Riesgo país en la meseta: qué perspectivas ven los analistas y qué se necesita para que retome la baja

El spread soberano se estabilizó por debajo de los máximos recientes, aunque persiste la incertidumbre sobre si esa compresión puede continuar

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El riesgo país se estabilizó
El riesgo país se estabilizó en 651 puntos, mientras el mercado debate si el escenario actual permite una nueva etapa de compresión (Foto: Reuters)

El índice de riesgo país argentino se encuentra estabilizado en la zona de 651 puntos básicos, según fuentes del mercado. Tras meses de constante compresión, la curva parece haber ingresado en una meseta que abre interrogantes sobre si el país está en condiciones de profundizar la baja o si este nivel representa un nuevo umbral de equilibrio.

Este estancamiento encuentra amplio consenso entre los analistas del mercado, independientemente de la orientación de sus estrategias. En su último informe semanal, PPI señaló que “el riesgo país cerró en 651 puntos básicos”, en un contexto donde los bonos soberanos mostraron retrocesos leves tras semanas de mejoras.

Desde IEB, observaron que los títulos públicos en dólares operaron con rendimientos de entre 10% y 11% anual, en una curva que comienza a mostrar pendiente positiva, pero que aún no encuentra el catalizador necesario para continuar bajando.

Los títulos públicos en dólares operaron con rendimientos de entre 10% y 11% anual, en una curva que comienza a mostrar pendiente positiva (IEB)

La visión optimista sobre un posible regreso a la senda bajista encuentra respaldo principalmente en Cohen y Delphos Investment. En su análisis del 22 de mayo, Cohen sostuvo que los bonos emitidos bajo ley extranjera, como el Global 35 y el Global 41, conservan el mayor potencial de compresión de rendimientos, si el riesgo país logra romper el umbral de 500 puntos básicos.

La consultora reconoció obstáculos en el camino -como la acumulación de reservas en el Banco Central y el panorama electoral-, pero mantuvo su preferencia por títulos con vencimientos largos por el margen de mejora que aún conservan.

Por otro lado, Delphos destacó que “el descenso del riesgo país valida el optimismo del mercado”, y destacó que los Bonar 30 y Bonar 38 podrían capturar mayor rendimiento si se produce una nueva compresión. Al mismo tiempo, remarcaron que el tipo de cambio real actual se encuentra en niveles similares a los de los picos de confianza de 2017.

Un enfoque singular dentro del segmento optimista es la que presenta PPI, que no proyecta una baja adicional inmediata, pero sí identifica una oportunidad relativa: la diferencia de valuación entre los bonos emitidos bajo ley local (Bonares) y los bonos bajo ley extranjera (Globales).

“La relación de precios entre el Global 30 y el Bonar 30 se ubica en 3,5%, por encima de todos sus promedios móviles”, indicaron. Esta brecha, junto con la curva invertida que muestra la legislación local, sugiere la posibilidad de obtener ganancias si ambas curvas convergen en sus rendimientos.

La relación de precios entre el Global 30 y el Bonar 30 se ubica en 3,5%, por encima de todos sus promedios móviles (PPI)

Asimismo, diversos informes remarcan que el contexto electoral será determinante para que el mercado vuelva a premiar a la deuda argentina. IEB afirmó que “acumular reservas genuinas y obtener un buen resultado en las elecciones de medio término” son condiciones indispensables para que el riesgo país baje por debajo de los niveles actuales.

Cohen, en línea similar, puntualizó que “la acumulación de reservas en 2025 sigue siendo un interrogante”, y añadió que el desempeño electoral será clave para medir la viabilidad política del programa económico.

En este contexto, la perspectiva del Gobierno fue expuesta hace pocos días por Vladimir Werning, vicepresidente del Banco Central. Durante su intervención en el Congreso del IAEF, afirmó que “la baja del índice de riesgo país es una cuestión de tiempo” y vinculó su evolución al “superávit fiscal y la recomposición de reservas”.

Destacó que el funcionario: “el Tesoro puede evaluar sus opciones sin urgencia”, lo que implica que el Gobierno no se siente forzado a regresar a los mercados internacionales a corto plazo. Además, proyectó que 2025 será un “año trascendental” para la economía y remarcó que la actual estrategia busca “consolidar una economía que no crece desde 2011”.

Juan Pazos, Luis Caputo y
Juan Pazos, Luis Caputo y Santiago Bausili anuncian el plan para dólares en el colchón. Por ahora, pocas consultoras le ven un efecto macro

Sin embargo, las consultoras mantienen un enfoque más cauto. En su informe del 23 de mayo, PPI destacó que, a pesar del plan de regularización de capitales y el anuncio del “blanqueo 2.0”, los bonos soberanos reaccionaron con una mejora de apenas 0,2%, lo cual sugiere que los inversores aún no incorporan ese factor como catalizador estructural.

En la misma línea, Cohen advirtió que “todavía persisten desafíos” para que la compresión continúe, y IEB alertó que, sin señales claras en la acumulación de reservas y el frente político, el spread podría mantenerse en niveles actuales por más tiempo.

El índice de riesgo país podría bajar a la zona de 500 puntos básicos si el Gobierno gana las elecciones de octubre y acelera la acumulación de reservas (Balanz)

El caso de Balanz también aporta una perspectiva optimista, aunque condicionada. En su informe del 23 de mayo, destacó que los bonos soberanos en dólares acumulan una suba de 3,7% en el último mes, y que el índice de renta fija argentina rinde similar a países de calificación baja como Nigeria o El Salvador.

Desde esa óptica, los técnicos de Balanz proyectaron que el índice de riesgo país podría bajar a la zona de 500 puntos básicos si el Gobierno gana las elecciones de octubre y acelera la acumulación de reservas. Aun así, reconocieron que ese recorrido puede presentar volatilidad y dependerá de medidas concretas que afecten directamente a la percepción de los inversores.

Respecto a la formalización de los dólares en el colchón, su impacto sigue siendo discutido. Tanto PPI como IEB lo mencionaron, pero en términos de posibilidad más que de efecto inmediato. En particular, PPI evaluó que una mayor canalización de dólares al sistema podría presionar a la baja el tipo de cambio, sin atribuirle de momento un rol determinante en la evolución del índice de riesgo país.