Andrés Borenstein, economista de BTG Pactual: “El mayor riesgo no está en la economía argentina, sino en el mundo”

Uno de los economistas más consultados por las empresas analizó en una entrevista con Infobae el nuevo escenario local e internacional, con el fin del cepo y la política comercial de los EEUU y sus expectativas para el resto del año

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"Flotar en una banda ancha
"Flotar en una banda ancha es muy bueno y superador a lo que había antes"

Después de largas negociaciones con el FMI para la ampliación del crédito vigente y para poder recapitalizar el Banco Central, el equipo económico dio paso a lo que denominó la fase tres de su programa de estabilización, con el objetivo de recuperar la senda de crecimiento sobre bases sólidas en lo fiscal, monetario y cambiario.

La primera reacción de los mercados superó ampliamente las expectativas de los analistas de mercado, no sólo porque casi ninguno esperaba el fin abrupto del cepo cambiario para los flujos de divisas y emisión de un bono para el stock de saldos reprimidos por giro de dividendos de empresas extranjeras y devoluciones de préstamos al exterior, sino porque rápidamente las operaciones de mercado llevaron la cotización del dólar a niveles que para el comercio exterior regían previamente, y por tanto no convalidó la presunción de atraso cambiario de 20% a 30%, según los análisis basados en el Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral del BCRA (Itcrm).

En diálogo con, Infobae Andrés Borenstein, economista de BTG Pactual, docente universitario UTDT y UBA, coautor del libro “Puede Fallar” y autor del Podcast “La Economía en 3 minutos”, evaluó los principales aciertos del nuevo esquema cambiario, las oportunidades que se abren para la inversión y los riesgos internos y externos que podrían condicionar el crecimiento durante el resto del año.

— ¿Cuáles son, a su juicio, las principales fortalezas de la fase 3 del plan económico respecto de las etapas anteriores?

— En primer lugar, flotar en una banda ancha es muy bueno y superador a lo que había antes. Ahora, si hay apreciación o depreciación, será por las fuerzas del mercado. Y, además, con las reservas conseguidas del Fondo Monetario y otros organismos multilaterales, la banda que evita el overshooting (-adelanto que no se dio) es creíble. Y podemos decir que la razón por la que estuvo tranquilo el mercado es porque no tiene sentido correr hacia arriba cuando hay muchas reservas. Recordemos que el mercado estaba negociando el Contado con liqui cerca de lo que hoy es techo de la banca hace 10 días atrás.

“Ahora, si hay apreciación o depreciación, será por las fuerzas del mercado”

En segundo lugar, haber eliminado buena parte de las restricciones es clave para que se puedan atraer inversiones a la economía real y también del lado financiero. Era muy difícil pensar que vayan a venir capitales con cepo. Ahora, si bien no hay garantías, la probabilidad de que haya más inversión creció.

— ¿Qué aspectos del plan considera más vulnerables y qué modificaciones sugeriría para mejorar su eficacia?

— No sé si diría que es una vulnerabilidad. Pero la tasa de interés es por definición endógena en un esquema de agregados monetarios. Entonces, no queda totalmente claro cómo juega la tasa de política monetaria hoy al 29% de Tasa Nominal Anual o cómo se va a establecer la tasa de pases.

"No queda totalmente claro cómo
"No queda totalmente claro cómo juega la tasa de política monetaria hoy al 29% de Tasa Nominal Anual o cómo se va a establecer la tasa de pases"

— El presidente Milei y su ministro de Economía destacan que “nunca antes en la Argentina se fue a un tipo de cambio flotante con orden monetario y fiscal”. ¿Cuál es su evaluación sobre esa afirmación?

— Que probablemente tienen razón. No recuerdo períodos largos en donde haya sido así. Ojalá este sea un período largo.

— ¿Le parece acertado que la salida del cepo se apoye en la liberación de los flujos y en la resolución de los stocks mediante la ampliación del Bopreal?

— Sí. Creo que todos los economistas pensábamos un esquema conceptualmente parecido. Hay mil arquitecturas posibles, pero en general se entiende que los flujos deben tener prioridad. Con los stocks estaba la opción del Bopreal o de hacer como se hizo al principio de la gestión Macri que había un máximo de 2 millones por mes para las empresas. Dado que el Bopreal funcionó el año pasado, no me parece mal que hayan elegido este camino.

“Los analistas opinamos y podemos sugerir y criticar, pero no conocemos los detalles de la cocina”

— ¿Cómo interpreta la primera reacción de los mercados?

— Fue claramente positiva. Mi opinión es que salir del cepo siempre hubiera sido positivo, pero el Gobierno eligió hacerlo coincidir con el timing en el que consiguieron muchas reservas para no correr riesgos y me parece bien. Solo quienes están en el gobierno tienen toda la información y entienden qué riesgos están dispuestos a correr. Los analistas opinamos y podemos sugerir y criticar, pero no conocemos los detalles de la cocina.

— ¿Considera que esta etapa logrará generar el nivel de confianza necesario para avanzar en la estabilización, o advierte señales de desconfianza que podrían intensificarse en el corto plazo?

— Desde la economía no parece haber señales de desconfianza. Lógicamente puede haber un poco de ruido porque algunos precios pueden subir y la recuperación es heterogénea, lo que hace que algunos sectores no gocen de los beneficios de una economía más sólida. La política es otro negocio y este es un año electoral, con lo cual me imagino que el ruido va a venir más por ese lado. Si se dan alianzas, si el peronismo va junto o dividido, cómo evoluciona la popularidad.

"Este año había tres palancas:
"Este año había tres palancas: salida del cepo, FMI y elecciones. Dos ya ocurrieron. Ahora las señales políticas marcarán el ritmo más que alguna décima más o menos de crecimiento"

Este año había tres palancas: salida del cepo, FMI y elecciones. Dos ya ocurrieron. Ahora las señales políticas marcarán el ritmo más que alguna décima más o menos de crecimiento.

— ¿Qué impacto proyecta sobre la inflación, tanto en el corto como en el mediano plazo?

— Por más que el dólar subió poco, algún efecto en los precios va a haber. Más porque evidentemente en marzo hubo un salto con una inflación núcleo en 3,2%. Nosotros corregimos un poco hacia arriba la inflación, pero no nos parece que el número final cambie la naturaleza del programa.

“Si la inflación a fin de año es 28% o 32% no cambia nada, nadie va a decir que el programa fracasó porque al final sea algunos puntos más alta. Venimos de 211% en 2023 y 118% en 2024, la gente lo sabe”

Si la inflación a fin de año es 28% o 32% no cambia nada. Ojala que sea 28% o menos todavía, pero nadie va a decir que el programa fracasó porque al final sea algunos puntos más alta. Venimos de 211% en 2023 y 118% en 2024, la gente lo sabe.

— ¿Qué efectos anticipa sobre los precios relativos de los productos en el mercado interno como consecuencia de las políticas adoptadas?

— Muy poco. Hay una corrección de precios relativos que se viene dando y no veo que la salida del cepo cambie estructuralmente el proceso. Claramente no es lineal. En marzo subieron los alimentos por un tema en el precio de la carne y cuestiones estacionales en las verduras. Pero más allá de meses puntuales, el reacomodamiento seguirá su curso como hasta ahora.

— ¿Cree que la actual combinación de alta liquidación de exportaciones y baja de importaciones constituye una oportunidad para fortalecer las reservas del BCRA?

— El Banco Central tiene que comprar reservas para cumplir con el programa del FMI. Ahí entra la discusión sobre si llega al piso de la banda o no. Le dejó el timing a los traders, pero claramente hay una oportunidad de que el flujo favorezca la acumulación de reservas durante los meses en donde, en teoría, hay alta oferta de dólares de exportación.

"Claramente hay una oportunidad de
"Claramente hay una oportunidad de que el flujo favorezca la acumulación de reservas durante los meses en donde, en teoría, hay alta oferta de dólares de exportación"

Digo en teoría porque la estacionalidad ya no es tan marcada como hace algunos años. Y ahí se mezcla el tema de las retenciones y la regulación que estableció la baja de retenciones que es sui generis y, por ende, entran muchas cosas en juego incluyendo la tasa de interés, expectativas cambiarias, etc.

— ¿Qué riesgos identifica para la sostenibilidad de estas condiciones si se prolongan en el tiempo bajo el mismo enfoque de política económica?

— De lejos el mayor riesgo para la economía argentina es hoy la economía mundial. La Argentina necesita atraer inversiones. Para que entren capitales tanto de inversiones reales como financieras había que estabilizar la macro, hacer reformas estructurales y esa agenda está. A alguno le gustará más a otro menos, pero esa agenda camina. Pero también necesita que el mundo esté dispuesto a tomar riesgo, porque la Argentina no es Suiza.

Con la guerra comercial y la amenaza de precios de materias primas más bajas, el riesgo es que algunas de las inversiones en sectores donde argentina es fuerte se demoren. Es como que te preparaste para el evento y de repente a último momento el evento se cancela. No estoy diciendo que va a ocurrir eso, sino que el riesgo no está en medio punto menos de crecimiento o un par de puntos más de inflación, sino en que el mundo se ponga patas para arriba.

“Para que entren capitales tanto de inversiones reales como financieras había que estabilizar la macro, hacer reformas estructurales y esa agenda está, pero también necesita que el mundo esté dispuesto a tomar riesgo”

Por supuesto que hay siempre riesgos internos. La sociedad hasta ahora parece apoyar todas estas reformas, pero nunca se sabe cuándo cambia la onda. No parece que sea este un riesgo de corto plazo.

— ¿Qué efectos prevé sobre la actividad productiva en esta nueva etapa del plan?

— El Gobierno plantea un cambio estructural que probablemente deje muy conforme a algunos sectores y poco conforme a otros. Esto no es malo en sí mismo. El desafío es cómo hacer estos cambios sin perder empleo y que en la vorágine no se pierdan sectores que pueden ser competitivos o que al menos tengan chance de serlo. El tema es temporal.

La reforma impositiva que plantea el Gobierno, cuyos detalles no conocemos pero intuimos, seguramente será buena para la producción y más, si consigue que las provincias y municipios vayan abandonando impuestos distorsivos. Si se consolida el “votar con los pies” mucho más.

"La reforma impositiva que plantea
"La reforma impositiva que plantea el Gobierno, cuyos detalles no conocemos pero intuimos, seguramente será buena para la producción y más, si consigue que las provincias y municipios vayan abandonando impuestos distorsivos"

Lo mismo con los temas laborales. El problema es que no se puede hacer reformas de un día para otro. Entonces, aunque la agenda sea buena, para algún sector el beneficio puede llegar muy tarde. Ese es el desafío que tendrá el Gobierno cuando finalice la estabilización.

— En relación con el consumo privado, ¿estima que las medidas podrían estimular la demanda o espera que se mantenga contenida por la incertidumbre y el bajo poder adquisitivo?

— No creo que cambie mucho. Recordemos que no hubo mucha suba del dólar, de hecho, bajó el blue. Puede ser que la incertidumbre de estos días haya paralizado algunas decisiones, pero luego se reactivan. Veo la demanda de crédito firme y eso aumenta la capacidad de consumo e inversión.

“Puede ser que la incertidumbre de estos días haya paralizado algunas decisiones, pero luego se reactivan. Veo la demanda de crédito firme y eso aumenta la capacidad de consumo e inversión”

— ¿Sobreactúa el Gobierno al decidir reforzar la meta de superávit fiscal en un año electoral? ¿Es sostenible o podría derivar en tensiones en otras áreas?

— No. Nosotros teníamos un superávit proyectado de 1,5%. Así que no vemos mucho problema en cumplir 1,6%. Hay que ver si prorrogan o no la baja de retenciones o si se baja algún otro impuesto cerca de las elecciones. Pero el 1,6% está en zona de cumplimiento. Y como dicen los que estuvieron en el gobierno: nunca se pifia una meta por 0,1%. El secretario de Hacienda siempre tiene algo de flexibilidad como para no incumplir por poco.

— ¿Qué factores internacionales -como las tasas de interés globales, la guerra en Ucrania o las políticas comerciales de las principales economías- podrían incidir en los resultados de esta fase?

— Precios de materias primas (a la baja), si el dólar se fortaleciera, caída de apetito por riesgo, altas rendimientos de bonos americanos son todas cosas que podrían afectar a la Argentina. En cualquier circunstancia.

— ¿Cree que los nuevos lineamientos del plan tienen capacidad para modificar de forma significativa las proyecciones sobre actividad económica, inflación y tipo de cambio?

— Como dije antes, puede ser que la inflación sea algunos puntitos más alta y si eso pasa que la actividad crezca menos. Nosotros teníamos números mejores de actividad que el FMI, con lo cual si crece algunas décimas menos no hay problema.

Fotos: Adrián Escandar