climáticas adversas. Salir antes del horario habitual da margen para maniobrar frente a desvíos o demoras generadas por inundaciones o accidentes. La planificación y la paciencia resultan fundamentales

1) Visibilidad: desempañar vidrios de manera eficiente
Uno de los principales inconvenientes en tormentas es el empañamiento de los vidrios, que reduce drásticamente la visibilidad. Limpiar los cristales con un trapo solo resuelve el problema de manera temporal. Para mejorar la situación, existen dos métodos principales:
- Usar la calefacción a temperatura alta, con el forzador en velocidad máxima y dirigiendo el flujo de aire al parabrisas. Una vez que comienza el desempañado, distribuir el aire hacia las ventanillas laterales resulta útil.
- Activar el aire acondicionado, que aporta aire seco y acelera el proceso. Seleccionar una temperatura cálida y mantener la velocidad alta del forzador permite secar los vidrios con rapidez.
Operar con los cristales desempañados es indispensable para detectar peatones y otros vehículos.

2) Distancia, velocidad y anticipación
El auto promedio pesa entre 1.500 y 2.500 kilos y solo cuenta con cuatro puntos de apoyo. Aunque los avances tecnológicos como los sistemas ADAS, ABS o control de estabilidad han mejorado la seguridad, las leyes físicas determinan los límites del vehículo sobre piso mojado. Aumentar la distancia respecto al vehículo precedente y disminuir la velocidad son las principales recomendaciones.
En autopistas o avenidas, conviene prestar mayor atención a las maniobras de otros conductores y anticipar imprevistos. Si se circula detrás de una motocicleta, la distancia de seguridad debe ser aún mayor por el riesgo adicional que enfrentan estos vehículos en condiciones de lluvia.

3) Qué hacer si la lluvia inicia durante el trayecto
Cuando empieza a llover mientras se está en movimiento, es fundamental reducir la velocidad y analizar el entorno. Se debe observar el estado de los autos que circulan cerca, sobre todo los vehículos más antiguos o en mal estado, ya que pueden reaccionar de manera inesperada o carecer de sistemas de seguridad modernos. Cambiar de carril puede disminuir riesgos.
Conviene mirar más lejos de lo habitual para anticipar frenadas o desvíos del tránsito por obstáculos o accidentes. Asumir que el trayecto demorará más de lo planificado ayuda a mantener la calma y evita decisiones apresuradas.

4) Cómo actuar ante un patinamiento
En el parque automotor actual, gran parte de los vehículos tienen sistema de control antibloque de frenos (ABS) y control de estabilidad (ESP). Si bien esta tecnología contribuye a una mejora notable en casos de superficies resbaladizas, siempre se debe evitar la frenada brusca o el cambio de dirección repentino.
Para los autos que no tienen estos sistemas electrónicos de asistencia, ante una frenada inesperada del tránsito, lo que hay que hacer es frenar y soltar el freno alternativamente varias veces en breves intervalos para intentar recuperar la dirección, ya que con neumáticos bloqueados el auto pierde capacidad de giro. Al tomar curvas, reducir aún más la velocidad minimiza el riesgo de deslizamiento lateral.

5) Cruce por calles inundadas
Antes de intentar pasar por una calle anegada, hay que evaluar el nivel del agua. Si supera el centro de las ruedas, no se debe avanzar, ya que el motor puede dañarse seriamente si el agua entra por la parte inferior. Si la altura del agua es menor, se puede conducir lento, entre 10 y 20 km/h, manteniendo una velocidad constante y evitando detenerte en medio del agua. Una vez superado el tramo, al salir de la zona inundada es recomendable frenar suavemente varias veces para secar los frenos.
Si el motor se detiene mientras se está atravesando una zona inundada, debe verificarse que la salida del escape no quede sumergida antes de intentar arrancarlo nuevamente. Si esto ocurre, se debe dejar el motor apagado y solicitar asistencia, mientras tanto permanecer dentro del auto activando las balizas.

6) Uso correcto de luces y balizas
Las balizas solo deben utilizarse cuando el auto está detenido o en el caso de una detención inminente. Para ser visto durante lluvias intensas, utiliza las luces bajas o de niebla, que tienen mayor alcance. No uses las balizas durante la marcha, ya que puede generar confusión entre otros conductores.
En condiciones de lluvia, la preparación, anticipación y manejo defensivo resultan esenciales para evitar accidentes y mantener la seguridad en los desplazamientos.
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