
Los datos del gasto público de abril del gobierno nacional mostraron una fuerte mejora respecto del primer trimestre del año: el gasto primario cayó 1,2% interanual en términos reales (esto es, descontada la inflación) y el superávit primario aumentó un notable 117% respecto de abril 2024, aunque en el acumulado del cuatrimestre se observa una caída del 28 por ciento.
“Con tales números, en lo que va de 2025 se obtiene un superávit primario equivalente a 0,6% del PIB, versus 0,7% en igual período de 2024. Si sigue la tendencia, no deberían existir problemas para alcanzar la meta de superávit primario de 1,6% del PIB en 2025, versus el 1,8% observado el año pasado”, dice un pasaje de un estudio de Marcelo Capello y Nicolás Campoli, economistas del Ieral de la Fundación Mediterránea.
Del shock a la normalidad
Los autores destacan que debido al ajuste de shock con que se inició el gobierno de Javier Milei, en 2024 todas las partidas importantes tuvieron caídas reales interanuales en el primer cuatrimestre: las transferencias de capital a provincias se redujeron 98%; la inversión pública nacional directa y las transferencias corrientes a provincias 75%; los subsidios a la energía 37%; las jubilaciones 33%; los subsidios al transporte 28%; las transferencias a universidades 26%; y el gasto en personal 19 por ciento.
Hecho ese ajuste de base, la dinámica del primer cuatrimestre de 2025 es diferente: el ajuste se mantiene en algunas partidas, con caídas reales en del 66% en los subsidios a la energía, del 55% en subsidios, del 14% en transferencias a familias (excluido la Asignación Universal por Hijo, AUH) y del 4% en el gasto en personal (-4%). En cambio, aumentaron fuertemente las transferencias corrientes y de capital a provincias, 127 y 170% respectivamente, las jubilaciones (32%); las transferencias a universidades (11%); la inversión directa (6%); y los subsidios al transporte (4%).

De resultas, mientras que en los primeros cuatro meses de 2024 el ajuste del gasto se explicaba en un 36% por la reducción del gasto en jubilaciones; 11% por la caída en la inversión directa; 9% por los menores subsidios a la energía; 8% por el ajuste en el gasto en personal; y cerca del 7% por la caída de las transferencias a provincias.
La composición al inicio de 2025 es muy diferente: 54% del ajuste es por la baja de subsidios a la energía (y en este caso, más por la caída de los costos, debido a menores importaciones de gas, que por directa reducción de los subsidios al consumo), 37% por la caída en transferencias a familias (no AUH) y 8% por menor gasto en personal. El resto de las partidas se recuperó total o parcialmente.
Las provincias, en otro canal
Las provincias, que en 2024 habían acompañado, en parte forzadas y en parte voluntariamente, el ajuste fiscal de Nación, básicamente recortando el gasto en personal, la inversión y las jubilaciones provinciales, este año en cambio se desmarcaron del ajuste.
“Considerando un grupo de 13 provincias que presentan datos para este año (CABA, Catamarca, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Salta, San Juan, Santa Cruz, Santa Fe y Tucumán), todas las partidas del gasto exhiben aumentos en términos reales, con excepción de “resto de gastos de capital”. Se estima que las erogaciones primarias subieron un 24% real interanual en dichas provincias en el primer trimestre de 2025. Si algo similar ocurriera para el consolidado de las 24 jurisdicciones, se trataría de una tendencia preocupante, por cuanto en 2025 se estaría revirtiendo en buena medida el ajuste fiscal observado en los primeros meses de 2024, disminuyendo las posibilidades de bajar impuestos provinciales a futuro, en un marco de equilibrio fiscal”, dice el trabajo de Capello y Campoli.

Así se observa, por caso, que mientras para el consolidado de las 24 provincias en el primer cuatrimestre de 2024 el gasto en personal bajaba 21% real anual, en igual período de este año sube 17% real interanual en las 13 provincias para las que se tiene registro.
¿Cómo quedan las cosas respecto de 2023, el año pre-ajuste? La proyección de tendencia resultaría en una disminución del gasto en personal de sólo 7% y del 1% en jubilaciones por parte de las provincias, que el único ajuste que sostienen es la inversión pública, con una caída real acumulada del 34% respecto de 2023.
A modo de resumen, el estudio señala que mientras el gasto nacional cayó 32% interanual real en los primeros meses de 2024 y el de provincias lo hacía 25%, en el inicio de 2025 Nación y Provincias ya no van en tándem: mientras Nación aumentó el gasto real 8%, en las provincias observadas el gasto aumentó 24%, más del tiple.
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