
En un contexto político y económico de creciente incertidumbre, con una brecha cambiaria que ya se acerca al 120%, sin reservas y con un acuerdo con el FMI que deberá renegociarse, las autorizaciones para que las empresas puedan importar (SIRAs) volvieron a quedar en el ojo de la tormenta.
Desde que comenzó abril, y más en los últimos días, la liberación de estos permisos se volvió –según los empresarios que las piden– más tediosa que de costumbre y toda la expectativa, no sólo del Gobierno sino de los propios importadores, está en ver qué fondos puede conseguir el mismo de Economía, Sergio Massa, del organismo internacional. Por otro lado, la escalada del dólar provocó freno en los negocios y aumentos de precios, lo que también le pone presión a los acuerdos que las empresas de consumo masivo tienen con el Gobierno.
“Desde la Secretaría nos habían avisado que abril iba a ser horrible y que en mayo podría mejorar, si hay algún acuerdo con el Fondo. Pero hoy estamos a cuatro o cinco días de parar una línea de producción y nadie nos atiende”, manifestaron en una empresa alimenticia.
“Todas las semanas tenemos una lista de urgencias, que si no aprueban se para una línea: y nos pasa también con proveedores nuestros, por ejemplo de fragancias. Si bien cuando les pasás la urgencia te la liberan, a la semana tengo otra lista con el botón rojo”, aseguró una fuente de otra firma de consumo masivo, quien a su vez cuestionó la falta de agilidad con las segundas líneas de la Secretaría de Comercio.

Desde la UIA siguen de cerca la aprobación de las SIRAs a partir de la participación en un comité de seguimiento que funciona en la órbita de Comercio. Cada semana, la entidad le transmite al Gobierno si hay casos urgentes que dependan de la liberación de un permiso para evitar frenar una línea de producción. Según fuentes de la entidad, la situación se había emprolijado bastante durante los últimos meses, pero desde comienzos de mes, y más particularmente desde mediados de la semana pasada -con el ruido cambiario-, el escenario empeoró nuevamente y creció la lista de empresas que necesitan insumos.
Cerca del secretario, Matías Tombolini, negaron cambios en la dinámica de aprobaciones: “Las SIRAs tienen funcionamiento normal”, dijeron fuentes oficiales.
La realidad es que no hay reservas y la suba del dólar (libre y los financieros) generan un grado tal de incertidumbre que desalienta aún más la escasa liquidación de exportaciones que está habiendo.
Hay un gran nivel de desconcierto sobre qué sucederá con el nivel de actividad, que ya se resiente en algunos sectores, y la expectativa de los empresarios gira ahora en torno a lo que pueda conseguir Massa de sus negociaciones con el Fondo Monetario. “Si el FMI les da algo, es para llegar al 13 de agosto. ¿Y después?”, señaló el directivo de una gran empresa de alimentos.
Precios Justos y excepciones
La escalada del dólar también le imprime mayor presión a los precios, muchos de los cuales no se rigen al oficial sino al libre o, en algunos casos, a un valor intermedio (”dólar celeste”). Las empresas que participan del programa Precios Justos ya venían negociando, desde hace tiempo, excepciones al sendero de 3,2% impuesto por Comercio. De hecho, en abril varias recibieron autorizaciones de subas mayores (entre 5% y 8%) para algunos productos que, según las propias compañías, tenían rezagos importantes.
Que la inflación circule por encima del 6% desde comienzos de año hace que las compañías acumulen atrasos por aumentos de costos que sí corren con el IPC. Por eso las excepciones, que deberán ser cada vez mayor si el contexto cambiario sigue complejo y hay un mayor traslado a precios. “En abril, la leche como materia prima va a haber aumentado 11%. Eso sumado a una devaluación del oficial del 5 a 6%, ¿qué costo está hoy al 3,2%?”, se quejaron en una empresa láctea que recibió incrementos excepcionales, pero sólo representan el 20% de su portfolio total, según argumentan.
Desde que se implementó Precios Justos en el canal moderno (cadenas de supermercados) y el mayorista, fueron varios los cambios. Primero hubo una canasta congelada determinada, que no tuvo subas por algunos meses, y para el resto se autorizaba hasta 4% de suba mensual. Luego se cambió esa canasta, se les ofreció a las empresas un aumento de hasta 9% para esos productos, ya que después quedarían congelados hasta junio, y para el resto, el incremento autorizado se redujo al 3,2%. Pero siempre hubo excepciones.
Todos los meses, las empresas intentan abrir un canal de negociación con Comercio para lograr aumentos superiores en algunos productos. Para mayo, todavía no hay nada hablado, pero habitualmente las concesiones llegan hacia mediados de mes, coincidieron en varias firmas consultadas.
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