
Una nueva conmemoración del Día del Trabajador, el 1° de mayo, pone otra vez el debate acerca de qué está ocurriendo en el mercado laboral, que no repunta a pesar de la reactivación económica.
¿Por qué no se crea empleo en la Argentina, a pesar de que hace cinco meses que la economía crece de forma ininterrumpida y de que hay sectores sumamente pujantes? ¿Es porque aún hay demasiada heterogeneidad? ¿Porque el PBI no está creciendo lo suficiente todavía? Infobae consultó a varios analistas, expertos en la temática laboral, para conocer su visión sobre la crisis que atraviesa el mercado de trabajo y qué perspectivas tienen de cara al resto del año.
En este escenario de estancamiento en materia de creación de trabajo formal, gran parte de la población se ve forzada a aceptar trabajos informales o precarios, por lo que la calidad del empleo se ha visto seriamente comprometida, situación que afecta a millones de trabajadores que no cuentan con las garantías laborales mínimas ni con la seguridad social adecuada. La informalidad, lejos de disminuir, continuó aumentando y se convirtió así en una de las principales características del mercado de trabajo argentino.
Además, el deterioro del poder adquisitivo de los salarios y el aumento de la inactividad laboral complican aún más la situación. Un número significativo de personas en edad laboral no participa activamente en el mercado, lo que agrava la ineficiencia del sistema y reduce las posibilidades de una expansión productiva inclusiva.
La recuperación de la actividad económica en 2024 no se tradujo en una mejora significativa en el empleo formal (CETyD)
La falta de empleo de calidad y las escasas oportunidades para los sectores más vulnerables indican que, mientras el país avanza en ciertos aspectos económicos, sigue sin lograr una solución integral al problema del empleo.
Un informe del Centro de Estudios para el Desarrollo (CETyD) remarcó que “la recuperación de la actividad económica en 2024 no se tradujo en una mejora significativa en el empleo formal”, ya que entre agosto y diciembre de 2024, solo se recuperaron 22 mil de los 176 mil puestos formales perdidos durante la crisis, lo que representa apenas 12% de lo perdido. Y el escenario de estancamiento se sostuvo durante el primer trimestre del 2025.

El centro que dirige Matías Maito planteó que a pesar de la expansión sostenida de la actividad económica en el inicio de 2025, “el empleo formal privado continúa desacoplado de esa dinámica, tal como ocurrió durante todo 2024″.
Según lo que proyecta el CETyD con el Indicador Predictivo del Empleo (IPE-CETyD), el estancamiento persiste en los primeros meses del año. Tras los registros levemente positivos de fines de 2024, las variaciones mensuales del empleo habrían ingresado en terreno negativo a partir de enero. No obstante, las oscilaciones se mantienen próximas al valor cero, en línea con el patrón observado en la segunda mitad del año pasado.
Se está utilizando la capacidad ociosa, y como no hubo despidos por parte de los sectores empresarios, están aprovechando ese stock de trabajadores (Salvia)
Las cifras también muestran una desconexión entre los sectores de la economía que experimentan un crecimiento y aquellos que tradicionalmente generan empleo en el país. Mientras que sectores como la minería y la agricultura han mostrado signos de expansión, estos no son los principales motores de empleo formal.
Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, explicó que la recuperación económica todavía no se está traduciendo en la creación de mayor empleo.
“Se está utilizando la capacidad ociosa, y como no hubo despidos por parte de los sectores empresarios, están aprovechando ese stock de trabajadores”, explicó Salvia.
El director del ODS-UCA añadió: “Esto quiere decir que los sectores que están creciendo no están generando nuevos puestos laborales, sino que están aprovechando la mano de obra existente, lo que limita las oportunidades de trabajo estable”.

Por otra parte, “el crecimiento es muy heterogéneo, y hay segmentos como construcción, hoteles, restaurantes, servicios comunitarios, que generan mucha mano de obra, y no están creciendo. Los sectores que sí están creciendo son los sectores menos intensivos en mano de obra de la industria, o la minería, lo cual genera muy poco empleo”, remarcó Salvia.
Aumento de puestos no declarados
Por otro lado, la informalidad laboral sigue siendo uno de los grandes problemas del mercado argentino.
Según el informe de Idesa, “solo el 21% de la población en edad de trabajar tiene acceso a un empleo de calidad, mientras que 6,2 millones están ocupados en condiciones precarias”.
Solo el 21% de la población en edad de trabajar tiene acceso a un empleo de calidad, mientras que 6,2 millones están ocupados en condiciones precarias (Idesa)
La estructura del mercado laboral muestra una alta proporción de trabajadores en el sector informal, lo que impacta negativamente en la seguridad social, la estabilidad laboral y los ingresos. Los trabajos precarios, sin una adecuada cobertura social ni garantías mínimas, siguen siendo la norma para una gran parte de la población trabajadora.
Además, la ausencia de un marco legal adecuado para la formalización del empleo en sectores clave refuerza esta tendencia. En este contexto, la precarización no solo afecta a aquellos que trabajan de manera informal, sino también a quienes se encuentran en empleos formales pero con salarios bajos, sin estabilidad y sin posibilidad de desarrollo profesional.
Jorge Colina, director de Idesa, enfatizó: “La recuperación no es muy potente todavía, entonces la mayoría de la gente termina empleándose en el cuentapropismo o bien en el empleo asalariado en negro, es decir en pequeños empleos en donde responde a un jefe que le paga con la plata en la mano”.
Colina agregó: “El tema es que desde el 2012 que la Argentina no crece y al no crecer no puede aumentar el empleo asalariado formal. Para que ello ocurra, la economía tendría que crecer a tasas por encima del 5%”, planteó el economista.
Con respecto a los salarios, afirmó que “no se van a recuperar, sino por el contrario; gracias a que los salarios reales se deterioraron es que por lo menos se mantuvo el empleo formal”.
Gracias a que los salarios reales se deterioraron es que por lo menos se mantuvo el empleo formal (Colina)
Como menciona Maito, “la recuperación del empleo sigue desacoplada de la evolución de la actividad”. Es decir, aunque la economía muestra signos positivos, el empleo no se ve reflejado en la misma magnitud, lo que perpetúa las condiciones de desigualdad y vulnerabilidad laboral.
Inactividad laboral
Además de la informalidad y la precarización, el mercado laboral argentino enfrenta un alto nivel de inactividad. El informe de Idesa revela que “de los 18 millones de argentinos urbanos en edad de trabajar, 5 millones están inactivos, es decir, no tienen empleo ni lo están buscando activamente”.
Este dato refleja no solo la desmotivación de una parte de la población, sino también la desconexión entre el mercado laboral y las necesidades de los sectores más vulnerables. Las personas que no buscan empleo, ya sea por desánimo o por no encontrar oportunidades que se ajusten a sus necesidades, se convierten en una parte importante de la ineficiencia del mercado laboral.
Esto limita enormemente las posibilidades de crecimiento económico, ya que una parte significativa del capital humano disponible no está siendo aprovechado.

Salvia manifestó que “un tercio de la fuerza de trabajo (entre 6 y 7 millones de personas) hoy está subocupada y que debería ser introducido o incorporado a un programa de crecimiento y desarrollo”. Según él, esta situación de precarización e inactividad se debe “a la falta de oportunidades, pero también a las dificultades educativas y de capacitación”.
A medida que la falta de empleos estables y bien remunerados persiste, más personas se ven alejadas del mercado, lo que lleva a una mayor segmentación y a una perpetuación de las desigualdades laborales.
A medida que la falta de empleos estables y bien remunerados persiste, más personas se ven alejadas del mercado (Salvia)
Por otra parte, en su informe reciente sobre el mercado laboral, Idesa asegura que la brecha salarial entre los trabajadores formales y los informales es alarmante, ya que por cada 10 pesos generados en el empleo formal, el empleo informal produce solo 5. Esto refleja una distribución desigual de los ingresos, lo que limita las oportunidades de progreso para aquellos que dependen de trabajos informales y precarios.
En conclusión, el mercado laboral argentino sigue enfrentando grandes dificultades a pesar de la reactivación económica agregada. La falta de empleo formal, la alta informalidad y la precarización laboral continúan siendo los grandes desafíos que se busca superar con una reforma de la legislación sectorial.
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