Uno de los asesores de Caputo explicó la estrategia del equipo económico para sumar pesos al mercado sin disparar la inflación

El especialista detalló cómo el Banco Central y el Tesoro operan para inyectar liquidez y fortalecer el crédito privado en el nuevo esquema cambiario y monetario

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Federico Furiase, director del Banco Central (BCRA) y asesor del ministro de Economía Luis Caputo, describió los mecanismos que el equipo económico implementó para sumar pesos a la economía sin acelerar la inflación. Según explicó, la estrategia se basa en entender las diferencias entre la remonetización a través del Tesoro y la que se produce mediante la compra de dólares por parte del BCRA en el nuevo régimen de bandas cambiarias.

Furiase afirmó que “en equilibrio general dinámico no son sustitutos perfectos la remonetización vía el Tesoro devolviendo pesos en las licitaciones primarias contra cancelación de deuda y la monetización vía compra de dólares del BCRA en el piso de la banda”. Esta distinción resulta clave para comprender los movimientos recientes en el mercado de deuda en pesos en los que el Gobierno no renovó todos los vencimientos y en el sistema cambiario.

El economista puntualizó que la remonetización a través del Tesoro refleja “un exceso de demanda de pesos (liquidez)/exceso de oferta de títulos públicos de los bancos (’punto Anker‘) consistente con tasas reales endógenamente bien positivas”. Este proceso deriva, según Furiase, del “desplome de la inflación, baja de tasas nominales y recuperación de la demanda de dinero/crédito del sector privado, dada la base monetaria amplia fija”.

A través de un gráfico,
A través de un gráfico, Furiase mostró cómo el menor apetito de los bancos por deuda del Tesoro se traduce en crecimiento del crédito al sector privado

En paralelo, la compra de dólares en el piso de la banda por parte del Banco Central responde a otra dinámica. El asesor explicó que esa acción surge de “un exceso de demanda de pesos/oferta de dólares, dado los fundamentos macro, el saneamiento de los stocks y los flujos esperados”. Además, aclaró que el nivel del piso móvil de la banda está relacionado con la recapitalización del BCRA, que recibió desembolsos inmediatos de USD 20.000 millones de reservas líquidas de libre disponibilidad.

Esta estructura cambió a partir del nuevo régimen cambiario anunciado el 12 de abril, vigente desde el 14 de abril. El ministro Luis Caputo comunicó que el dólar oficial flotaría entre bandas de $1.000 y $1.400, moviéndose al 1% mensual. En este esquema, el BCRA compra divisas si el tipo de cambio llega al piso y vende si alcanza el techo, sin necesidad de esterilizar.

Furiase advirtió que “la remonetización vía compra de USD en el piso de la banda no necesariamente resuelve el exceso de demanda de pesos (liquidez)/exceso de oferta de títulos del Tesoro de los bancos”. Mencionó dos razones principales para esta afirmación. Primero, la diferencia en la velocidad de ajuste: “podemos tener una licitación del Tesoro con roll over menor al 100% por las buenas razones (‘punto Anker’) antes de llegar al piso de la banda”. Segundo, el “punto Anker” refleja un cambio en la decisión de cartera de los bancos que optan por financiar al sector privado en lugar de continuar acumulando títulos públicos.

Los datos de la última licitación del Tesoro, realizada el 25 de abril, reforzaron esta visión. En esa jornada, el Ministerio de Economía captó $5,2 billones sobre una oferta de $5,6 billones, cubriendo el 70% del vencimiento. El 60% de la demanda se concentró en instrumentos que vencen antes de las elecciones de octubre, evidenciando la cautela de los inversores.

De los títulos colocados, la LECAP que vence en agosto absorbió $2,12 billones, ofreciendo una prima del 2% respecto al rendimiento de mercado. Por su parte, la BONCAP que expira en octubre captó $1,06 billones. Más allá de esos instrumentos, el interés por otros activos, como bonos dólar linked o ajustados por CER, fue menor.

Federico Furiase junto a Martín
Federico Furiase junto a Martín Vauthier, Felipe Núñez, Santiago Bausili, José Luis Daza y Luis Caputo, durante un encuentro de Javier Milei con el equipo económico

En este contexto, Furiase destacó que el “punto Anker” se relaciona con la preferencia de los bancos de otorgar crédito a familias y empresas, favorecidos por un entorno macroeconómico más estable y la disminución de la necesidad de financiamiento del Tesoro. Este fenómeno es “independiente del nivel de FX al que el BCRA monetice contra compra de USD y en algunas licitaciones es un proceso inelástico a la tasa de corte de la licitación del Tesoro”.

Además, Furiase remarcó la importancia de anticiparse a escenarios de equilibrios múltiples. Para eso, explicó que “se construyó preventivamente un colchón de reservas en pesos del Tesoro desde hace un año con el superávit primario y las colocaciones netas del Tesoro en el mercado local”. Esta estrategia fue reforzada recientemente por el giro de utilidades del BCRA al Tesoro, equivalente aproximadamente al superávit primario esterilizador estimado para todo 2025.

Estas reservas en pesos, que ahora suman $11,7 billones, permiten afrontar eventuales licitaciones con roll over inferior al 100% por “buenas razones”, garantizando la cancelación de deuda y fortaleciendo la solvencia fiscal intertemporal. Según el funcionario, este buffer monetario “funciona como un buffer exclusivo para cubrir eventuales licitaciones del Tesoro con roll over debajo del 100% por las buenas razones contra cancelación de deuda”.

Asimismo, Furiase señaló que este fondo de liquidez “acota la volatilidad esperada de tasas, incentivando la extensión de duration (N. de la R.: jerga financiera para referirse a títulos de deuda de más largo plazo) del inversor en línea con la estrategia financiera que viene llevando el Tesoro”. Este fenómeno puede profundizarse si se incrementa la participación de otros jugadores, como fondos comunes de inversión o inversores no residentes.

En relación con el mercado cambiario, desde la entrada en vigencia del nuevo régimen, el dólar oficial se mantuvo dentro de las bandas establecidas. En tanto, los dólares financieros como el MEP y el CCL registraron aumentos moderados, cerrando el 25 de abril en $1.126,53 y $1.190,07, respectivamente. La brecha cambiaria se redujo a cerca del 2%, mientras que el “blue” se ubicó en $1.225.

La intervención del BCRA en el piso de la banda permite acumular reservas, que el 25 de abril subieron USD 415 millones aunque gracias a la suba del euro, el oro y el yuan, además del incremento de depósitos en dólares del sector privado.

Finalmente, Furiase recalcó que la prioridad sigue siendo la desinflación. En este sentido, la política monetaria se orienta ya no a mantener la base monetaria amplia fija sino a alcanzar nuevos objetivos de límite de agregados monetarios mientras se refuerzan las reservas internacionales y se sostiene el crédito privado.