
La pandemia de coronavirus afectó fuertemente a varios sectores de la economía, pero sin dudas el turismo fue uno de los más perjudicados. Sin embargo hay quienes creen que la crisis es una oportunidad para repensar la forma en que viajamos y asumir una postura más responsable sobre lo que hacemos en nuestras vacaciones.
De eso habló Infobae con Jean François Rial, director de la oficina de Turismo de París y empresario del sector, quien combina conciencia medioambiental con el deseo de viajar, buscando subsanar el daño que causan, por ejemplo, grandes concentraciones de visitantes en un mismo lugar y fecha. La crisis sanitaria mundial demostró que aglomerarse es un problema y el director de la agencia Voyageurs du Monde (Viajeros del Mundo) está comprometido en buscar formas alternativas de vacacionar que reduzcan ese impacto.
— Usted dijo recientemente que hay que salir del turismo de masas. ¿Es posible? ¿Qué pueden hacer los responsables del sector para conciliar turismo y protección del ambiente?
— Habría que pasar del turismo de masas a un turismo popular. Es posible, se puede lograr con una mezcla de educación al viajero, para que viaje contra la corriente; sensibilización de los profesionales del sector, para que se empiecen a ser responsables de las consecuencias del turismo de masas; y reglamentaciones que limiten el flujo de turistas en un mismo momento y lugar. Para proteger la naturaleza ayudaría que los gobiernos pongan impuestos a la emisión de carbono.
— ¿Cómo sería la alternativa al turismo de masas?
— El turismo popular, como existía durante los años ’70: barato, accesible, que no reúna a todos los viajeros en el mismo lugar y al mismo tiempo. Pequeños hoteles, sencillos, dejando de lado la pretensión de lujo; campings modernos, que propongan conectividad y sean atractivos no solo para jóvenes, sino que busquen aumentar su público. Miles de opciones alternativas pueden pensarse para reducir las aglomeraciones turísticas.

— ¿Que pueden hacer los gobiernos de las ciudades más visitadas del mundo frente al llamado “turismo depredador”?
— Lo mejor es repartir el flujo de visitantes en el espacio y el tiempo, con campañas efectivas de comunicación y legislando el ingreso de turistas si es necesario. En París tenemos un programa que busca restringir el número de piezas de hotel y de Airbnb ofrecidas en los barrios centrales, dentro de un límite proporcional que se calcula en base a la densidad de habitantes.
— ¿Y qué puede hacer un turista de forma individual? ¿Tiene consejos para los viajeros comprometidos con el ecosistema?
— Un turista puede ayudar mucho en tanto esté comprometido. Lo más importante es que se informe y planifique sus vacaciones tomando en cuenta su individualidad. Y debe ser consciente del carbono que emite su transporte. Nuestra propuesta es que cada persona que viaje pueda reponer la emisión de carbono plantando un árbol.

— ¿La crisis sanitaria cambiará la mentalidad de funcionarios y responsables del turismo por un lado y de los turistas por el otro?
— A corto plazo, no lo creo. Pero a medio término la dimensión ecológica del turismo se volverá obligatoria y no negociable.
— ¿Prevé un repunte de la industria turística a corto o mediano plazo?
— Sí, y muy fuerte. Creo que los dos próximos años pueden llegar a ser años récord para los países que más se vieron afectados por el coronavirus.

— ¿Cómo es la propuesta de Voyageurs du Monde para un turismo más responsable?
— Proponemos muchas cosas y hace mucho tiempo. Lo principal es, como dije, absorber el 100% del carbono emitido cuando viajamos. Nosotros plantamos 3 millones de árboles al año, en especial manglares, que son muy eficaces para almacenar carbono en el agua. Esto representa una inversión anual de 1.5 millones de euros.
— ¿Qué cosas atraen a los franceses y europeos de la Argentina?
— Los franceses y los europeos en general tienen fascinación por la Patagonia y los grandes espacios de la Argentina. Buenos Aires, la segunda París en el mundo, y el Valle de la Luna, en Salta, son otros destinos muy consultados por nuestros clientes.
— En tanto presidente de la oficina de turismo en París y agente turístico, ¿cuáles serían sus consejos para los responsables privados y públicos del Turismo en Argentina?
— Comunicar sobre la belleza y el alma profunda de su país, saliendo de los clichés que son el alfa y la omega de toda comunicación turística. No necesitamos de ellos para que nos vendan el encanto de La Boca. ¡Que nos sorprendan mostrándonos la sublime Argentina desconocida!
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