
En Gobierno terminará en los próximos días de elaborar el anticipo del Presupuesto 2026 que debe enviar al Congreso con los lineamientos centrales, y para este año el equipo económico deberá incluir un adelanto con la explicación sobre cómo continuará el sendero fiscal para asegurar el superávit, un compromiso plasmado en el programa con el FMI.
Mientras los técnicos del organismo todavía permanecen con reuniones cerradas con los miembros del Banco Central y el Ministerio de Economía, el Poder Ejecutivo cerrará una primera versión de la ley de ingresos y gastos del año próximo. En los primeros dos años de gestión libertaria, el Gobierno no tuvo un presupuesto sancionado por el parlamento.
El año pasado presentó una propuesta, pero no fue debatida durante el período de sesiones ordinarias y no fue incluido en el temario de extraordinarias, por lo que el presupuesto ya prorrogado de 2023 durante 2024 volvió a ser extendido.
En los primeros dos años de gestión libertaria, el Gobierno no tuvo un presupuesto sancionado por el parlamento
Según se desprende del cronograma de elaboración presupuestaria aprobado por el Poder Ejecutivo, en estos días terminará el plazo último para uno de los pasos clave que es la “elaboración, revisión final y remisión del Informe de Avance del Proyecto de Presupuesto al Honorable Congreso de la Nación”, asevera el decreto, publicado en abril pasado.
Durante los primeros días de julio el adelanto llegará al Congreso y se dará a conocer. Típicamente, los gobiernos solo dan algunas pautas sobre proyecciones macroeconómicas para el año siguiente, como recaudación y lineamientos presupuestarios, pero se guardan para el proyecto definitivo, que se presenta a mediados de septiembre, estimaciones como la inflación y el tipo de cambio.
La presentación de un proyecto de Presupuesto 2026 forma parte de los compromisos -no como metas formales sino considerado medidas “estructurales”- asumidos en el programa con el FMI. Es una constante que el organismo solicite a los Poderes Ejecutivos que tenga leyes de ingresos y gastos aprobados en los parlamentos nacionales. En el caso de la administración libertaria, la falta de pautas sancionadas no obstruyó la relación entre Washington y la Casa Rosada.

De todas formas, el programa aprobado en abril pasado hace referencia a la necesidad de un presupuesto para 2026 y asegura que deberá incluir referencias al sendero fiscal de mediano plazo que asegure el superávit fiscal en los próximos años.
“Presentar al Congreso el proyecto de presupuesto para 2026, de conformidad con la regla de déficit presupuestario general cero, con un marco fiscal de mediano plazo y una declaración detallada de riesgos fiscales y escenarios adversos”, reza el acuerdo con el Fondo Monetario.
“Para dotar de mayor previsibilidad a la política fiscal, las autoridades elaborarán y publicarán un marco fiscal de mediano plazo que oriente la elaboración y ejecución del presupuesto, así como una declaración detallada de riesgos fiscales que identifique los riesgos clave y las estrategias de mitigación”, ahondó en otro tramo.
La presentación de un proyecto de Presupuesto 2026 forma parte de los compromisos -no como metas formales sino considerado medidas “estructurales”- asumidos en el programa con el FMI
Hay pocas pistas sobre qué espera el Gobierno para el 2026 en términos macroeconómicos. Según la hoja de ruta plurianual que elaboró el staff del Fondo tras conversaciones con el equipo económico, el crecimiento del PBI esperado está en el orden del 4,5%, junto con una inflación proyectada en un rango de entre 10 y 15% anual y un superávit primario más exigente que el planteado para este año (1,6% del PBI) y que debería ascender a 2,2 puntos del Producto.
También espera que las reservas del Banco Central asciendan a 56.000 millones de dólares, unos USD 15.000 millones más que en la actualidad. Por otra parte, entiende que se sostendrá el déficit de cuenta corriente en 0,3% del PBI (USD 2.000 millones). Esta última cifra podría cambiar, ya que solo hasta el primer trimestre el rojo externo alcanzó casi USD 5.200 millones.
Mientras tanto, el Gobierno y el FMI continuaron en las últimas horas con reuniones en el marco de la primera revisión del acuerdo firmado en abril. Los encuentros se realizan con la línea técnica del Palacio de Hacienda y del Banco Central y se dividen por temáticas, entre cuestiones macro, regulatorias y de reformas estructurales.
Se espera que la delegación del organismo, encabezada por el economista nepalí Bikas Joshi, permanezca lo que resta de la semana en Buenos Aires y aún no hay confirmación si esta misión dará por finalizada el primer examen trimestral o sobrevendrán más instancias de negociación en las próximas semanas. Está en juego, en caso de una aprobación de la revisión, un desembolso de USD 2.000 millones.
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