
La posibilidad de que Mercado Pago y otras fintech puedan contar con cuentas CVU en dólares ya está en la agenda del Banco Central pero sin fecha concreta. En la autoridad monetaria admiten que la medida está bajo análisis pero, con la misma firmeza, otras fuentes del sector financiero aseguran que no estará disponible en el corto plazo, ya que las complejidades que enfrenta su implementación son muchas.
Tanto a las billeteras como al BCRA les seduce la idea de que alguna porción de los dólares que están en el millón de cajas de seguridad que hay en la Argentina se depositen en una cuenta y empiecen a usarse para pagos y transferencias y, por supuesto, para engrosar las reservas brutas del BCRA. La medida está en el road map que el BCRA y la Cámara Argentina Fintech plantearon hace algunos meses para desarrollar en 2024. Pero su normativa ni siquiera tiene un borrador definido.
En lo que va del año, temas como la apertura del sistema SUBE, la interoperabilidad de pagos QR o digitalizar las propinas, por citar solo algunos, fueron prioritarios. Todos esos temas se desarrollaron en “mesas de trabajo” en el ámbito del Central que, en este caso, ni siquiera se conformaron.
En principio, las cuentas virtuales en dólares de las fintech tendrían que, a su vez, depositar su contenido en una entidad bancaria, tal como ocurre con las cuentas en pesos. Y estarían habilitadas a tener las mismas funciones que hoy tiene una caja de ahorro bancaria en dólares. Desde ese punto de vista, que Mercado Pago y otras billeteras añadan dólares a la economía cotidiana y minorista, encaja a la perfección en el plan del Gobierno, tenga como rótulo “dolarización endógena”, “economía bimonetaria” o “competencia de monedas”.
Un interrogante clave es si este cambio derivará en que existan las cuentas remuneradas en dólares, es decir, que sus saldos generen algún rendimiento al mismo tiempo que estén siempre disponibles para gastar. Ese atributo es uno de los que explica el avance de las cuentas remuneradas en pesos, que ya manejan el 5% de los depósitos privados de los argentinos.
El crecimiento de las cuentas CVU en pesos (ya hay 27 millones en el sistema) es, justamente, el antecedente que trae el primer obstáculo para el CVU en dólares ya que los bancos se oponen con firmeza a que las fintech puedan recibir dólares de sus clientes. Tener cuentas en dólares, junto con las cuentas sueldo y los préstamos con garantía real, son de los pocos productos que quedaron en exclusividad en manos de los bancos. En muchos otros, la banca tradicional ya debe competir con las fintech (tarjetas, transferencias, inversiones, pagos, etc.).
Tal como ocurre en otros negocios, algunos bancos podrían interesarse en esa interacción con las fintech mientras que otros no quieren nada en común. La oposición de los bancos pone una traba al plan y obliga a que la normativa les genere algún negocio: al fin y al cabo, si una fintech recibe un depósito de dólares en efectivo, es probable que ese depósito se haga en un una sucursal bancaria. Y las fintech tendrán que pagar alguna comisión por ello.
Otra traba para implementar el CVU en dólares en el corto plazo es la permanencia del cepo cambiario, que el Gobierno no tiene apuro en desarmar. Cada movimiento en dólares trae consigo topes, impuestos y otras restricciones. Eso genera fuertes costos operativos para los bancos y habrá que ver si las billeteras los quieren asumir. La normativa, además, deberá contemplar que no haya desigualdades entre unos y otros.
Al igual que en el caso de la tarjeta de débito bimonetaria, que el Gobierno prepara como una medida anexa al blanqueo, las cuentas CVU en dólares podrían ayudar a gastar los dólares que hoy están en efectivo fuera del sistema. Ese objetivo es doblemente positivo para el gobierno: suma al sistema las divisas que faltan y, a la vez, empuja a la reactivación de la economía real.
De hecho, en el Banco Central aseguran que para implementar las tarjetas de débito en dólares no hace falta ningún cambio normativo. Por lo tanto, si las tarjetas y los bancos no lo hicieron hasta ahora es por su propia decisión, por incentivos comerciales. Cualquier banco podría dejar que sus tarjetas de débito puedan servir para hacer compras en dólares dentro del país, tal como ya sucede en el exterior.
Desde hace algunos meses, tanto Visa como Mastercard trabajan en las tarjetas bimonetarias, avalados por el Banco Central y en conjunto con las empresas adquirentes, aquellas que le ofrecen el servicio de pagos a los comercios. La idea es que no se necesite emitir nuevos plásticos, sino que las tarjetas de débito existentes puedan incorporar el gasto en dólares.
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