
Como algunos economistas habían pronosticado, la victoria electoral de Donald Trump, que asumirá el gobierno de EEUU el próximo 20 de enero, provocó el fortalecimiento del dólar en los mercados financieros e inquietud en los mercados emergentes al punto que, según datos de J.P.Morgan, los fondos de deuda de mercados emergentes ya registraron salidas de USD 5.000 millones desde las elecciones en EEUU, alcanzando así los USD 20.000 millones en lo que va del año.
Según Financial Times, la expectativa de la política económica que podría aplicar Trump, que durante su campaña señaló que impondría aranceles generales de 10% y hasta el 20% a los bienes en general y que llevaría los aranceles sobre los productos importados de China hasta el 60%, hace que los mercados busquen adelantarse a un aumento de la inflación en EEUU, que a su vez provocaría un aumento de los rendimientos de los bonos del tesoro, que a su turno fortalecería el dólar y presionaría sobre los retornos en dólares en los mercados emergentes, impulsando un retiro de fondos en busca de los rendimientos aumentados y seguros de los Treasuries norteamericanos.
A ello se agregan observaciones del analista financiero Charles Bilello, director de la consultora Creative Planning, quien señaló que en los dos meses transcurridos desde el primer recorte de tasas de la Fed, que hasta hace poco era visto como el inicio de un ciclo de bajas que podía continuar en 2025, el rendimiento de los bonos de EEUU no solo no se redujo, sino que aumentó 76 puntos básicos, pasando de 3,66 a 4,42 por ciento.
“Eso es muy diferente al inicio del ciclo de recortes de tasas anterior, en que los rendimientos de los bonos a 10 años se redujeron o se mantuvieron más o menos igual”, escribió en su informe semanal Bilello, para quien el mensaje del mercado de bonos es que si la Fed piensa que ya controló la inflación, se equivoca. El camino hacia una política monetaria más relajada y de tasas bajas no está asegurado.
De hecho, la tasa de futuros de la Fed (Fed Funds Futures) se movió en el mismo sentido que la tasa de los bonos del Tesoro a 10 años y la expectativa para fin de año aumentó de 2,8 a 3,8%, unos cien puntos básicos. Y aunque la expectativa de que el Banco Central de EEUU recorte la tasa de interés en diciembre, en su próxima reunión de mercado abierto, sigue siendo superior al 50% (exactamente, 56%), hace un mes era del 72 por ciento.

“Todo esto va a ser negativo para los mercados emergentes dijo Paul McNamara, gestor de deuda de mercados emergentes, al FT. Y el mercado, agregó McNamara, todavía no reflejó del todos esos riesgos.
Si bien los mercados de bonos en mercados emergentes grandes como México, Brasil e Indonesia redujeron en los últimos años su dependencia del crédito en dólares, el desvanecimiento de la expectativa de recorte de tasas e incluso la perspectiva de que vuelvan a subir cambió la situación. Debido a eso, nota el diario británico, desde la elección de Trump el aumento del rendimiento de los bonos de EEUU generó un aumento del 4% del dólar y depreciaciones de monedas como el rand sudafricano, el peso mexicano y el real brasileño, lo que a su turno llevó al Banco Central de Brasil a intensificar su aumento de tasas.
Según Gabriel Sterne, investigador de Oxford Economics, también consultado por el FT, el “sentimiento” entre los inversores en mercados emergentes es de “resignación”.
¿Más fuerte o más débil?
A más largo plazo, algunos analistas piensan que los planes de Trump en materia de política económica (reducción del impuesto a las Ganancias corporativas, aumento de aranceles, deportación masiva de inmigrantes ilegales) terminarán debilitando, más que fortaleciendo, al dólar. En ese contexto, observó PIMCO, uno de los grandes fondos de inversión, los mercados emergentes deben seguir siendo vistos como una herramienta para diversificar riesgos, más que para buscar altos rendimientos.
Hasta ahora, probablemente debido a la asociación entre las figuras de Trump y Javier Milei y la expectativa de un acuerdo más rápido y favorable del gobierno con el FMI, que incluya “fondos frescos”, la Argentina ha ido a contramano de los mercados emergentes: baja de dólares financieros, aumento del precio de los bonos y reducción del riesgo-país.
Sin embargo, advirtió Jorge Vasconcelos, economista jefe del Ieral de la Fundación Mediterránea, “intentar transitar todo el 2025 con el esquema del cepo intacto conlleva riesgos, en la medida en que se acumulen presiones y las expectativas se coordinen a la espera de cambios relevantes de política para el día después de las legislativas de octubre”.
El combo de tipo de cambio “cuasi fijo” y política monetaria, que empezó a ser expansiva (vía aumento del crédito privado), parece ser el “mejor de los mundos”, escribió Vasconcelos, pero en un escenario de varios trimestres y cepo en modo statu quo, la tasa de interés podría empezar a reflejar expectativas de cambios post-elecciones, en un contexto en el que habrá fuertes vencimientos de deuda pública doméstica, en torno a 7% del PIB a lo largo de 2025, considerando sólo los títulos en manos privadas, observó Vasconcelos.
“Aunque la política fiscal siga tan firme como hasta ahora, bajo las condiciones actuales es difícil evitar un deterioro adicional del frente externo, con vencimientos de deuda en moneda dura que están cubiertos para enero, pero que no lucen garantizados para el resto del año”, notó el analista, para quien esos “cabos sueltos” complican la posibilidad de mantener ancladas las expectativas a lo largo del 2025, a la espera de “el día después” de las elecciones de octubre.

Por ahora, sin embargo, el mercado argentino sigue en modo fiesta. En la semana, el riesgo país continuó a la baja y el Merval se mantuvo alcista.
¿Cuáles fueron los factores detrás de estas tendencias?
“Esta baja del riesgo se podría atribuir al efecto propio de la Argentina, ya que la dinámica se aparta un poco de lo que viene ocurriendo en el resto de los países de América Latina, donde el riesgo país en el último mes ha crecido (+8 puntos en Colombia, +4,5 en Chile, +4 en Perú, +3,6 en Brasil)”, notó Invecq en su informe de este viernes.
La baja del riesgo país impactó positivamente las acciones del Merval, que cerraron el viernes con subas diarias de 7,7% (YPF) y 6,8% (Edenor). Además, destacó Invecq, la agencia Fitch Ratings mejoró la calificación crediticia a 7 empresas argentinas (YPF, AES Argentina, Gemsa, Genneia y MSU Energy subieron a CCC, Edenor a CCC+ y AySA a CCC-).
El Merval alcanzó así un nuevo máximo nominal desde febrero de 2018, aunque sigue por debajo en términos reales, lo que alienta expectativa de subas adicionales. A contramano de los demás mercados emergentes, pero con la incertidumbre -señalada por Vasconcelos- sobre los tiempos y la forma de salida del cepo.
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