
El Gobierno evitó ponerle números a la expectativa de ingreso de divisas al sistema bancario y financiero luego del anuncio del nuevo régimen de control fiscal más laxo para el uso de pesos y dólares, aunque el mercado cree que de corto plazo, sin incentivos puntuales para inversiones en moneda extranjera, el impacto sería leve.
En una hipótesis de máxima, más de 190.000 millones de dólares ahorrados fuera del sistema podría pasar a formar parte del circuito formal bancario, pero ningún análisis privado cree que todo esa masa de divisas (5 veces las reservas brutas del Banco Central) se pongan a circular. No hubo, en el paquete de anuncios, medidas puntuales para incentivar.
Los analistas advierten sobre el alcance limitado de las medidas actuales. Según Adcap Grupo Financiero, “con las medidas actuales, cualquier remonetización en dólares será probablemente marginal en el corto plazo”. Aunque reconocen que un régimen de información más laxo, junto con mayores rendimientos en depósitos en dólares, podría constituir “un modesto incentivo”, estiman que “el impacto probablemente será limitado por ahora”.

Desde Puente señalan que aún “no se observan medidas específicas vinculadas al mercado de dólares” y destacan la necesidad de una estrategia complementaria: “sería importante que estas acciones se complementen, en un plazo no muy lejano, con una reducción de la presión tributaria para reforzar su potencial en términos de reducción de la evasión”.
En cuanto a los efectos esperados, descartan una influencia inmediata sobre la cotización: “no esperamos que estas medidas por sí mismas y en forma directa generen una oferta significativa de dólares en el mercado cambiario ni una presión bajista sobre el tipo de cambio”. En cambio, apuntan a ampliar la base de dólares dentro del sistema financiero, lo que podría reflejarse en un aumento de los depósitos en moneda extranjera y, en consecuencia, de las reservas.
¿Consumo reprimido?
Portfolio Personal Inversiones señala que el objetivo de estas políticas es captar parte de los “estimados USD 193.000 millones que los argentinos mantendrían fuera del circuito financiero”, ubicados tanto “bajo el colchón” como en cuentas offshore. De acuerdo con el informe, la estrategia se enfoca en liberar un “consumo reprimido” a través de una flexibilización amplia de restricciones y umbrales informativos.

Esa idea del consumo reprimido está más bien relacionada con una de las medidas que integraron el paquete anunciado: que las compras y transacciones dejarán de estar alcanzadas por el régimen de entrecruzamiento de información automática por los montos actuales, si no por otros mucho más altos. “La gran mayoría de la gente dejaría de estar en el radar”, comentó el tributarista y CEO de SDC Asesores Tributarios, Sebastián Domínguez.
A partir del viernes, ARCA actualizará los montos mínimos que obligan a bancos, billeteras virtuales y otras entidades a informar sobre transferencias, transacciones, saldos, consumos e inversiones de sus clientes.
Estos umbrales no implican restricciones a los movimientos, sino que funcionan como alertas automáticas para el organismo, que puede recibir información de supermercados, comercios, bancos y sociedades de bolsa. A partir de esos reportes, se podrá solicitar al contribuyente que justifique el origen de los fondos con el objetivo de verificar su legitimidad y declaración.
Entre los principales cambios figura el nuevo piso para informar transferencias y acreditaciones bancarias. Anteriormente, las entidades reportaban movimientos a partir de $1.000.000. Con la nueva disposición, el límite asciende a $50.000.000 para personas físicas y $30.000.000 para jurídicas.
El régimen de extracciones en efectivo también fue modificado. Hasta ahora, cualquier retiro era reportado sin importar el monto. Con la nueva regla, sólo se deberán informar extracciones que superen los $10.000.000, tanto en el caso de personas humanas como jurídicas.
Respecto a los plazos fijos, el umbral para su reporte también se modificó. Mientras que antes se informaban colocaciones superiores a $1.000.000, ahora sólo deberán reportarse aquellas mayores a $100.000.000 en el caso de personas físicas y a $30.000.000 en el de personas jurídicas.
En el caso de las billeteras virtuales, las transferencias y acreditaciones también tienen nuevos límites. El umbral se eleva de $2.000.000 a $50.000.000 para personas humanas y a $30.000.000 para jurídicas. Esta modificación abarca a todas las plataformas de pago y servicios financieros digitales autorizados por el Banco Central.
Por último, ARCA modificó los montos para compras realizadas como consumidor final, como en supermercados. Antes, las operaciones en efectivo por más de $250.000 o con otros medios de pago superiores a $400.000 requerían identificación y presentación de documento. Desde la actualización, el nuevo umbral se fija en $10.000.000 para cualquier medio de pago, sin obligación de identificarse previamente.
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